Emir, el Rey de la bolita. Emir fue un gran jugador de bolita. La - TopicsExpress



          

Emir, el Rey de la bolita. Emir fue un gran jugador de bolita. La bolita y el fútbol fueron nuestros mayores entretenimientos infantiles, pero hablaré aquí de Emir en el arte del hoyo y de la quema. Con mi hermano llegamos a ser buenos jugadores de bolita, pero nunca igualamos el talento de Emir. Esta es en verdad la história de un despojo que luego fue remediado. Una tarde de verano hubo un desafío: te jugamos por 50 bolitas a todo o nada en un solo partido, retamos a Emir con mi hermano. Listo dijo Emir. 50 bolitas era un capital enorme para un niño. El partido fue en la cancha que había justo al lado de casa, sepultado injustamente desde hace muchos años por ignominiosas baldosas, pero ese es otro tema y no me quiero desviar del principal. En la tarde tórrida de Enero a eso de las 16 hs no había nadie en las calles, solo nosotros para disputar el duelo. Emir hizo hoyo enseguida, y al instante de comenzado el partido y de un disparo límpio cambió mi bolita por la de él !!! quema gritó Emir ¡¡¡¡, y media derrota ya estaba consumada. Luego, y posicionado sobre el lugar donde había estado mi bolita ya fuera de juego, Emir se concentró en el próximo disparo. la bolita de mi hermano estaba lejos, a mas de dos metros de la de Emir y en una hondonada de la cancha, erá dificil impactarle. Pero Emir no falló, con otro disparó certero dio de lleno en la bolita de mi hermano, y todo había terminado !!!!! GANE, GANE ¡¡¡¡¡ GRITÓ EUFÓRICO eMIR. !!! GANE 50 BOLITAS !!!!, y su grito de triunfo retumbó en la silente tarde de verano. Después hubieron protestas de mi hermano: " hiciste manga " ( artilugio antirreglamentario que consistía en estirar la mano por sobre la posición real de la bolita del contrincante vencida por la quema), !!! hiciste manga ¡¡, reforcé yo, " manguero, sos un manguero ". Hubieron gritos y empujones. Emir volvió a su casa con la victória en el corazón y los bolsillos vacíos de bolitas. Nosotros volvimos a las nuestra como quien sabe que ha cometido un delito. Al día siguiente tocamos la puerta de la casa de Emir, y cuando apareció nuestro querido amigo le dimos las 50 bolitas que había ganado en buena ley, y el despojo al final por imperio de la conciencia y de la sra. justicia nunca fue consumado. No hubo revancha, estaba claro para nosotros que ibamos a perder otras 50 bolitas.
Posted on: Sat, 07 Sep 2013 01:51:12 +0000

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