El proveedor que vino del otro lado del mar Emilio Poujade, un - TopicsExpress



          

El proveedor que vino del otro lado del mar Emilio Poujade, un francés que instaló su almacén de ramos generales. Constituyó el crecimiento de la ciudad y el Interior. Bien se sabe que después de largos períodos en que fueron expulsados los jesuitas y que nuestros aborígenes se esparcieron de un lugar a otro, vinieron hombres de todas partes del mundo. Aquí se integraron y conformaron la “nueva aldea”. Familiares de Emile Clement Poujade (Emilio Clemente) indicaron que una vez que trabajó arduamente, este francés instaló su propio negocio. Nacido en Blars, provincia de Le Lot, desde 1888 - cuando llegó a Misiones- al 1891 la buena suerte lo favoreció. Emilio Clemente se afincó en Posadas en 1899 y cumplió múltiples tareas con los hermanos franceses Blosset, en el Alto Paraná. Y si nos retrotraemos hacia una aldea posadeña, la de características tan peculiares, nos imaginamos cuando volaban y se escuchaba el trinar de los pájaros de varias especies. Aquella, la de los espacios sin calles encuadradas, tan sólo contaba con huellas de caminitos angostos y zigzagueantes. Tan ondulantes, entre bajadas y subidas, arroyos y puentes de troncos, que le daba cierto misterio al lugar. En 1902, don Emilio formó su matrimonio con la posadeña María del Rosario Galeano y tuvieron seis hijos. Vivieron a inmediaciones del arroyo El Zaimán, en un humilde caserón de adobe y paja que se transformó en un edificio confortable, amplio y de extensa actividad comercial, pasando a proveer a los posadeños y gentes del interior. El almacén ramos generales era la Casa Poujade: lechería, panadería, surtidor de nafta, fábrica de hielo, embutidos, molino y depósito de yerba. Villa Poujade Aunque retirado de la zona céntrica, la gente concurría allí en carros, uno de los medios más utilizados. A caballo, mateos, o bien hacían el trayecto a pie, puesto que no había líneas de colectivos. De grano en grano así se inició, don Emilio. Formó la base para un futuro pueblo alrededor de su establecimiento. Fue sobre amplias parcelas de terrenos, donados con el tiempo, para levantar el Asilo o Patronato de Menores y la Cárcel Nacional del Territorio. Desde el puente El Zaimán comenzaba Villa Poujade. Con el tiempo el visionario francés fue adquiriendo tierras para su capital, siendo propietario de varias hectáreas de terrenos en Fachinal. Simultáneamente, fue el propulsor de granjas en Misiones. Expresó Capi Brañas de Poujade que el almacén “no sólo se erigió en el proveedor por excelencia de los colonos del Interior, sino también los nucleaba y asesoraba”. Por referencia de los suyos, es decir Chiqui Poujade, su abuelo Emilio era un ser fuerte, voluntarioso, incansable. Y su abuela Rosario era buena, caritativa, trabajadora, a la par de su marido Emilio. En el libro Bonpland, por donde pasaron los fundadores (1894 - 1994) comentan que en 1927, Poujade considerado, justo, bondadoso y ecuánime, se adhirió y cooperó en las comisiones de fomento de Bonpland y Cerro Corá para la construcción de un camino hasta San Javier. En 1929 cooperó en la inauguración del puente sobre el arroyo Mártires, en la picada Finlandesa y para la construcción del puente en el arroyo Mártires. En inmediaciones de sus comercios, levantó una serie de viviendas destinadas al personal. Donó parcelas de terrenos para obras de bien y para la Escuela Nº 48 Nicolás Avellaneda, en Villa Lanús, establecimiento educativo que lo nombró su benefactor. También ayudaba a sus familiares en Francia. Estos lo bautizaron “el tío rico de América”. Con otros comerciantes y demás hombres, así como el español Juan Mercadal, fundaron en 1917 la Cooperativa Banco Popular de Misiones. Años más tarde, se transformó en Banco Popular de Misiones Sociedad Anónima, siendo presidente y vice por varias épocas. Don Emilio formó parte del consejo directivo de la Cámara de Comercio e Industria de Misiones. Entre el personal de la “Casa Poujade” en sus primeros albores, se encontraban hombres que fueron representativos en esta ciudad. Nombramos a Eduardo Amores, Gregorio Alegre, Antonio Caballero, Marcos Congost, Andrés Cabañas, Santiago Correa, Asunción Escalante, Melitón Gauto, Alberto Gauvry, Lucas Mazo, Ladislao Méndez, Pedro Medina, Jacinto Nuñez, entre otros. Don Emilio Poujade falleció en Buenos Aires, el 20 de febrero de 1935, a los 61 años. Fue poco antes de embarcarse para su añorada Francia. Varios medios de la prensa escritos y toda la población se adhirieron al duelo del francés, quien se consideraba un misionero más. El sepelio de sus restos, desde la estación de Posadas hasta la Catedral para la misa de cuerpo presente, estuvo acompañado de numerosas personas y la banda municipal. Los comercios cerraron sus puertas. Detrás de la “pompa fúnebre”, tirado por caballos que relucían con sus adornos las dos carrozas: una para el féretro y otra para la flores. Los diarios La Tarde, La mañana, La Nación y Actualidades destacaron su figura. Este último expresaba que “de diversos puntos del interior concurrieron delegaciones, a esperar sus restos que llegaron con el tren del sábado”. Hablaron en nombre de sus respectivas instituciones, Ezequiel Leiva, Aurelio Vicario y Valentín Vergara. Gabriel Machado Poujade, su nieto, compuso en su honor la galopa Monte adentro, una de sus estrofas reza: “Tierra bendita donde se oye en la alborada la sonada clarinada de un teru tero que grita. Amado suelo bravío poblado de cosas bellas... sobre una orquídea el rocío como lágrima de estrella”. Después de una extensa búsqueda de su familia, una sobrina nieta de don Emilio, Danielle Espourteau Poujade, se encontró con sus familiares en Misiones, reuniendo a todos los descendientes. Cada año solían festejar sus encuentros con algún familiar de Francia, como homenaje a sus seres queridos: Emilio Clemente Poujade y María del Rosario Galeano. Mercedes VILLALBA-ELTERRITORIO
Posted on: Mon, 11 Nov 2013 01:09:14 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015