El parrandero (Parte I) Eso de ser parrandero y novio, tiene sus - TopicsExpress



          

El parrandero (Parte I) Eso de ser parrandero y novio, tiene sus consecuencias. Ricardo en busca de fiestas y amistad, se había convertido en un joven errante. En cierta ocasión en el valle de las Marías, en una de esas fiestas sonadas de antes, los conjuntos musicales en vivo, el chaparro, la algarabía y el coqueteo a diestra y siniestra de los jóvenes, no faltaba. Con su buen porte, su habilidad persuasiva y el don de inventar historias, a Ricardo le resultaba fácil ganar la simpatía de los demás. En esa fiesta, desde que apareció la Lupe se fijó en ella; no era un muchacho de baile, se inclinaba más por las rondas y la juerga entre amigos, pero en vista de estar presenciando a la muchacha mas linda del valle, decidió sacarla a bailar y ella no le fue ajena a la evidente pretensión de Ricardo; quien entrado en el calor del baile, apretaba por aquí, metía las piernas por allá, sin dejar de reír y bromear, mientras miraba a la Lupe con los ojos endulzados. Hasta que al terminar la última pieza del segundo turno del conjunto musical, sin preámbulos le pidió a la Lupe dejarlo escabullirse en la casa de ella, más entrada la noche, a lo que la Lupe pudorosamente rechazó, pero con un gesto malicioso diciendo si. Ricardo, prendido en llamas, consideró aquel no como un si; así que enfilo una estrategia hacia los padres de Lupe, para que la cosa le resultara menos mal. Con esa naturalidad de establecer amistad con quien sea, se acercó a los padres de Lupe, descifrando desde la pura observación la psicología ambiciosa de aquellos señores, que a cuenta de un bigote espeso del padre y unas botas de charro, supuso que aquel descolocado atuendo era la caricatura de una pretensión ilusa, la de parecer un lugar teniente ganadero y la madre igual, quien adornada de alhajas bañadas de fantasía barata, no era mas que una presumida señora dominguera. Se afianzó al primer transeúnte mal parado que encontró y entre pláticas y copas se lo llevó acercándose a los padres de la Lupe, a una distancia prudente de ellos, dejó ir una ensarta de mentiras, hablando de grandezas y herencias venideras, lo cual sirvió de buen señuelo para despertar el interés de los viejos sobre aquel forastero, de temple varonil. Sin comentarlo en voz alta ni en susurros, los padres de la Lupe, pensaron en el buen partido que ese hombre podía ser para su hija. En eso estaban, cuando Ricardo les salió al paso de sus pensamientos y les felicitó por tan guapa hija. Ya se quedó cruzando palabras con ellos y como atinado adulador, les sacó a flote sus vanidades colgándoles en la piel, ganándose su simpatía aun más. La tarde, se estaba tiñendo de tonalidades naranjas y Ricardo presintió que era justo el momento de jalar el anzuelo, sabiendo que ya sentía el mordisqueo del alevín y dijo, -bueno señores, me tengo que ir, voy lejos y me espera una hermosa luna para alumbrarme, con suerte y no me topo con algunos vándalos por el largo camino. -Pero D. Ricardo, por que no se queda en nuestra casa, ahí hay espacio, nuestra casa aunque pequeña, tiene lugar para tan distinguido huésped, ahí se queda y ya mañana temprano se va mas seguro, dijo la madre. -No, no señora, no quiero causar molestias…hizo una pausa y dijo, - aunque ya que insiste, me quedo. Ricardo, ya se veía en esa casona de cantón desconocida, gateando en la oscuridad, buscando a tientas a la Lupe. Al terminar la fiesta se fueron a la casa, todo el trayecto Ricardo y el padre, platicaron de hazañas campiranas, mientras las dos mujeres, atrás en silencio, solo escuchando; al llegar, ambos hombres se sentaron a la mesa y la platica se distendía por exabruptos de heroicidad, a cual más falaz; mientras, la Lupe y su madre en la cocina, una torteando y la otra sacando crema y amasando el queso. -que guapetón ese muchacho, se ve muy educado y hacendoso, le decía la madre a la Lupe como queriendo convencerla del buen partido. Más no sabía la madre que la Lupe estaba ya trabajadita pensando en la insensatez del deseo. En el campo como en cualquier lugar, lo que se ofrece es lo que más se