En Palabras de Nuestro Editor: Antes de la aparición de la imprenta de Gutemberg, a mediados del siglo XV, ya existían libros que estaban en bibliotecas para consulta de unos cuantos iniciados. Claro que la forma de obtener esos objetos, muy lejos todavía de convertirse en una mercancía de libre circulación, era a través de las copistas, que se encargaban de transcribir, libro por libro, las grafías que lo componían. Lo que el tipo móvil de Gutemberg vino a revolucionar fue precisamente esta dinámica, pues gracias a su maravilloso invento la reproducción de los libros se empezó a hacer de manera mucho más generosa, ya que en el mismo tiempo que un copista tardaba en formar un ejemplar, gracias al ingenio de este célebre alemán se podían hacer cientos de copias. Es evidente que esta transformación acabó con la profesión de copista y pronto se fue configurando un nuevo oficio de impresor. Es decir, no sólo se trasformaron los objetos producidos sino hubo también una profunda transformación entre quienes los producían. Pero los cambios no quedaran allí, pues todavía más trascendental fue el hecho de que una producción abundante de libros tendría que encontrar igual número de destinatarios, lo que llevó necesariamente a crear nuevos y muchos más lectores que los pocos iniciados que tenían acceso a las bibliotecas de libros elaborados por antiguos copistas.
Posted on: Wed, 04 Sep 2013 16:34:58 +0000
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