En "BUENAS VIBRAS" Hablando de… El perro es un animal que nace predestinado para la lealtad. Su “dueño” o amo puede tratarlo con la crueldad más grande del mundo; junto a ese hombre puede soportar las peores miserias: el perro desconoce el acomodo o el dinero; en fin, hasta se ha visto casos en los que este noble animal ha sido echado de alguna vivienda de un puntapié y pese a ello, con la cola debajo de sus patas, el perro ha retornado más sumiso que nunca. En las ruinas de Pompeya y Herculano han sido encontrados esqueletos de perro que han muerto junto a sus amos durante la erupción del Vesubio. Existe una anécdota relacionada con María Estuardo, reina de Escocia (1542-1567). Cuando esta famosa dama recibió del verdugo el hachazo mortal que cortó su cabeza, de entre sus vestiduras saltó un pequeño perro que atacó furiosamente al verdugo mordiéndole una de sus manos. Todos los seguidores de la reina, inclusive su hijo, la abandonaron en la hora de la muerte. El único que la defendió en el momento postrero y fatal… ¡fue su perro! Esos antecedentes han debido inspirar a alguna o algún pensador europeo para escribir: “Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro”. Arthur Schopenhauer dijo: “Si no existieran los perros, no desearía vivir”. Ricardo Palma: “El mejor amigo… un perro”. El boliviano Man Césped: “Bondadoso perro, estás lejos de ser hombre, pero eres casi un ángel… bestia cristiana, grande en nobleza y en valor, es a ti a quien yo llamo con amor: Hermano Perro”. El autor de esta nota: “Amigo de cuatro patas y orejas largas, al hombre cruel y traidor le dicen perro; y tú, no te enojas. La hembra del perro, cuando éste es ruin con ella y busca favores de otras… ¿le dice: hombre”? *** Estas líneas han sido escritas precisamente en el día del perro: 16 de agosto, San Roque. Y a propósito de este acontecimiento, aquí van algunos comentarios que bien pueden ser considerados como divagaciones sobre el hombre y el perro: Si el hombre hubiese nacido con esa predestinación natural hacia la lealtad como el perro, tal vez la historia de la humanidad habría sido escrita de otra manera. No conoceríamos, entre muchas otras, las traiciones de Caín y Judas Iscariote, relatadas en los libros religiosos. Tampoco serían comentadas las grandes traiciones en la época de la aristocracia romana: César, Marco Bruto, Catilina, Tiberio, Calígula, Nerón, Agripina, etc. La guerra entre griegos y troyanos no tendría el condimento del famoso caballo de madera en cuyo interior fueron ubicados sagazmente grupos de guerreros traidores. Lincoln, Kennedy y Luther King, entre otros líderes, habrían terminado sus días apaciblemente. Las guerras en todo el mundo serían algo así como argumentos de películas de acción y aventuras. En Bolivia (o lo que hoy es Bolivia) no se habrían producido las conquistas quechuas sobre aymaras, ni españolas sobre quechuas. Túpac Katari no habría sido delatado por uno de los suyos. Pedro Domingo Murillo, Manuel Victorio García Lanza, Gabriel Antonio Castro y muchos otros no habrían sido traicionados para morir gloriosamente. Bolívar, Sucre, José Miguel García Lanza, Blanco, Santa Cruz y todos los que fueron figuras descollantes en la historia boliviana, habrían vivido días halagüeños. Ni qué decir de sucesos de todos los tiempos desarrollados en las actividades políticas en la búsqueda del poder: traición, deslealtad e “infiltraciones”. Y para finalizar, la antropología ya no sería tal: sería otra ciencia y llevaría otros nombres, como perrología, canología o algo parecido. *** Como se podrá deducir, el perro es el ser humano (decirle animal no parece justo) más noble de la creación. El destino que le ha otorgado el Creador del Universo es el más digno y hermoso. Por eso: ¡Bendito seas, perro. Mil veces bendito¡ Jorge Villanueva.
Posted on: Fri, 16 Aug 2013 10:54:11 +0000