El vil metal contamina el producto de casa Aunque esgrimieron otro - TopicsExpress



          

El vil metal contamina el producto de casa Aunque esgrimieron otro tipo de argumentos, Llorente y Amorebieta optaron por dejar el Athletic en vista de que el club no estaba por la labor de transigir con sus desmedidas exigencias económicas JOSE L. ARTETXE- PUBLICADO HOY EN DEIA - Domingo, 30 de Junio de 2013 - Hoy se pone el punto final a la historia, triste, de dos futbolistas que en su día el Athletic catalogó de estratégicos por su valor y proyección y que, adquirida tal condición, con el consiguiente reflejo en sus cuentas corrientes y en su consideración deportiva y social, no tuvieron empacho en renegar del club que les formó desde niños, les hizo ser importantes en la élite y les convirtió en millonarios, muy probablemente prematuros, tal y como quedaron retratados en feliz observación de Marcelo Bielsa. Desde mañana pertenecerán a otros equipos, donde será imposible que les adjudiquen un rol similar al que tenían. Hagan lo que hagan vistiendo sus nuevas camisetas, serán dos más entre profesionales de muy diversa procedencia, sin ningún tipo de vínculo afectivo con el escudo que defenderán y, lo que es más importante, habiendo dejado en su lugar de procedencia un poso negativo. Fernando Amorebieta y Fernando Llorente no volverán a jugar en el Athletic por decisión propia. Después de haber cubierto ocho y nueve temporadas en el primer equipo y ambos un total de diecisiete en Lezama, desde que ingresaron en 1996 en categoría alevín, acabaron de mala manera. Lo suyo solo se entiende como un ejercicio de inconsciencia, de incapacidad para reconocer y agradecer todo lo que el Athletic hizo por ellos, bastante más de lo que en realidad se merecían. Utilizaron todo tipo de argumentos para justificar sus salidas, no se ruborizaron cuando los modificaron en función de su conveniencia, pero en última instancia en los dos casos existe un trasfondo evidente que tiene que ver con el vil metal. Se subieron a la parra en sus exigencias y creyeron que podrían chuparle la sangre a una institución que ya les abonaba suculentas fichas y que encima estuvo dispuesto a revisarlas al alza para lograr su continuidad. Por si quedase alguna duda sobre su desmedida ambición y su mala calidad profesional, ahí está el rendimiento que dieron en su última campaña en San Mamés. Llorente y Amorebieta antepusieron sus problemáticas personales a su aportación deportiva, de forma que ni se aproximaron al nivel que poseen, en una demostración palpable de su nula implicación y respeto por el equipo, por sus compañeros y por su entrenador. El origen del problema radicó en que siempre creyeron que conseguirían doblegar la voluntad del club, en concreto de la directiva de Josu Urrutia, cuyas ofertas nunca les parecieron suficientes, pese a que comportaban notables aumentos que les situaban en lo más alto del ránking muy lejos del resto de la plantilla. la clave Antes de la Eurocopa 2012, consumieron muchos meses de conversaciones, pero fue entonces cuando supieron de boca de Javi Martínez que el Bayern Múnich estaba decidido a abonar una cantidad astronómica por sus servicios. Aún se desconocía cuál sería el importe definitivo de la operación, que finalmente cubrió la cláusula del navarro, 40 millones de euros, pero calcularon que Ibaigane ingresaría lo suficiente para satisfacer sus exigencias y se hicieron fuertes. Sucedió que el Athletic no cedió, como no lo hizo ante el Bayern, y mantuvo las ofertas, con muy ligeras variaciones, al parecer insatisfactorias para Llorente y Amorebieta. Este jugaba además con otro factor, pues la marcha de Javi Martínez le revalorizaba en la demarcación de central, o eso creyó él. Al delantero, que la temporada 2011-12 había percibido entre fijo y variables en torno a los 3,6 millones, el Athletic le daba 4,8, por debajo de los 5,5 que pretendía. Amorebieta, por su parte, solicitaba dos millones, medio más por temporada de lo que ya ganaba y el club se estiró hasta los 1,8 y cinco años. Siempre netos, libres de impuestos. Estos dos hombres ya eran los que mejor cobraban (junto a Javi Martínez), pero querían más porque exigían que fuese el club quien se hiciese cargo de las comisiones de sus agentes, que casualmente son sus hermanos. Y el Athletic entendía que dichas comisiones no eran de su competencia, pues las negociaciones entabladas eran para prolongar contrato, ni uno ni otro eran fichajes y, por lo tanto, eran los propios jugadores quienes debían abonar los servicios de sus familiares. El 13 de agosto, Urrutia anunció que retiraba la oferta a Llorente ante la negativa de este a firmar. Justo dos días después, Javi Martínez disputaba su último encuentro con el Athletic, un amistoso en Barakaldo. El Bayern iba a tumba abierta, aunque el Athletic no cedería. Amorebieta dio largas, no dijo expresamente que no renovaría, pero nunca tuvo intención de hacerlo. Se demostraría meses más tarde. El 4 de enero, Urrutia le trasladó que ya no tenían nada que negociar, desde tres días antes Amorebieta era libre para gestionar su porvenir donde estimase oportuno y lógicamente Ibaigane no podía seguir con la mano tendida. En noviembre, Amorebieta rompió con Gorka Arrinda con la disculpa de que no le había facilitado alternativa alguna en otras ligas. Arrinda le había aconsejado que aceptase los términos de la oferta del club y en vista de que no iba a rascar más dinero, el jugador pensó que no merecía la pena que se llevase la comisión, prefería que todo quedase en casa, en el bolsillo de su hermano. Comentar que cuando Amorebieta, que ya había tenido serios problemas con otros agentes, escogió a Arrinda, lo hizo con la esperanza de explotar en su beneficio la vinculación que tenía con el anterior presidente, Fernando García Macua, pero las elecciones trajeron el relevo en Ibaigane y en vista de que esa baza había perdido fuerza, se quedó solo con su hermano. justificaciones Consumado el divorcio con el Athletic, Llorente empezó echando la culpa a la prensa, que le habría puesto la afición en contra. Luego, habló de otras aspiraciones deportivas, hambre de títulos, de Champions, pero entonces no tenía ningún destino atado, pues en verano no hubo interés de la Juventus, los italianos nunca hicieron una oferta en firme, ni a la baja. Posteriormente, reprochó a Urrutia su intransigencia y terminó insinuando que tampoco hacía migas con Bielsa, al deslizar que le atraía Valverde, el técnico que le hizo debutar en Primera. De dinero solo habló para afirmar que la ficha que el Athletic le daba era "irrechazable", pero nunca dejó de pedir más, para pagar a su hermano. Amorebieta fue más parco, concentró todos sus mensajes una vez la temporada estuvo acabada y mintió sin sonrojarse, al negar por ejemplo que el presidente, Josu Urrutia, hubiese hablado con él. Tergiversó el proceso asegurando que se enteró por la prensa de que el Athletic retiró la oferta de renovación y se atrevió a decir que no se había sentido "arropado" por el club y hablaba del club que le daba nueve millones limpios por cinco años de trabajo. En fin, que desde hoy esta pareja de incomprendidos por fortuna ya no está en el Athletic. En vista de su desapego e insensibilidad, cabría concluir que en esta historia estar en y ser del Athletic son considerados sinónimos.
Posted on: Sun, 30 Jun 2013 20:33:15 +0000

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