En la oscuridad de la noche, lo único que escucharás serán tus - TopicsExpress



          

En la oscuridad de la noche, lo único que escucharás serán tus gritos...relato narrado por María Rosa. Fatigada por los labores del hogar, junto con mi marido y mi hijo recién nacido, entramos al dormitorio dispuestos a dormir. Antes de apagar la luz, alimenté con el biberón al niño y enseguida lo coloqué en su cuna. Suspiré y me acosté sobre la cama. Soy una persona con el sueño muy ligero, cualquier ruido me depierta. Estaba dormida, cuando intempestivamente escuché los alaridos de mi esposo. ¡Ahhh! se quejaba mientras se tocaba la frente. Gracias a la luz de la luna, fijé la mirada sobre una sombra dibujada en la pared. Miré de reojo hacia la ventana; un sujeto con vestimentas oscuras con una enorme capa del mismo color, salió de la habitación por medio de la ventana abierta de par en par. Quedé atónita y más al oír que el incógnito en lugar de caer al primer piso ¡subió de un salto hacia la azotehuela! Lentos y arrastrados pasos se escuchaban por el techo de la habitación, era una verdadera pesadilla. Rafael aún seguía tocándose la frente y gritando del dolor. Mi hijo soltó un llanto; me acerqué a mi cónyuge y cesaron los ruidos del techo. ¿Qué te paso? le pregunté mientras me hincaba sobre la cama para examinarlo. ¡Ese maldito me golpeó con un mazo!, contestó furioso sin dejar de presionarse con ambas manos. creo que se metieron a robar. El permitió mostrarme la herida de su frente. ¡Santa madre de Dios!, exclamé horrorizada al ver tremendo chichón que parecía a punto de estallar. ¿No te habrás golpeado con la cómoda? La respuesta fue no; recordé a mi pequeño y corrí hacia la cuna. Pensé si ese sujeto le habría hecho algo. Lo examiné de pies a cabeza, afortunadamente no tenía nada grave. Regresé con Rafael para preguntarle qué había pasado. Me hallaba dormido, cuando recibí un inmenso golpe en la frente, comenzó a narrar descansando en la cama. no pude verle el rostro a ese desgraciado porque llevaba puesto un sombrero de ala ancha y le cubría la cara. Ví como andaba vestido, era extraño, portaba hasta una capa. Me acerqué a cerrar la ventana, un intenso aire helado hacia mover de forma lúgubre las cortinas. Observé la calle, se encontraba solitaria, el viento empujaba una bolsa de plástico; cerré la ventana y regresé a la cama. Sin embargo, no concilié el sueño por estar pensando en ese macabro hombre ¿Quién era? Al día siguiente, visité la parroquia de la comunidad. Comenté de lo sucedido de anoche con el señor cura. No me tildo de chiflada. ¿No sería el Diablo? le pregunté al querer saber la entidad. No me supo dar una respuesta concreta. No obstante, me sugirió rezar un rosario a la misma hora en que hizo su aparición. Rafael legó cansado del trabajo, decidió retirarse a descansar, entonces rezaría el rosario yo sola. Encendí un par de veladoras a la imagen de la Santísima Trinidad, clavada en un rincón de la sala. Comencé a orar, de repente el ambiente se enrareció, la temperatura descendió de forma drástica. Aun así, no me inmuté ante tal situación. Con miedo, apretaba las cuentas hasta que mis manos comenzaron a sudar. El aliento me abandonó al sentir una mano helada tocando mi hombro izquierdo. Recé con la voz entrecortada debido a esa manifestación del más allá. Deseaba que "aquello" se fuera. Finalmente, concluí el rosario; esa cosa se desvaneció, logré echar de mi hogar a ese ente perverso. #Brun
Posted on: Sun, 25 Aug 2013 04:52:51 +0000

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