El empate vale, el futbol entusiasma. La Lepra venía de ganarle - TopicsExpress



          

El empate vale, el futbol entusiasma. La Lepra venía de ganarle cómodamente a Gimnasia, mostrando su potencial en tenencia y calidad de posesión. El Pincha lo preparó para incomodarlo pero no solamente para ello, sino para atacarlo. Los primeros 30 minutos fueron a toda orquesta, al punto de que Newell’s no llegaba al área con claridad o ni llegaba. Tuvo algunas chances, la más importante fue un cabezazo de Carrillo –anticipo- que se fue cerca de un palo. La gran pregunta era si las energías serían suficientes para luego aguantar a un rival que en algún momento aparecería y se desplegaría de manera tal que podía empezar a lastimar seriamente. Y Newell’s insinuó en los últimos 15 de esa primera etapa. Aprovechó cierto cansancio e imprecisiones en el centro del campo o en las salidas. En el comienzo del segundo el gol de Pérez (Damonte se distrajo y se anticipó a Silva en el cabezazo) abrió un interrogante más grande todavía. ¿Se caería fácilmente el castillo construido? ¿La Lepra aprovecharía su capacidad para manejar tiempos, partidos y pelota? Las respuestas que luego dio Estudiantes son las que permiten sospechar que, con algunos arreglos y más gol, podría convertirse en un gran equipo. Porque más allá de diez minutos de desconcierto, el Pincha se paró con personalidad, decidió jugar en el campo del rival, arriesgó, no la rifó, buscó por donde debía. Puso el alma. Y Pellegrino hizo cambios ambiciosos: Román por Damonte y Rodríguez por Jara. Le dieron resultados, porque Martínez sirvió para manejarla con paciencia, y el Patito para desequilibrar. En esos últimos diez, con Newell’s en apuros y refugiado, primero se lo perdió Auzqui, luego el mismo Carlitos dio un cabezazo en un palo, y Patito quiso ponerla en un ángulo y se le fue por arriba. No había más injusticia que la rebeldía de esa pelota que no quería entrar. Pero lo hecho, hecho estaba; la actuación valía por sí misma. El cabezazo de Desábato tras una gran jugada de Rodríguez, llena de jerarquía, dibujó una mueca de felicidad. El abrazo entre los jugadores y Pellegrino tras ese gol es la mejor imagen que podría traer la televisión. Es un gesto que expresa mucho.
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 22:17:06 +0000

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