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Ellos tienen la palabra La opinión del plantel de Colón en el vestuario de Tigre fue decisiva para que Rubén Darío Forestello se siente en el banco ante Arsenal. Otro revés definitivamente cerraría el ciclo de Yagui al frente del equipo. Perdido. Sin rumbo. Sabiendo que llegaba a ocupar un cargo importante del cual ratifica cada fin de semana que no está a la altura. Tuvo injerencia a medias con la dirigencia más nefasta de los últimos años para armar un pésimo plantel. Los que llegaron no le atan ni los cordones a algunos de los que se fueron por distintos motivos. Así está Colón. Sumergido una vez más en un túnel sin luz que conduce indefectiblemente a un descenso de categoría sin no hay cirugía mayor en varios focos. Puede que no sea en esta temporada, pero que tarde o temprano tendrá el final menos deseado por su gente. Esa que lo hizo grande mientras lo están despedazando. Esa que recorrió miles de kilómetros para seguirlo. Es la misma a la que hoy quieren tapar con sus reclamos en el estadio Brigadier López por un par de imbéciles comprados por este gobierno que se pasean por el mismísimo barrio Centenario en lujosas unidades móviles. El fervor popular de una de las pasiones de Santa Fe nunca esperó ni imaginó en el peor de sus sueños esta cruda, cruenta y dolorosa actualidad deportiva e institucional. Rubén Darío Forestello llegó a Colón por descarte y falta de dinero. El actual presidente de Colón en su extensa andanada de mentiras quiso valorizar su trabajo en un equipo que se fue al descenso. Perseveró que aterrizaba por recomendación de César Luis Menotti, algo que el ex DT campeón del mundo se encargó de desmentir. El Yagui es una pequeña parte de esta historia. Con un ciclo cumplido y poco por hacer. Presentó la renuncia pero fue avalado por un respaldo dirigencial y con el apoyo unánime de los jugadores, esos que hacen todo para echarlo en un rectángulo desde el viaje a Mendoza. Va por más Está claro que humildad, perfil bajo, capacidad, conocimiento y honestidad son palabras que no figuran en el diccionario del abogado que llegó en 2006 al gobierno sabalero. Ganó dos elecciones más luego. Debería llegar su mandato hasta diciembre 2014, convirtiendo al club en el “Barcelona sin Messi”, tal una de las tantas frases payasescas que el ambiente deportivo nacional tiene en sus archivos. Hoy el rubio dirigente no puede caminar por la ciudad. Sus familiares deben soportar actos de incultura por la manera de conducir un club tan popular como es Colón. Ya casi no tiene, a excepción de un par de lamebotas, compañía. Le falló a todos en una carrera ascendente que lo unió al titular de la AFA, con la capacidad suficiente para escalar hasta ser el encargado de la Selección Argentina. El presidente de Colón no sabe lo que es una pelota de fútbol, pero lleva casi una década usando a Colón para enriquecerse descaradamente. Usa una pasión para avanzar en un mundo distinto a sus raíces. Seguramente no se acordará cuando tenía menos kilos y repartía boletas de la UCR en barrio 9 de Julio. Cuando la soberbia y el ego lo pusieron en un alto punto de ebullición, la aparición del mitómano le dieron forma al personaje altanero y mitómano que recorre todos los aeropuertos del mundo. Claro que se cree intocable y sabelotodo. Todo le está volviendo en cantidad. Un daño constante que duele, deja de rodillas y sin esperanzas a un hincha que palpa un epílogo decididamente triste. Tendrá otra vida Arsenal llegará invicto a Santa Fe. Allí, Colón buscará frenar la racha sin puntos y goles, con un panorama bastante complicado para el actual entrenador. No contará con tres futbolistas (Maximiliano Caire, Lucas Landa y Rubén Ramírez) expulsados el pasado domingo en Victoria. Forestello deberá plasmar todo lo bueno que dijo de sus pupilos. Intentará en un clima hostil desplegar sus conocimientos. Al fin y al cabo siempre soñó, como en su época de futbolista, progresar ahora sentado en un banco de suplentes. Su honestidad y contracción al trabajo no se discuten. En estos momentos, Colón necesita claridad y tiene una cabeza podrida. Entonces es muy difícil que el resto del cuerpo pueda funcionar para encontrar signos vitales que lo pongan nuevamente de pie.
Posted on: Wed, 02 Oct 2013 00:58:50 +0000

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