Entiendo perfectamente desde la óptica del secesionismo catalán, que es también la mía en esencia, el abundamiento en la idea de que el PSC ha muerto. Pero ello no es absolutamente riguroso. Es mucho más verídico y constatable que es el catalanismo del PSC el que ha fallecido por inanición ideológica no exenta de incompatibilidad con un arcaíco internacionalismo proletario, y fundamentalmente por el asesinato inescrupuloso de unas ordas de capitanes que inicialmente se hicieron fuertes torpedeando la labor de Pasqual Maragall ya en sus tiempos de alcalde olímpico, la continuaron cuando el entrañable Pasquis se colocó al frente de la Generalitat, y se hicieron fuertes en el Área Metropolitana y el Baix Llobregat practicando lerrouxismo. Una praxis política trasnochada que día a día se desmorona en las segundas generaciones de los otros catalanes parafraseando a Paco Candel, cada día más independentistas y más lejanos de personajes que ofenden a la democracia como el número dos Antonio Balmón excluyente y sin ningún valor que aporte credibilidad a ese socialismo que, aunque no logrará sus objetivos, quiere emular el fulgurante ascenso trepador en la mediocridad. de su predecesor en la alcaldía de Cornellà, José Montilla. A ello le llaman federalismo, aunque desconocen en esencia esa estrcutura que pasa in estrictu sensu porque aquellos Estados que decidan unir essfuerzos, constitúyanse con anterioridad en eso, Estados... Para entender ese lerrouxismo excluyente del PSC en el Area Metropolitana, baste decir que de sus lodos, y es solo una minúscula verbigracia, se constituyeron barros como el alcalde xenófobo de Badalona, Xavier García Albiol, que, para vergüenza de ediles de esa localidad, les arrebató el mando acentuando únicamente su propio discurso. Y lo que aún es peor, del acoso y derribo a un alcalde comunista coherente de Santa Coloma de Gramenet, el sacerdote Lluis Hernández, de manos de Manuela de Madre, cuya tras al menos sospechosa dimisión sus sucesores urdieron una trama de corrupción que haría caer la cara de vergüenza al más pintado. Sirvan esas dos pinceladas como pequeñas síntesis de un talante y un modo de proceder de los llamados capitanes. Contar la trayectoria de los mismos en la Casa Gran de Barcelona merece al menos un libro...
Posted on: Mon, 18 Nov 2013 23:11:08 +0000