Entrevista a Diego Luna en San Sebastián: El cine es una - TopicsExpress



          

Entrevista a Diego Luna en San Sebastián: El cine es una herramienta de cambio El actor y director habla sobre el cine latinoamericano actual y sobre la importancia del arte como una instancia cuestionadora. Por: Nicolás Peralta El actor mexicano Diego Luna se pone nervioso si le sacan fotos. Comenzó a los ocho años a actuar pero todavía le cuesta que lo retraten y que lo entrevisten. Soy tímido, confiesa. Aún no cruzó la barrera de los 35 años, le faltan dos años, pero tiene en sus espaldas más de 44 apariciones en pantalla, más de 20 películas como productor y encara la cuarta como director. Es una de las figuras más interesantes del cine mexicano y latinoamericano contemporáneo. Junto con su amigo y socio, Gael García Bernal, tiene una productora que se especializa en documentales. Me apasiona lo que hago, amo el trabajo que me toco en suerte, comenta. Debutó en la pantalla grande con apenas quince años, en Ámbar (1994), de Luis Estrada, en un papel de reparto. Al año siguiente llegó su primer protagónico en Un hilito de sangre, y desde allí no paró: El cometa, Un dulce olor a muerte, Todo el poder, y, en 2000, Antes que anochezca, su primera incursión en Hollywood, nada menos que compartiendo pantalla con Javier Bardem, Pedro Armendáriz Jr., Johnny Depp y Sean Penn. Pero la película que marcó un antes y un después en su carrera fue Y tu mamá también (2002) donde trabajó junto a Gael, dirigido por Alfonso Cuarón. Fue tal el impacto de la película que fue nominada a un Oscar y un Globo de Oro, ganó múltiples premios de asociaciones de críticos del mundo, Diego y Gael ganaron el premio a mejor actor en el Festival de Venecia y, por su puesta, sus carreras y la del director se lanzaron al estrellato. Luna volvió a Hollywood con Frida, junto con Salma Hayek y Alfred Molina, pasó por la bizarra Vampires: los muertos junto a Bon Jovi (¿?), y participó, en el año 2003, de tres producciones: Soldados de Salamina, Pacto de justicia junto a Robert Duvall y Kevin Costner, y un protagónico en Nicotina, de Hugo Rodríguez. Al año siguiente trabajó bajo órdenes de Steven Spielberg en La terminal, y rodó Criminal, remake de la argentina Nueve reinas. En el año 2006 Luna comenzó una nueva etapa, cofundando la productora Canana Films junto con su amigo García Bernal. Su carrera actoral siguió en ascenso, pero su foco poco a poco fue otro: producir y dirigir. Fue alternando actuaciones en Fundido a negro, en Mister Lonely (de 2007) –un particular drama donde hizo de imitador de Michael Jackson–, Milk (de 2008) –sobre la vida del activista Harvey Milk interpretado por Sean Penn– y Sólo quiero caminar (de 2008) junto con Victoria Abril –también de su productora– y la esperada Rudo y Cursi, del Carlos Cuarón, sobre dos hermanos (Diego y Gael) apasionados por el fútbol que quieren salir de la pobreza y buscan la ayuda de un representante argentino (interpretado por Guillermo Francella). En los últimos tiempos, a Luna se lo pudo ver en Contrabando con Mark Wahlberg, Casa de mi padre con Will Farrell (ambas en 2012) y este año estrenó Elysium, una de ciencia ficción junto a Matt Damon y Jodie Foster donde se habla de la pobreza de muchos y la riqueza de algunos privilegiados. Durante su estadía en el último festival de San Sebastián, donde participó como jurado, este actor mexicano de gran vuelo internacional, dialogó con Tiempo Argentino. –¿Elysium es una película futurista?, ¿o habla un poco del presente del planeta? –En el mundo existen contrastes, mucha gente pobre, poca gente rica. En América Latina, esto tiene cada vez más de real. Vivimos y los contrastes a los que nos exponemos diariamente son duros y dolorosos. Es vital sacarlo a la luz y esa vitalidad