El mundo sin pecado podría ser llamado el «Reino de los - TopicsExpress



          

El mundo sin pecado podría ser llamado el «Reino de los Cielos», el mundo que el hombre caído ha anhelado durante mucho tiempo. Puesto que este mundo será establecido como una realidad sobre la tierra, puede muy bien ser llamado el «Reino de Dios sobre la tierra». Así pues, podemos comprender que el último propósito de la providencia de la salvación de Dios es establecer el Reino de Dios sobre la tierra. Ya ha sido aclarado en las explicaciones anteriores que el hombre cayó de la gracia, y que la caída humana ocurrió después de la creación del hombre. Según el punto de vista de la realidad de Dios, la respuesta a la cuestión acerca del mundo que Dios planeó originalmente, en el tiempo de la creación, es evidente (ref. Parte II, Cap. III). Podemos decir en este punto, que este mundo original es el Reino de Dios sobre la tierra en el cual se ha cumplido el propósito de la creación de Dios. Sin embargo, la humanidad debido a la caída no ha sido capaz de realizar este mundo. En vez de ello, el hombre ha dado origen a un mundo de pecado y ha caído en la ignorancia. Por ello, el hombre caído ha luchado incesantemente para restaurar el Reino de Dios sobre la tierra, que Dios planeó originalmente. Ha hecho esto tratando de vencer la ignorancia interior y exterior y persiguiendo el bien último durante todos los períodos de historia humana. La historia de la humanidad es por lo tanto la historia de la providencia de Dios, mediante la cual Dios planea restaurar el mundo en el que Su propósito de la creación se cumpla. Para restaurar al hombre caído a su estado original, la nueva verdad debería ser capaz de revelarle su último destino en el curso de la restauración, enseñándole el propósito original por el cual Dios creó al hombre y al universo. Deben ser contestadas muchas preguntas en esta nueva verdad. ¿Cayó el hombre comiendo del fruto del Arbol de la Ciencia del Bien y del Mal como dice la Biblia literalmente? Si no es así, entonces, ¿cuál fue la causa real de la caída humana? ¿Cómo es posible que el Dios de perfección y belleza cree al hombre con una posibilidad de caída? ¿Cuál es la razón por la cual Dios no impidió que el hombre cayera aunque El, siendo omnipotente y omnisciente, debió haber sabido lo que iba a ocurrir? ¿Por qué Dios no pudo salvar al hombre caído en un instante con su fuerza todopoderosa? Estas y muchas otras cuestiones han preocupado a profundos pensadores y deberán ser resueltas por la nueva verdad. Cuando se observa la naturaleza científica del mundo, se puede concluir que Dios, el Creador, es precisamente el origen de la ciencia. Si la historia humana es la providencia divina de la restauración del mundo de Su propósito original de la creación, Dios, el Maestro de todas las leyes, debe haber obrado de acuerdo a un plan y a un orden. Por consiguiente, nuestra más urgente tarea es descubrir cómo empezó la historia llena de mal de la humanidad, qué curso debió seguir, de qué manera concluirá y a qué tipo de mundo la Providencia guiará definitivamente al hombre. La nueva verdad, entonces, debería ser capaz de resolver todas las preguntas fundamentales de la vida. Si todas estas preguntas son aclaradas, la realidad de Dios como un ser absoluto que planea y guía la historia no podrá ser negada. Cuando la verdad sea conocida, todos llegarán a comprender que los acontecimientos históricos que el hombre ha visto y experimentado, son el reflejo del corazón de Dios luchando por salvar al hombre caído. Además, la nueva verdad debería ser capaz de explicar lúcidamente todos los problemas difíciles del Cristianismo, debido a que el Cristianismo juega el papel principal en la formación de una sola esfera cultural mundial. Las personas intelectuales no pueden satisfacerse simplemente oyendo que Jesús es el Hijo de Dios y el Salvador de la humanidad. Se han originado muchas controversias