El presidente de Bodegas de Argentina aseguró que “están las condiciones para exportar” Lo afirmó Juan José Canay, presidente de Bodegas de Argentina, tras la realización del IX Foro Internacional Vitivinícola. “El camino para recuperar la competitividad está lleno de baches y hay que buscar la forma de taparlos”, aseguró Con más de 600 asistentes se desarrolló esta semana el IX Foro Internacional Vitivinícola, que reunió una vez más a destacados analistas, empresarios y académicos de todo el mundo que acercaron sus visiones sobre las proyecciones económicas mundiales, los desafíos del sector, las nuevas tendencias y las oportunidades de negocio. Juan José Canay, presidente de Bodegas de Argentina, entidad organizadora del foro, mantuvo un diálogo con Negocios y economía, para analizar el tema central de discusión: la competitividad. –¿Cómo ha evaluado el foro vitivinícola y el análisis sobre la competitividad? –Primero quiero destacar la convocatoria que hemos tenido, ya que estamos en una época difícil donde las empresas reducen su participación en seminarios, foros y capacitación en general. Sin embargo, hemos tenido una asistencia muy importante, lo que también demuestra que hay mucha preocupación sobre el tema. La competitividad hoy está afectando no sólo a la exportación sino al mercado interno y es un tema que está en la cabeza de todos. La gente quiere saber también qué está pasando en otros países, que es básicamente lo que hemos querido mostrar en este foro, para saber cuáles han sido las experiencias sobre este tema. El camino para recuperar la competitividad está, el único problema es que está lleno de baches y tenemos que encontrar la forma de cómo taparlos. –¿Cómo se llegó a esta instancia para que la industria deje de ser competitiva? –Por un lado, el problema del tipo de cambio y el aumento de los costos que no ha tenido evolución con los precios de las monedas extranjeras. Ese es un punto que nos afecta bastante, y por otro lado, la crisis que ha tenido Europa también nos afecta, porque ellos salieron al mercado con precios mucho más bajos que los que tenían antes. Entonces, nos encontramos con dos puntas que estamos jugando y que origino lo que está pasando actualmente. La exportación no está cayendo, pero no estamos creciendo como lo veníamos haciendo y eso es a donde deberíamos aspirar. –¿Se pueden dar las condiciones? –Argentina tiene todas las condiciones para exportar, no podemos ser como Nueva Zelanda, que sólo exporta vinos de precios caros. Acá tenemos mucha tierra y una producción muy grande, que en el país se vende solo una parte importante, pero que tampoco puede crecer mucho. El consumo interno está en 25 litros per cápita y tenemos que aspirar a mantenerlo en ese nivel y que no decaiga, pero no mucho más que eso. El crecimiento genuino debería venir por el lado de la exportación. –¿Cuáles son los segmentos más afectados? –El segmento más afectado es todo lo que se vende por debajo de los U$S30 FOB, para la caja de 12 botellas de 75cl, que es la base de la pirámide y es lo que más se exporta. Si perdemos ahí nuestra presencia, perdemos participación internacional. Nosotros en el Plan Estratégico 2020 habíamos planteado que Argentina fuera el 10% de la exportación mundial y estamos en el 3%. Llegamos al 4% y volvimos a bajar, estamos muy lejos y si no vamos hacia la base de la pirámide, no vamos a llegar nunca. –¿La amplia diversificación de la vitivinicultura argentina complica la toma de decisiones en materia de competitividad? –Incide en el sentido de que cuesta más sobre qué cosas hacer. Cuando uno va a los mercados de otras bebidas de consumo diario, están mucho más concentrados, son dos o tres compañías que manejan todo y que pueden hacer inversiones publicitarias y definir sus objetivos. En el caso de la industria vitivinícola es mucho más difícil, a pesar de que esta razonablemente unida, pero nos cuesta tomar decisiones porque hay distintos intereses en juego. –¿Cómo ve el panorama en el mercado interno? –La pérdida de competitividad en el exterior ha hecho que muchas empresas se vuelquen al mercado doméstico y esto ha sumado una complicación. En el mercado interno no había falta de oferta, sino que la oferta estaba y ahora es mayor. –¿Esto no favorece al consumidor? –Para el consumidor es relativo, porque a la larga es muy difícil llegar a él y lograr posicionar una marca, es un trabajo que cuesta años. Evidentemente, a una bodega que se le complicó la exportación ahora trata de vender sus productos en el mercado interno. Diario Uno
Posted on: Mon, 30 Sep 2013 15:35:17 +0000