El templo Señor, dijo el cortesano a su rey-, Norottam, el - TopicsExpress



          

El templo Señor, dijo el cortesano a su rey-, Norottam, el santo, jamás se ha dignado entrar en el recinto de tu glorioso templo. Canta las alabanzas de Dios bajo los brazos abiertos de los árboles a la orilla del camino principal. Y el templo permanece vacío. En torno a él se agitan hombres, mujeres y niños, como las abejas que desdeñan el cuenco de oro lleno de miel y vuelan alrededor del loto blanco. El rey, herido en el centro de su corazón, se fue adonde estaba Norottam sentado sobre la hierba. Y le preguntó: Padre, ¿por qué abandonas mi templo, el de la cúpula de oro, y te sientas fuera, en el polvo, para predicar el amor de Dios? -Porque Dios no está en tu templo -dijo Norottam. El rey, frunciendo el ceño, respondió: -¿Sabes que muchos millones de oro fueron gastados por mi magnificencia para levantar esta bordada maravilla del arte que fue consagrada a Dios con suntuosas e inolvidables ceremonias? -Lo recuerdo -contestó Norattam-; fue precisamente en el año en que millares de personas, con sus casas y sus campos incendiados, en vano clamaban socorro a tu puerta. Y Dios pensó: Esta vil criatura que no puede brindar socorro a sus hermanos, me construye una morada! Y se fue con los hambreados y sin techo bajo los brazos abiertos de los árboles, a la orilla de los caminos. Y esa dorada pompa de jabón está vacía. Sólo habita allí el orgull0 humeante del incienso. El rey gritó encolerizado: -Sal de mi país. Tranquilamente el santo replicó: -Bien, destiérrame de donde ya has desterrado a tu Dios. Y partió por el ancho camino polvoriento entre los pobres que le tendían sus brazos.
Posted on: Fri, 25 Oct 2013 01:27:28 +0000

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