En un santuario japonés, al final de la Edad Media, vivía un - TopicsExpress



          

En un santuario japonés, al final de la Edad Media, vivía un viejo monje que inspiraba en los jóvenes monjes una especie de respetuoso temor, porque nada parecía perturbar su serenidad. A pesar de que se pasaba el tiempo repitiendo que nada malo había en una emoción, a condición de no dejarse llevar por ésta, permanecía tranquilo e imperturbable. No se le podía ni irritar, ni asustar ni inquietar. Una mañana de invierno, cuando la noche todavía obscurecía los pasillos del monasterio, los jóvenes monjes se reunieron en silencio en las sombras. Aquella mañana el viejo monje tenía que llevar la taza de té ritual hasta el altar. A su paso, todos ellos saltaron de repente de la obscuridad, como fantasmas, aullantes. El viejo continuó andando tranquilamente, sin dar un paso en falso, sin tambalearse. Un poco más lejos, en el pasillo, había una mesita que él conocía. Con delizadeza dejó alli la taza de té, la cubrió con un trozo de seda para mantenerla a salvo del polvo. Después se apoyó contra la pared y lanzó un grito de espanto. - See more at: ohbaraka/index.php/home/item/5414-pavor#sthash.7
Posted on: Wed, 09 Oct 2013 00:33:06 +0000

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