El pueblo de Israel murmuraba contra las circunstancias que los - TopicsExpress



          

El pueblo de Israel murmuraba contra las circunstancias que los rodeaban y esto fue lo que provocó el juicio de Dios. El juicio vino de tres formas: el fuego, la plaga y las serpientes venenosas. Esta es una ilustración del resultado inevitable de los lloriqueos, las quejas y las murmuraciones de un cristiano. Cuando nos quejamos acerca de dónde nos ha puesto Dios y del tipo de personas con que nos ha rodeado, del tipo de comida que tenemos que comer y de todas las demás circunstancias, pronto descubrimos: • el fuego del chisme, el escándalo y la calumnia; • la plaga la ansiedad y de la tensión nerviosa; y •el veneno de la envidia y los celos. No sólo los israelitas se quejaban de las circunstancias que los rodeaban, sino que continuamente murmuraban contra la bendición de Dios. ¡imaginense! Finalmente, llegaron al borde de la tierra de Canaán, se ubicaron sobre la misma frontera de Cades-barnea, y allí Dios les dijo: Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel. (Números 13:2) Los israelitas habían enviado espías y descubierto que Canaán era una tierra que fluía leche y miel. ¡Los espías habían llevado uvas tan grandes que tenían que cargarlas con una estaca sobre los hombros de dos hombres! Pero también descubrieron que era una tierra llena de gigantes, y temían avanzar debido a ellos. Pensaban que esos gigantes eran más grandes que Dios, así que, se negaron a entrar en la bendición que Él quería derramar sobre ellos. Entonces, Dios los juzgó. Fueron sentenciados a vagar en el desierto por 40 años. Como se habían negado a avanzar y apropiarse de la generosa voluntad de Dios para sus vidas, el inevitable juicio divino los obligó a experimentar todas las concecuencias de un fracaso. Sólo entonces podrían avanzar en el programa de Dios. Muchos cristianos vivimos de la misma manera, languideciendo en un desierto miserable e inhóspito, viviendo con un suministro mínimo del Espíritu Santo, lo suficiente para mantenernos funcionando y esos es todo. Nos pasamos la vida quejándonos de las circunstancias que nos rodean y, aun a sí, seguimos sin estar dispuestos a avanzar hacía la tierra que Dios a provisto para nosotros de manera plena. Podemos ser sustentados en el desierto, pero jamás quedaremos satisfechos allí. por esta razón, la experiencia en el desierto siempre está marcada por un corazón quejoso y una crítica interminable hacia algo o alguien. ¡A DIOS SEA LA GLORIA! By Isaías 41:9-10
Posted on: Mon, 28 Oct 2013 12:20:40 +0000

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