El municipio libre, ¿para qué? SCRIPTAMTY Por: Walter González - TopicsExpress



          

El municipio libre, ¿para qué? SCRIPTAMTY Por: Walter González Vargas 28 Junio 2013 ¿Está usted satisfecho con los servicios y funciones básicas que su gobierno municipal le ofrece y que por mandato constitucional se encuentra obligado a proporcionar en relación a la recolección de basura, alumbrado público, vialidad (bacheo, recarpeteo, pintado de carriles, señalización, y semaforización), nomenclatura, conservación y mantenimiento de parques, arbolado y arreglo de banquetas, urbanismo, seguridad por medio de la policía de proximidad, entre otros? Antes de que conteste, tomemos en cuenta que en México, cada una de las 31 entidades federativas está dividida en municipios, mientras que el Distrito Federal en delegaciones. El número de municipios en cada estado varía, de 5 en los estados tanto de Baja California como de Baja California Sur, hasta de 570 en Oaxaca. En total, la República Mexicana cuenta –al cierre de esta edición- con 2,457 municipios y 16 delegaciones del Distrito Federal. Mientras sigue reflexionando, aprovecho para exponer las siguientes obviedades: los municipios administran ciudades y poblaciones; para elevar la competitividad de las ciudades del país es necesario contar con gobiernos locales profesionalizados, eficaces y estables, capaces de entregar resultados y de trabajar de manera conjunta con otros gobiernos, y por desventura el desempeño de los gobiernos municipales se caracteriza por su bajo nivel de profesionalización, la brevedad de los periodos de gobierno y la ausencia de programas de servicio civil de carrera. No obstante lo anterior, el sistema político nacional está diseñado para un saqueo sistemático de las arcas públicas, empezando por las municipales. Cuantas historias no hemos sabido de alcaldes que nada más se sientan en la silla de gobierno y junto con sus cabildos (que casi siempre son comparsas del edil en turno) se auto recetan aumentos de sueldo y otras prestaciones como vehículos de transporte del año. (y la Cheyenee apá?) Durante la década de los noventa del pasado siglo, existió en el foro nacional un fuerte movimiento de impulso al municipalismo nacional, que derivó en la reforma al artículo 115 de nuestra Constitución Federal, el cual dotó a los municipios de facultades exclusivas que antes no tenían como el control del ordenamiento territorial de sus municipios, tirando al traste esta reforma con los Planes Estatales de Desarrollo que delimitaban hasta donde podían crecer los núcleos de población en los años venideros y otorgando esa facultad precisamente a los cabildos municipales, cuyo común denominador es que están integrados por personas ajenas a la independencia política y al conocimiento técnico sobre la materia. México es un país de ciudades. Desde 1960, la población urbana del país ha sido mayor que su población rural. En 2010, casi 80% de los mexicanos vivía en una localidad urbana. Sin embargo, como usted ya se habrá contestado en muchos rubros nuestras municipalidades no están funcionando bien. La capacidad de las 12 ciudades que conforman la megalópolis que es el Área Metropolitana de la Ciudad de Monterrey para elevar la calidad de vida de sus habitantes en el mediano y largo plazo se ve limitada por el deficiente desempeño que aquí hemos expresado, y en tal sentido los efectos del mal funcionamiento de los municipios están a la vista: la mancha urbana se sigue expandiendo de forma caótica a través de enclaves de vivienda remotos y desvinculados de los núcleos laborales, las calles se saturan de vehículos que generan congestión y contaminan el aire, los espacios públicos lucen deteriorados y abandonados, y para colmo de males la mayoría de la población se siente insegura y no confía en las instituciones locales de seguridad pública. Hay un dato que da escalofríos: de acuerdo al estudio “El municipio: una institución diseñada para el fracaso” elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) nos dice que sólo el 10 por ciento de los municipios en el país tienen la capacidad de generarse ingresos propios para cubrir lo más elemental que son sus gastos corrientes, en otras palabras, casi todos los municipios del país viven esperando recursos federales, al igual que vivir de prestado, comprometiendo sus finanzas para no solo las futuras administraciones, sino para las próximas generaciones. De todo lo anterior se advierte a todas luces que para elevar la competitividad de las ciudades del estado y del país es necesario contar con gobiernos locales profesionalizados, eficaces, estables y con continuidad, capaces de entregar resultados y de trabajar de manera conjunta con otras autoridades, y respondiendo ante las irregularidades administrativas de los malos desempeños. Pretender que las ciudades pueden funcionar mejor sin modificar sus instituciones de gobierno -incorporadas en el municipio, la unidad básica jurídico-administrativa en México- es ingenuo. Sin innovación y cambios legislativos de gran calado, el municipio es una institución diseñada para el fracaso de todos y el beneficio de unos cuantos.
Posted on: Fri, 28 Jun 2013 22:03:53 +0000

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