en los círculos teológicos en un esfuerzo por comprender el profundo significado de las doctrinas cristianas. Así pues, la nueva verdad debe ser capaz de aclarar la relación entre Dios, Jesús y el hombre a la luz de los principios de la creación. Además deberían ser reveladas las preguntas difíciles sobre la Trinidad. Debe ser contestada la cuestión de por qué la salvación de Dios para la humanidad ha sido posible solamente a través de la crucifixión de Su hijo. Cuando se observa que ningún padre ha podido dar nacimiento a un hijo sin pecado que tuviera derecho al Reino Celestial sin necesidad de salvación, ¿no es ésta una prueba clara de que los padres aún transmiten el pecado original a sus hijos, incluso después de su nuevo nacimiento en Cristo? Esta pregunta nos lleva a otra cuestión: ¿cuál es la extensión de la salvación por la cruz? Un gran número de cristianos a lo largo de los 2000 años de historia cristiana han tenido completa confianza de que habían sido totalmente salvados por la sangre de la crucifixión de Jesús. Sin embargo, ningún individuo, hogar o sociedad ha estado libre del pecado. El espíritu cristiano ha seguido realmente el sendero de la decadencia día tras día. Por lo tanto, aún existen muchos problemas difíciles que nos conducen a una contradicción entre la presente realidad del Cristianismo y la creencia en la completa redención por el precio de la cruz. La nueva verdad que estamos buscando debería ser capaz de explicar todas estas cuestiones clara y completamente. Hay más cuestiones, tales como: ¿Por qué volverá Cristo de nuevo? ¿cuándo, dónde y cómo volverá? ¿de qué manera ocurrirá la resurrección de los hombres caídos? ¿cuál es el significado de la profecía bíblica de que el cielo y la tierra serán destruidos por el fuego y otras catástrofes naturales? La nueva verdad deberá proveer la clave de todos estos difíciles misterios bíblicos, que están escritos en parábolas y símbolos, y expresarlos en lenguaje claro que todo el mundo lo pueda comprender, como Jesús lo prometió en Juan 16:25. Solamente mediante estas respuestas y verdades claras serán unidas todas las denominaciones, de igual manera serán derribadas las divisiones causadas por las diferentes interpretaciones de los versículos bíblicos. Esta nueva, última y definitiva verdad, sin embargo, no puede venir de ningún hombre que haga una búsqueda sintética en las escrituras y en la literatura, ni de ningún cerebro humano. Como dice la Biblia, «tienes que profetizar otra vez contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes» (Ap. 10:11), esta verdad debe aparecer como una revelación de Dios mismo. ¡Esta nueva verdad ya ha aparecido! A su debido tiempo, Dios ha mandado a Su mensajero para resolver las preguntas fundamentales de la vida y del universo. Su nombre es Sun Myung Moon. Por muchas décadas, él exploró el vasto mundo espiritual en búsqueda de la última verdad. En este sendero, él soportó un sufrimiento inimaginable para nadie en la historia humana. Sólo Dios lo recordará. Sabiendo que no se puede encontrar la verdad última para salvar a la humanidad sin antes pasar por las más amargas pruebas, él luchó solo contra miríadas de fuerzas satánicas en el mundo espiritual y físico, y finalmente triunfó sobre todas ellas. De esta forma, llegó a tomar contacto con muchos santos en el Paraíso y con Jesús, sacando así a la luz todos los secretos Celestiales mediante su comunión con Dios. El Principio Divino revelado en este libro es sólo una parte de la nueva verdad. Hemos recogido aquí lo que los discípulos de Sun Myung Moon han oído y testificado hasta ahora. Creemos con feliz expectativa que con el transcurso el tiempo serán reveladas continuamente partes más profundas de la verdad. Oramos fervientemente para que la luz de la verdad llene rápidamente la tierra. Volver al Página Principal
Posted on: Thu, 14 Nov 2013 11:34:38 +0000

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