da, lo que se tiene y en esa casa, con las tres vacas secas y peludas del padre de la Lupe, abundaba la leche y sus derivados. -tome mas quesito D. Ricardo, aquí hay más crema, coma, sin miserias, le decía la madre y continuaba. - Apúrese, acábese eso que ya le voy a traer la lechita, recién ordeñada de la vaca que ayer parió, bien vitaminosa está, ¡¡hasta rojita viene!!. Ricardo con la aguantada de hambre que se andaba, no le ponía mala cara a los ofrecimientos y se atragantaba con todo lo que le ponían por enfrente. Al llegar la hora de acostarse, le acomodaron una tijera de lona (cama) en una esquina del cuarto de aquella casa que valga decirlo, como la mayoría en el campo, solo tiene una habitación, así que en él mismo espacio se acomodaron en su catre los padres en la otra esquina, y la Lupe en la otra. Ricardo en el menor descuido le mandaba señales a la Lupe, insinuándole que al leve ronquido de los viejos se preparara para su visita. En efecto, los padres no tardaron en sucumbir al sueño. Ricardo, acostado boca arriba, esperando impaciente a que ese momento llegara, mientras mas escandaloso roncaba el padre, el corazón de Ricardo tamboreaba más fuerte en su pecho, -uy¡¡ estoy nervioso pensó. La impaciencia y tanto derivado de la lecha que había comido, habían azuzado también sus tripas, las que comenzaban a hacer unos finos chillidos, moviéndoseles de un lado a otro. Eso no le impidió continuar con el cometido, despaciosamente se desnudó, bajándose quedito de la cama, sosteniendo la respiración, y así comenzó la avanzada hacia la cama de la Lupe, quien le esperaba desfundada y con una locura de nervios corriendo bajo su piel. Cuando Ricardo casi llegaba al regazo de la Lupe, aun en cuatro patas en el suelo, una tripa se le hizo nudo ciego en la panza y un retorcijón lo mando al piso de golpe, se sobre puso silencioso y avanzó un poco más, tentó en lo oscuro y una mano lo esperaba para guiarlo en los caminitos que esperaba Ricardo recorrer desde que vio por primera vez a la Lupe, pero ya un sudor helado, bajaba por su cara y una presión abdominal pretendían asegurar las salidas abruptas. La Lupe con sus manitos temblorosas llevaba las manos de Ricardo a sus cúspides y cavidades, este aun hincado al pie de la cama ya había perdido toda sensibilidad carnal y se encontraba resistiéndose a una agonía de otra índole, que cada vez le hacía perder su voluntad sobre los movimientos musculares del cuerpo. No aguantó más aquello y soltó de súbito la mano de la Lupe, se puso de pie, buscó a tientas en aquella ceguera oscuridad la puerta de salida del cuarto, por suerte dio en el primer intento con ella, pero lo que no recordaba era su forma de abrirla, dejaba ir su mano en la negrura, intentando encontrar una tranca en diagonal y nada, buscaba una cuña por bajo y tampoco, tiro la mano de nuevo al aire y se pasó llevando en efecto la tranca que no había sido puesta y estaba a lado, era una barrilla de hierro macizo que al caer hizo un estruendoso ruido, despertando al padre quien a su vez le dijo a su mujer, -Oi vos, levántate, quizá el muchacho quiere ir a orinar, no nos percatamos de dejarle un bote de bacinica Cuando oyó la voz Ricardo, se abatió, inflo los cachetes y aflojó el abdomen, y sintió venir una correntada de mierda por sus intestinos, su esfínter ya no obedecía, en su desesperación por no cagarse ahí nomás, se metió de súbito su dedo pulgar en el culo y logro taponiarse. La madre de Lupe, adormitada se levantó sin encender el candil, se fue a tientas también, al casi llegar a la puerta extendió la mano buscando el pasador, como iba más dormida que despierta jaló lo primero que tomó, pensando que era el dicho pasador, se encontró con el dedo pulgar de Ricardo, que al ser sacado de su sitio, se formó un arco de mierda hecha curso, bañando a la madre de la Lupe, en el preciso momento que el padre encendía el candil. En el primer destello de luz, Ricardo divisó el pasador, abrió la puerta y patitas pa que te quiero, salió huyendo de su mayor vergüenza. Las Marías y la Lupe, nunca más…
Posted on: Tue, 16 Jul 2013 06:16:23 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015