El evento de Tunguska TodavÃa hoy los cientÃficos continúan dilucidar este misterioso impacto, o más bien explosión. Por que el objeto en cuestión explosionó a unos cinco kilómetros de altura sobre la tierra dejando su marca radial sobre los bosques rusos. CientÃficos italianos aseguran haber descubierto un posible cráter abierto por el objeto extraterrestre que chocó con la Tierra en la región siberiana de Tunguska en 1908. Los investigadores afirman, en la revista de geologÃa ‘Terra Nova’, que el lago Cheko, situado a 8 kilómetros del epicentro de la explosión, llena el cráter producido por el choque de un fragmento de la roca. El suceso de Tunguska aún intriga a los cientÃficos . TodavÃa no se sabe si el objeto que impactó en Siberia el 30 de junio de 1908 fue un asteroide, un pequeño cometa o un fragmento de un cometa. Aquel dÃa, hacia las 7.15 horas, habitantes de la región vieron una bola de fuego, procedente del sureste, que cruzaba el cielo a gran velocidad. Poco después, una gran explosión arrasaba 2.200 kilómetros cuadrados de bosque, el equivalente a Guipúzcoa, en las cercanÃas del rÃo Podkamenaya Tunguska. La energÃa liberada fue entre 10 y 15 megatones, unas mil veces la de la bomba de Hiroshima. La explosión de Tunguska es el mayor impacto de un objeto extraterrestre en época histórica. Tumbó unos 80 millones de árboles, las ondas sÃsmicas fueron registradas por observatorios de todo el mundo y, durante los dos dÃas siguientes, las noches fueron tan brillantes que en Londres podÃa leerse el periódico en la calle a medianoche. El primer investigador en llegar a la zona fue el mineralogista Leonid A. Kulik, a finales de los años 20, y no encontró ningún cráter, pero sà el epicentro de la explosión, gracias la distribución radial de los árboles. A raÃz de que el escritor Alexandr Kazantsev identificó en dos cuentos de ciencia ficción en 1949 el suceso con un accidente de una nave alienÃgena, algunos ufólogos abrazaron esa disparatada idea. Ahora, un grupo de cientÃficos liderado por Luca Gasperini, del Instituto de Ciencia Marina italiano, defiende que el lago Cheko -ovalado y de unos 450 metros de largo- ocupa la herida abierta por el choque a baja velocidad de una roca de 10 metros de diámetro. «El proyectil que formó el lago Cheko pudo haber sido un fragmento del objeto que explotó en la atmósfera a entre 5 y 10 kilómetros de altura», dicen. A su favor, añaden que no hay pruebas -testimonios ni mapas- de la existencia del lago anteriores a 1928. El geólogo británico Gareth Collins declaraba ayer a la BBC que las pruebas presentadas por Gasperini y sus colaboradores no son concluyentes y se preguntaba cómo podÃa haber hoy en dÃa alrededor del lago árboles cuya apariencia apunta a que tienen más de cien años. Collins añadÃa que los fragmentos desprendidos del objeto habrÃan sido, en cualquier caso, demasiado pequeños y lentos como para abrir un cráter del tamaño del lago.
Posted on: Sat, 20 Jul 2013 06:41:59 +0000
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