En la Mansión de los Morph… Días después… La noche cubría el techo de la empedrada construcción, el silencio circulaba por el aire que se sentía frío, justo como en los días de invierno. Bejj caminaba por el pasillo guiando su lento andar con el brillo lunar que entraba por los translucidos cristales de los marcos a un costado. Se detuvo, contempló la brillante luz a través de sus pupilas y miró las pocas estrellas que apenas iban apareciendo. Llevaba algunos vendajes en los brazos, hombro y el torso, en el cual tenía tatuado una enorme cicatriz en forma de zarpa. Lentamente se alejo del pasillo avanzando como una tenue sombra entre la nocturna oscuridad, pasó por una extensas escaleras que lo llevaron hasta un piso superior, donde caminó a través de otro largo corredor adornado con esculturas abstractas y amplias columnas en acabados dorados. Poco después se detuvo frente a una enorme entrada, dos puertas gigantescas que alcanzaban a topar con el borde del techo. Las observó, visualizando sobre ellas las figuras grabadas de un ángel y un demonio desnudos que parecían empujarse. A pesar de ser su hogar, a Bejj le perturbaba mucho la imagen de los dos entes, sentía como si estos fueran a salir de su pose para atormentarlo, o al menos esa era la reacción que tenía cuando era un niño, sentimiento que aun siendo mayor no dejaba de experimentar. - Es aterrador – pensó. Sin embargo, un objeto que colgaba de la manija atrajo su atención. Era un listón negro que se mecía delicadamente y que debido a la magnitud de la entrada no se percibía a simple vista. - ¿Por que hay un listón negro colgado en la perilla? – se preguntó extrañado. - Se acostumbra poner uno cuando alguien de nuestra familia ha fallecido – dijo una voz que se aproximaba al joven Morph. - ¿Quien anda ahí? – alzó la voz. De una de las columnas, se asomó una linda jovencita de alborotado cabello chino, llevaba encima un vestido corto con encajes ondulados y una chalina negra de seda con una “M” bordada en color rosado. Sus ojos estaban cubiertos por una delicada capa de maquillaje rosa que armonizaba el tono azul de su iris y su boca pintada de un intenso brillo acaramelado. - ¡Ah! Eres tu Xiceta – dijo decepcionado devolviendo la mirada al delgado listón. - Veo que te levantaste ya; pero pierdes el tiempo, mi padre no desea verte – le dijo ella al tiempo que se acercaba a la enorme entrada. - No te entrometas Xiceta – le dijo él. - No lo hago, eso fue lo que él nos ordenó – le respondió. Xiceta era la hermana menor de Bejj, una adolescente con apariencia de niña buena; pero que tenía una personalidad más fría y sádica que cualquier matón con el que el propio chico se hubiera topado antes. - ¿Por qué esta ese listón en la puerta? ¿Quien de nuestra familia ha caído? – le preguntó a la chica. - Y a parte de todo lo ignoras. Ahora veo por que papá esta enfadado contigo – le respondió ella. - ¿De que hablas? – insistió él. - ¿Realmente no lo sabes? Eres una vergüenza para la familia Bejj – dijo al tiempo que el tono de su voz se volvía mas frio – ¡El pobre Solomon! Y todo por tu culpa - ¿Qué? ¿Qué pasa con Solomon? – preguntó exaltado. - El murió, mientras tu… La chica se interrumpió y sacó de una de las botas negras que vestía un revolver que mantenía escondido, el cual apuntó directamente hacía Bejj. Este se sobresaltó por la repentina noticia de la cual no tenía conocimiento y se quedó petrificado de ver a su propia hermana apuntarle con su arma. - No entiendo de que hablas – le dijo – ¿Cómo es que Solomon murió? - No te hagas el tonto Bejj – decía la chica quien mantenía el arma fija en su hermano – tu eras responsable de él. - Pero, no lo entiendo, el estaba… - ¡Cállate! No tienes derecho a decir nada – le respondió ella – en