El magnífico Pablo Neruda. Estuvo allí, un pesado fragmento - TopicsExpress



          

El magnífico Pablo Neruda. Estuvo allí, un pesado fragmento fugitivo, cuando murió la nave la dejaron allí, sobre la arena, ella no tiene muerte: polvo de sal en su esqueleto, tiempo en la cruz de su esperanza, se fue oxidando como la herradura lejos de su caballa, cayó el olvido en su soberanía. La bondad de un amigo la levantó de la perdida arena y creyó de repente que el temblor de un navío la esperaba, que cadenas sonoras la esperaban y a la ola infinita, al trueno de los mares volvería. Atrás quedó la luz de Antofagasta,, ella iba por los mares pero herida, no iba atada a la proa, no resbalaba por el agua amarga. Iba, herida y dormida pasajera, iba hacia el Sur, errante pero muerta, no sentía su sangre, su corriente, no palpitaba al beso del abismo. Y al fin en San Antonio bajó, subió colinas, corrió un camión con ella, era en el mes de octubre, y orgullosa cruzó sin penetrarse el río, el reino de la primavera, el caudaloso aroma que se ciñe a la costa como la red sutil de la fragancia, como el vestido claro de la vida. En mi jardín reposa de las navegaciones frente al perdido océano que cortó como espada, y poco a poco las enredaderas subirán su frescura por los brazos de hierro, y alguna vez florecerán claveles en su sueño terrestre, porque llegó para dormir y ya no puedo restituirla al mar. Ya no navegará nave ninguna. Ya no anclará sino en mis duros sueños. Lee todo en: Oda al ancla - Poemas de Pablo Neruda poemas-del-alma/pablo-neruda-oda-al-ancla.htm#ixzz2Y0GXXfmD
Posted on: Wed, 03 Jul 2013 17:10:36 +0000

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