El gran caballero español Antonio Sanz, gran hidalgo y patriota español, español, español, y fiel y leal representante de los valores eternos de la España Imperial, se supone que en pleno uso de sus facultades mentales, pone de traidores a la nación y a la patria a todos aquellos que no defiendan las políticas y soflamas bélicas de nuestro glorioso gobierno hacia Gibraltar. Este noble y joven político, ejemplar trabajador, incansable en su empeño de mejorar la vida de los demás, se suma a los valores que dejaron en la memoria de la nación española, los integrantes de aquellos tercios de Flandes, Tercios Viejos que dieron su vida por un juramento de lealtad y fidelidad, y que murieron en Batallas como Rocroy, San Quintín, Pavía y otras muchas más, la mayoría de las veces con el solo pago de su honor limpio, sin cobrar sus míseras soldadas, y por España. Solo hay una diferencia de los siglos XVI, XVII o XVIII y la actualidad, ellos morían y no cobraban, porque tenían honor y vergüenza y una lealtad muy cercana a la ceguera en sus jefes, que marchaban al frente y morían con ellos. Hoy los jefes se quedan con la paga, con la suya y con la de los soldados, se llevan las vituallas, se esconden en el combate y dirigen sus tropas en una tele de plasma. Basura de Jefes. Cobardes, rastreros, ladrones corruptos y sin honor. Ellos son hoy los traidores.
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 09:36:53 +0000
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