nos está dando un poder y un alcance maravilloso como región, sobre todo en la actualidad, cuando hay cada vez más un ímpetu de cine con una necesidad brutal de mostrarlas. Hoy el cine permite imaginar cómo será nuestro futuro. El ser humano sobrevive. Somos como cucarachas. Nos acostumbramos a lo que sea y hallamos la forma de hallar las cosas más básicas: amor, placer, o lo que sea. Comemos, dormimos y lo hacemos en las condiciones que sean. Yo creo que la trama de esta película es una exageración de lo que está pasando hoy, pero aun así, sé que es así, que hay muy pocos privilegiados y muchos desgraciados. –¿Cómo el cine ayuda a cambiar eso o a mostrarlo de alguna manera? –Creo que el cine es una herramienta para invitar a la gente a una reflexión y, por lo menos el que a mí me gusta, es el que te hace preguntas. Que funcione como un espejo, que te cuestione. El cine me permitió reflexionar sobre cosas que a mí me preocupan y llevar eso a un foro más grande; en ese sentido, creo que es, sin dudas, una herramienta de cambio. –¿Cómo ves al cine latinoamericano? –Veo que hay una nueva generación que aporta nuevas cosas que quizás otras anteriores no pudieron aportar. Hay mucha diversidad. Puede ser que cada vez en el mundo el cine se hace con menos, y nosotros estamos acostumbrados a trabajar así. Tenemos una ventaja. Hay voces de México, Argentina, Colombia, más que interesantes. Cada vez más gente joven se dedica a esto, es maravilloso. Es un cine que no pide ni permiso, ni perdón, que tiene una necesidad de contar historias y eso se aprecia en todo el mundo. La depresión económica global ha dado espacio para que Latinoamérica crezca. En muchos países (en México, Brasil y Argentina, por ejemplo) hay unas políticas públicas que están apoyando la cultura y eso sirve. Eso nos permite tener la chance de hacer cosas mejores, nos da aire, nos permite respirar. No jugarse en la taquilla el futuro de nuestras voces y nuestro oficio es algo bueno para seguir creciendo. Hay una cantidad de voces resaltando en Latinoamérica, hay una cantidad de directores muy buenos y a mí, que vengo de ahí, me parece bien emocionante que así sea. –¿Cómo fue la experiencia de ser jurado en el festival de San Sebastián? –Lo más rico de de esta experiencia es que este año no tuve la presión encima de una película. Tuve la oportunidad, de hecho, de olvidarme un poquito de mi trabajo y más bien afectarme por el de otros. Tuve la oportunidad de sentarme a ver el cine de otros, y cuestionarlo y debatirlo; además, con un grupo de personas que admiro mucho, complementarme con sus opiniones y luego regresar a mi trabajo siendo una persona distinta, viendo las cosas con otra perspectiva. Ha sido muy provechoso para mí porque llevo metido en la película de César Chávez (la última que filmó) mucho tiempo, enfrascado en un proceso bien difícil y de repente un respiro siempre cae muy bien. Ver un poquito del cine que se hace hoy y sentarme a discutirlo con gente que viene de contextos bien distintos no es otra cosa que crecer. Esas cosas te hacen crecer. Mucho más que entretenimiento Diego Luna forma parte del elenco de la película Elysium (estrenada a principios de este mes y ubicada en el cuarto puesto de la taquilla en nuestro país), del director sudafricano Neill Blomkamp. El film está protagonizado por Matt Damon, Jodie Foster, William Fichtner, Alice Braga y Wagner Moura. Luna encarna al personaje de ‘Julio’, un amigo de Max (Damon), quien ante la búsqueda por sobrevivir en un planeta enmarcado por la contaminación, pobreza y problemas sociales en el que solo los ricos gozan de privilegios, se ve envuelto en el mundo del crimen para salir adelante. Sobre su participación en Elysium, el protagonista de filmes como Rudo y Cursi y El Búfalo de la Noche expresó: “Yo