lugar de él debiste haber sido tu. Meteré una bala por tu maldito cráneo y haré pedazos tus asquerosos sesos. Eso en venganza de mi adorado primo. Bejj seguía impactado; pero no podía hacer ningún movimiento. Justo en ese momento una voz siniestra resonó por toda la habitación, provocando que un violento escalofrío congelara la piel de ambos muchachos. - ¡Basta ya Xiceta! – se escuchó. - ¡Padre! – dijeron ambos. - ¡Retírate por ahora! ¡Deja que Bejj entre! – le ordenó. La jovencita bajo su arma y le lanzó una mirada molesta al sujeto, quien a su vez le frunció el seño, enfadado por su acción de amenazarlo. Xiceta guardó su arma en la bota y se alejó del chico escondiéndose de nuevo en la columna de donde no volvió a salir. Por otra parte, la gran puerta se abrió de par en par, separando las dos imágenes grabadas en ella. Dentro del gran cuarto, solo se alcanzaba a ver una fila de libreros que daban a un enorme ventanal en donde estaba ubicado el escritorio de Beux, el patriarca de la Familia Morph. Bejj caminó lento a través de los libreros, los cuales a simple vista podían verse impecablemente ordenados. Llegó hasta el final de la habitación, en donde miró el escritorio donde su padre se encontraba, sobre él había un portarretratos que contenía la fotografía de Solomon y cerca de la misma, una vela encendida acompañado de una varita de incienso que estaba ya bastante gastada. Era una imagen bastante vieja pues el sujeto no tenía la marca en forma de “X” en su mejilla. - He venido a verte padre – dijo el chico. Beux estaba sentado sobre una silla giratoria bastante amplia dando la espalda al chico. Veía a través del ventanal la luz de la luna, la cual Bejj hace apenas unos minutos ya había logrado admirar. - A él le gustaban estas noches – dijo Beux – le habría encantado ver esta luna tan hermosa. - Padre yo…- se interrumpió al ver el caer de la ceniza de la pequeña vara de incienso; sin embargo no se atrevió a decir mas. - Dime algo Bejj – le dijo. - ¿Que es padre? - ¿Como fue que te atreviste a dejarlo solo? – preguntó serio el hombre. El joven Morph se enmudeció por completo, aun no lograba asimilar la repentina noticia expulsada de boca de su hermana. Por un momento vio la fotografía y miro en ella la jovial expresión en sus ojos. - ¡Contéstame! – dijo Beux al tiempo que giraba la silla para ver de frente a su hijo. El hombre tenía la frente arrugada y lanzaba una mirada fría hacía Bejj, quien inmediatamente se puso muy nervioso al ver la profunda visión de su padre. Agachó la cabeza, solo para concentrar sus ojos en la alfombra debajo del escritorio. - Yo…no entiendo como paso – respondió. Beux apartó la mirada de él y tomó con sus manos la fotografía de su sobrino, la acarició como si lo tuviera frente a él y comenzó a decir: - No puedo creerlo, incluso el que te arranco la vida, fue el mismo sujeto que dejo esa cutre marca en tu rostro. - ¿Que? – se sobresaltó Bejj. - ¡Ese maldito! – exclamó – ¡Te arrancó de nosotros! El sujeto lanzó la fotografía, la cual al caer provocó que el cristal del portarretratos se rompiera en pedazos. Después, de un pequeño cofrecito que estaba sobre el escritorio, Beux sacó un enorme habano y lo encendió con una diminuta llama que brotó de su dedo pulgar. Le dio una fumada antes de expulsar el humo el cual sacó lentamente con un leve soplido. - ¡Padre! – dijo Bejj. - ¿Que estabas haciendo, mientras Rokubo Vander clavaba su espada contra tu primo? – preguntó directo. - Padre, yo solo… - ¡Respondeme! – exclamó furioso dando un golpe al escritorio, del cual salió liberada una ráfaga de aire que hizo retroceder a Bejj. Bejj se exaltó al sentir la poderosa energía que fluía de su padre a la cual parecía tenerle un cierto temor. - Tu misión era sencilla. Ir