El té frío primero quemaba el paladar y apagaba la sed después. Uno que otro exclamaba su agrado, con un ruido ahogado de satisfacción. El vendedor pregonaba su venta diciendo: el té bien frío, cómprale y colabora con Jacinto. ¿Quién será Jacinto? Preguntó alguien, que obtuvo como respuesta una risa colectiva. La venta iba bien en ese microbús, sirvió 9 en un recorrido de 2 cuadras; y con notable pericia de no derramar una gota. Los que compraban dejaban por justificado que, los dedos de Jacinto medio rozaban el contenido de los vasos que luego bebieron. Jacinto abandonando el colectivo, agradeció al conductor, deseó buen día a los pasajeros. Las caras se transfiguraron pasando del placer al horror y el té súbitamente se volvió amargo. Un importante número de los que consumían, notaron que el bolsillo posterior de su desgastado pantalón, dejaba ver un mugriento manchón de sucio producto del entrar y salir de sus manos (las que servían el té) para cobrar y devolver el dinero de sus compradores.
Posted on: Tue, 29 Oct 2013 01:26:27 +0000
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