no conocía a Neill, mis agentes me llamaron para decirme que él quería ofrecerme un personaje en su película. Casi digo que sí al instante, pero recordé que se deben leer los guiones primero. Me gustó mucho District 9 y tenía ganas de trabajar con un director que además de hacer algo entretenido, se atreviera a cargarlo con una reflexión y cuestionamiento social. Para mí esa es la joya que esta industria no ha desarrollado”. La trama de Elysium fue concebida por Blomkamp cuando caminada por las calles de Tijuana (México), en donde se observan claramente las diferencias entre el primer y tercer mundo, a lo que Diego añadió: “Tijuana sirve como una metáfora para entender esta película, si seguimos como vamos no habrá un muro que pueda entender esta migración, California se va a volver Tijuana. Aquellos que quieran aislarse o protegerse se van a tener que construir algo allá arriba”. Parte del rodaje de Elysium se llevó a cabo en lo que anteriormente era un enorme basurero conocido como Bordo de Xochiaca, ubicado en el popular municipio de Nezahualcóyotl en el Estado de México, una experiencia que le permitió a Luna ser el guía de todo el elenco en su visita al país. “Cuando rodamos en México, le dije a Neill aquí hay varios ‘Elysiums’. En tantos lugares se viven situaciones muy similares. En todos estos países existen estos contrastes como casos de pobreza extrema y niveles de violencia preocupantes. Es una realidad compartida”, señaló Diego. Ese amor a largo plazo Chávez será la cuarta experiencia de Luna como director. Su ópera prima de ficción se llamó Abel, estrenada en 2010, la historia de un imaginativo niño que se debe hacer cargo de su familia. El film lo escribió y produjo el propio actor. Antes, en 2007, había hecho un documental sobre otro Chávez, Julio César, el gran campeón del boxeo azteca. Pero fue en 2010 cuando se dio cuenta de que le gustaba dirigir y ese año también dió su mirada sobre la historia de su país en Revolución. Su nueva aventura a cargo de la dirección de un film es sobre la vida del activista César Chávez y Luna la rodó con Michael Peña, Rosario Dawson y América Ferrera. Esta película nace de vivir un rato en Estados Unidos, en Los Ángeles y darme cuenta de lo poco que sabía, y lo lejos que estaba de la comunidad méxicoamericana, de comprenderla. Mi hijo nació en California y eso de alguna manera me hizo interesarme por ese tema, me surgió esa reflexión sobre esa frontera, viendo cuantas diferencias y prejuicios han surgido a los dos lados. Cuando vi que nadie había hecho una película sobre Chávez, me decidí a hacerlo porque explica la historia del campo en Estados Unidos y la relación de la comunidad que trabaja su suelo. Por ahí va, pero hay que verla, adelanta Diego. El chicano César E. Chávez (quien murió en 1993) fue un líder campesino, activista estadounidense, quien luchó por los derechos civiles para campesinos indocumentados y formó la Asociación Nacional de Trabajadores del Campo (NFWA, por sus siglas en inglés) que después cambió a Unión de Trabajadores Campesinos (UFW). Su liderazgo consistió en restringir la inmigración de trabajadores ilegales en el campo y la protección del mejor pago y los derechos de los campesinos sindicalizados americanos. Con este fin, levantó protestas contra el empleo de migrantes mexicanos en el campo y la deportación al Servicio de Inmigración y Naturalización de campesinos que rehusaban unirse al sindicato de campesinos. Estoy vuelto loco y quiero seguir dirigiendo, es lo que más me gusta, es un proceso larguísimo, pero estoy nuevamente en la parte romántica del oficio, y ya me gusta mucho otra vez, agregó. Para Luna dirigir es siempre una experiencia increíble.
Posted on: Sat, 26 Oct 2013 09:58:47 +0000

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