a ciudad Ivanov y descubrir el escondite de los Vander, regresar aquí e informarme – le dijo – ¿Qué cosa idiota fue lo que hiciste después? - Bueno yo…encontré a uno de los miembros de su familia y envíe a Solomon a seguirla – respondió el chico quien comenzaba a temblar – él la hallo y después se enfrentó a… - ¿A quien? – le preguntó. - Al miembro oscuro – le respondió. - “El miembro oscuro”, ¿Dices? – expresó el hombre sin expresar ningún tipo de sorpresa al tiempo que daba otra fumada al enorme cigarrillo – y entonces ¿Por qué no lo ayudaste? - Yo…bueno, creía que estaba dándole una lección por haber fallado y… - Ah claro, olvidaba que tu eres el líder de esta familia – dijo sarcástico el hombre. - Yo no esperaba que… - ¿Que lo mataran? Bejj se quedo sin palabras nuevamente y agacho la cabeza. - Así que castigaste a Solomon por no obedecer tus órdenes, dejándolo solo para poder irte tranquilamente a Alwayspring a realizar tu proyecto personal ¿No es verdad? – le dijo el hombre. - ¿Como sabes lo de Alwayspring? – preguntó sorprendido el chico. - Blake me lo contó todo, ella vino a verme hace dos días preocupada de no recibir una reprimenda y me relató todo lo que allí sucedió – le respondió. - Esa mujer ¿Cómo se ha atrevido? - No te emociones tanto, tuvimos que usar un truco para que ella hablara. Al parecer ella también ignoraba lo que le paso a Solomon. – le mencionó el hombre. - ¿”Tuvimos”? - Si, envié a Tokageru para seguir tus pasos después de que él encontrara a Solomon muerto. - ¡Tokageru! – exclamó él. - Así es Bejj – se escucho una voz que se aproximaba hacía los dos sujetos. Se trataba de Tokageru, otro de los primos de Bejj, un sujeto alto y rubio con un par lentes oscuros y una socarrona sonrisa dibujada en su rostro. Su mirada a la hora de quitarse las gafas era muy parecida a la de Blake y eso era por que él era hermano mayor de la chica. A Bejj no le hacía gracia la entrada de este, pues no llevaba una relación particularmente buena con él, esto debido a que a pesar de nos ser directamente hijo de Beux, el hombre tenía especial preferencia por Tokageru, quien era uno de los miembros de la familia Morph mas eficiente y habilidoso. - ¿Por que enviaste a este “lengua de serpiente” a seguirme padre? – preguntó furioso el chico. - Ese sobrenombre me gusta, creo que lo usaré de ahora en adelante – dijo el recién llegado mientras guardaba sus gafas en la bolsa interior de su chaqueta. - Sabes muy bien que Tokageru es mi mano derecha y después de tus incontables errores, no iba a permitir que fueras por ahí sin vigilancia. Además él es el más indicado para las misiones de los Moprh – dijo tajantemente Beux. - Me halagas tío – dijo al tiempo que le hacía una reverencia al líder de su clan. Bejj hizo una mueca inconforme por el comentario de su progenitor y evitó cruzar cualquier tipo de mirada con él. - ¿Cómo sabias que iríamos a Alwayspring? – le preguntó a su primo. - Se te olvida que fui yo quien tomó ese lugar – le respondió. El joven Morph sabía que eso era cierto y aunque le doliera admitirlo, había sido Tokageru quien había reclamado el lugar de la eterna primavera como territorio para los Morph; sin embargo las intensiones de la familia en ese lugar en realidad iban dirigidas a otro motivo, mismo que Bejj había modificado a su propia conveniencia - Lo que hiciste ahí fue solo tu propio fracaso – le mencionó el hombre. - ¿Como te atreves a hablarme de esa forma? – rezongó altaneramente. - “La aguja oscura” – interrumpió Beux – eso fue lo que hiciste ahí ¿o no? El chico se quedó mudo, los planes que había ideado, aunque no eran ajenos para su padre, no eran precisamente alentados por él. - Tu silencio lo confirma. Así que decidiste jugar al mago y quisiste crear un arma ancestral de la cual no conoces los alcances ¿cierto? – le dijo el hombre – y justo como predije eso solo fue un fracaso. - Pero, la aguja, en realidad funcionó – dijo entre dientes. - ¿Y en serio crees que funcionó? – preguntó irónico observando el semblante confundido de su hijo – ya Tokageru reportó todo lo que sucedió. - ¿Todo? – pensó él. - Si, incluso la aparición de ese chico de las garras que parece estar en compañía de la menor de los Vander, y que resulta ser que lleva consigo el Code Type ¿O estoy equivocado? - No mi señor – respondió Tokageru. - Pero ellos, no importan ellos, la aguja realmente funcionó – dijo Bejj. - Lo que no importa es si lograste algo con tu ocurrencia. Gracias a tu desinterés por tu familia ¡Uno que yo quería esta muerto! – exclamó Beux mientras que lanzaba otra bocanada de humo – yo no se en que demonios estabas pensando, se supone que todos en esta familia se cuidan unos a otros; pero tu eres tan arrogante que solo piensas en ti mismo. Se supone que como el siguiente dirigente de los Morph deberías anteponer a tus allegados antes que tus propios intereses; pero si ese es la manera en que piensas tal vez deba quitarte el privilegio que te da tanta confianza en ti mismo. - ¿De que hablas? – preguntó. Tokageru lanzó una risilla burlona sabiendo con exactitud las siguientes palabras que su tío le dirigiría a Bejj, algo que no le agradaría escuchar. - ¿Y tú de que te ríes? – le preguntó Bejj. Beux lanzó una mirada de complicidad a su sobrino la cual el otro entendió a la perfección. - Hable con Tokageru hace unos días y lo he nombrado como el nuevo Bhisil de nuestra estirpe – dijo el padre de Bejj. - ¿Que?¿Cómo pudiste decidir algo así? Yo soy tu hijo – le reclamó furioso el chico. - Es precisamente por esa razón que lo hago, el titulo me fue heredado a mi hace años por el privilegio de haber nacido como hijo directo del patriarca; pero en ese entonces, yo era el mas capaz para desempeñar ese titulo, tu no eres mas que un niño mimado con aires de grandeza – le dijo. - Pero el titulo es mío ¡Es mi derecho! - Derecho, que puedo quitarte por el simple hecho de ser el líder, el titulo será pasado a aquel que yo consideré apropiado, en este caso Tokageru, quien ha demostrado ser devoto a su sangre. Eso lo hace la mejor elección - Pero no es justo, yo… - Tu no haz demostrado mas que decepción hacía mi – lo interrumpió – dejaste a uno de los tuyos morir por tu complejo de superioridad y por poco causas la muerte de otro mas, o que acaso creíste que deje pasar las fuertes heridas que Blake lleva sobre ella; además jugaste con fuerzas mas haya de tu control Bejj y jugar con el flujo de la vida te traerá fuertes consecuencias. Tu madre estaría decepcionada. - ¡No la metas en esto! – dijo furioso. - Entonces acepta lo que he declarado. Tokageru será mi sucesor y tu tendrás que reparar las cosas que haz causado, serás despojado de tus privilegios, ahora ya no eres mi hijo, serás un soldado mas, serás parte de la nueva unidad centinela la cual será comandad por Xiceta, tu hermana, estarás bajo sus ordenes y tendrás que obedecerlas. – declaró el sujeto. Bejj se dejo caer sobre la alfombra completamente sorprendido por las palabras de su padre. No podía creerlo, estaba siendo rebajado a ser un peón fácil de quitar en el tablero de su familia. - ¡Ahora retírate! – le ordenó al chico - los asuntos que hablaré con Tokageru no son de tu incumbencia. El chico se reincorporó lentamente, su cara estaba pálida y su mirada completamente perdida. Se sentía derrotado, como si la herida que llevaba en su pecho le siguiera causando daño. Se giró, percibiendo que su padre ignoraba por completo su mediocre y lastimoso andar. En eso, sintió la mirada venenosa de su primo, quien lo veía como una serpiente mira a un indefenso ratón. No le tomó importancia y salió de la sala sin decir palabra alguna. - ¿No crees que fuiste un poco duro con él?¿por que le dijiste esa mentira de que yo seré el nuevo bhisil? – le dijo Tokageru a su tío. - Bejj es un chico fuerte, ya se repondrá, además necesita aprender algunas cosas antes de convertirse en el nuevo líder – respondió el hombre que apagaba el habano en el circular cenicero frente a él – ahora si pudieras ayudarme a acercar mi silla – le indicó señalándole una silla de ruedas que estaba recargada en uno de los libreros. Tokageru chasqueó los dedos y la silla se acercó hasta donde él estaba, después la tomó y la aproximó a unos pasos de su tío. - ¡Muchas gracias Viper! – dijo el sujetó al tiempo que acariciaba a un figura invisible que deformaba con su andar los dibujos de la alfombra. Tokageru ayudó a su tío a cambiarse de silla cargándolo por unos instantes. Veía triste la debilidad de sus piernas, delgadas y carentes de color mientras ponía una frazada sobre ellas. Fingió no darse cuenta de aquello; pero Beux era muy perspicaz ante los sentimientos de sus consanguíneos. - Lucen terribles ¿Verdad? – le dijo el hombre. - No se de que hablas – le respondió el otro alejándose de él. - Te es difícil aceptar mi condición ¿Cierto? – le preguntó Beux – ya no tiene importancia, esta es la penitencia que tengo que sufrir por mis errores. Algo que quiero evitar que Bejj haga. - No digas eso – le pidió el sujeto. - Pero es la verdad, si yo no hubiera sido tan tonto mi amada Mandara seguiría aquí. - La tía Mandara hizo lo necesario para mantenernos a salvo a todos, tu no tuviste la culpa – le dijo a su tío. - Te equivocas en eso, el único responsable de que ella esté en ese letargo soy yo, si yo no me hubiera obsesionado por obtener mas poder, entonces Packermo, tu padre, también estaría aquí. El sujeto se quitó el largo saco color pistache y lo lanzó hacía la silla, le dio la espalda a su tío y no pronunció palabra alguna. - Lo siento, estamos viviendo la perdida de otro miembro de nuestra familia y suele ponerme sensible. Se que lo de tu padre es difícil; pero ya han pasado 8 años desde entonces ¿No crees que ya es tiempo de olvidarlo? – le mencionó el tío. - No es el tema importante por ahora – respondió él. Beux asintió con la cabeza a lo que su sobrino dijo. Empujó las ruedas de su silla y se acercó hasta el enorme ventanal. - Dices entonces que Bejj estuvo ideando una forma de replicar el poder de suprema ¿cierto?- dijo pensativo el sujeto al tiempo que acariciaba su canosa barba – y creó una de las armas supremas, la ladrona de almas, la aguja oscura. - Asi es – asintió el otro – al parecer Bejj quería probar el poder de la aguja para satisfacer tu deseó de alcanzar el poder absoluto; pero me parece que no pensó bien las cosas. - ¿Que fue lo que pasó? – preguntó curioso Beux. - El poder de la aguja resultó inestable, estaba robando las almas de todos en ese lugar – le respondió. - Eso fue lo negativo. La aguja funciona de otra forma, ella solo debe robar las almas de aquellos que considera enemigos, no a inocentes – mencionó. - Bejj secuestró a gente de Blackmore para probar su experimento, gente pacifica que no le hace mal a nadie – siguió diciendo. - Y también mencionaste que la chica Vander puede activar el poder del Code Type ¿verdad? - Si, esa chica es muy especial – dijo. - Debe ser la guardiana, Marlon fue inteligente al mantenerla oculta – pensó - ¿Y el otro chico? ¿Es el miembro oscuro? – preguntó ansioso. - Si; pero no parece ser de la familia de ella – le dijo confundido. - ¿Ellos te vieron? - No, oculte mi rostro con una mascara cuando me encontré con ellos, les devolví el libro y regresé aquí – le contó Tokageru. - Hiciste bien, tener ese libro en nuestras manos aun no es prioridad, es suficiente con que nosotros sepamos quien lo tiene, si alguien mas llegará a difundir la noticia de que finalmente los herederos de Epsilon Vander han aparecido, se desataría un caos total. Por cierto – pensó – ¿Qué hiciste con ese asqueroso alquimista? - ¿Hablas de Amarol? Despreocúpate de él, Viper le dio un buen susto y huyó despavorido, quizás nunca lo volvamos a ver – le respondió. - Ese sujeto me asqueaba, fue él quien alentó a Bejj a investigar acerca de las armas supremas, no quiero cerca de mi a gente que promueve la anarquía dentro de mi familia – dijo contentó mientras contemplaba las estrellas posadas en el cielo nocturno. Tokageru, chasqueó los dedos para hacer que Viper apareciera y la enorme serpiente dejo su camuflaje para recibir una muestra de afectó de su dueño. - ¿Esos chicos te parecieron fuertes? – le preguntó el a su siniestra mascota al tiempo que acariciaba su cabeza escamosa. La serpiente no hizo ningún gesto, pues disfrutaba plenamente de la caricia de su amo. - El chico de las garras tiene potencial – le mencionó el sujeto a Beux quien giraba con ayuda de sus silla para estar frente a su sobrino. - ¿Que tipo de habilidades tiene? – preguntó el viejo. - Al parecer esta desarrollándolas; pero él solo pudo derrotar a Bejj y destruir la enorme torre, eso vale algo, al menos para mi. La verdad estoy ansioso por ver que tan lejos llegará ese tal Black Panther – esbozó una sonrisa. - Por ahora, tu misión será seguirlos, quiero saber a donde irán después – le ordenó a Tokageru. - Si señor. - Enviaré a alguien más antes de que tú partas hacía su encuentro – le dijo. - ¿Alguien mas? – frunció el seño - Ah entiendo, enviaras a ese niño misterioso a su primer misión oficial como un verdadero Morph. Lo haces por Solomon ¿No es cierto? Ese chico te lo recuerda. - Ese niño es parecido a Solomon, si, devoto y comprometido; pero no lo hago por eso – expresó. - ¡Je! Ese sujeto sin quererlo ha dejado un legado. Haz lo que te plazca – le dijo al hombre. El sujeto se acercó hasta la silla del escritorio, tomó su gabardina dispuesto a salir del lugar; pero antes de hacerlo, Beux detuvo su salida haciéndole otra importante pregunta. - ¿No te haz olvidado de algo? – le dijo. - ¿¡Mmm!? ¿Que? – pensó. - Dime una cosa que me es difícil comprender ¿Cómo hizo Rokubo Vander para salir del”Cubix”? – preguntó serio – esa jaula estaba sellada por la magia de tres grandes magos, yo incluido. Esa cosa era imposible de violar. - Tal vez descartaste aquello que me enviaste a investigar – le respondió el chico mientras se ponía la gabardina. Beux dio un fuerte suspiró, la respuesta que recibiría después no la veía venir del todo alentadora. - ¿Que fue lo que encontraste? – preguntó. - Me enviaste a hacer un recorrido por ciertos rincones inalcanzables para muchos, en los cuales encontré esta marca – decía mientras del bolsillo de su chaqueta sacaba lo que parecía ser un pedazo de tela desgastado y sucio. - ¿La hallaste? – preguntó temeroso. El sujeto dejo el pedazo de tela doblado en cuatro sobre el escritorio. Beux se acercó a este rápidamente empujando con fuerza las ruedas de su silla. Tomó el pañuelo y lo desdobló con ambas manos encontrándose con lo que tanto temía, un triangulo negro invertido. - Rastros… del Sello de Shitegúru – dijo. - Creo que esa es la respuesta a tu pregunta anterior – dijo Tokageru. - ¿Rokubo logró salir gracias a esto? - No lo se con exactitud; pero lo que me enviaste a buscar me revelo algo mas – le mencionó. - ¿Que cosa? - Tus sospechas eran ciertas tío – dijo serio – Bestimento…ha resurgido.
Posted on: Wed, 20 Nov 2013 21:08:45 +0000
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