¿Eres una “vaca morada”? Por Milenka Peña Hace algunos años tuve el gusto de asistir a una importante convención internacional para líderes y comunicadores, que se llevó a cabo en la ciudad argentina de Mar del Plata. El itinerario para muchos de los asistentes –quienes veníamos de diferentes países– empezaba en Buenos Aires. Como no había prisa, decidimos no abordar un avión sino tomar un bus de camino a la convención para conocer el paisaje y disfrutar de la conversación. Mientras algunos de los pasajeros leían y otros intentaban tomar una siesta, unos pocos estábamos en el medio de una amena charla. De pronto, se escuchó una voz desde la parte posterior que exclamaba: “¡Miren, cuántas vacas!” Al asomarnos a la ventana, vimos cientos de pequeños puntitos esparcidos en la verde llanura, que poco a poco se transformaban en vacas a medida que nos acercábamos. Claramente, dependiendo del país de procedencia, a algunas personas les llamó la atención la cantidad de ganado vacuno que existe en las pampas argentinas, y por un buen tiempo no cesaron de hablar de ellas. Hasta que llegó el momento en que dejaron de hacerlo. El camino resultó ser más largo de lo esperado, y las vacas eran tantas y tan parecidas, que perdieron su atractivo. Lo que en un inicio fue motivo de interés y admiración, se convirtió simplemente en algo monótono y aburrido. Algo muy parecido le ocurrió al autor y experto en mercadeo Seth Godin, mientras manejaba con su familia en un viaje de vacaciones por el campo. Después de un tiempo, ellos también se aburrieron de ver tantas vacas. Entonces, Seth pensó que para ser remarcable entre tantas otras, ¡una vaca tendría que ser de color morado si quería llamar la atención! Esta simple idea lo inspiró a escribir uno de sus libros más populares. Aunque este concepto fue utilizado en el área de producción y mercadeo, creo que también se puede aplicar a otras áreas de nuestra vida personal, y especialmente en el área de liderazgo. Un líder efectivo se caracteriza por diferenciarse de los demás, y provocar en otros el deseo de prestar atención. Si bien es cierto que podemos –y debemos– aprender de otros, no deberías ser una copia de nadie. Existe algo en ti, algo intrínseco y personal, que te hace diferente. ¿Sabes qué es aquello lo que te hace único? ¿Cuáles son las cualidades, talentos, dones, deseos o pasiones que Dios ha puesto en tu corazón? ¿Estás dispuesto a descubrirlos? Una vez que los identifiques, quiero retarte a que te conviertas en una “vaca morada”. Me refiero a que te esfuerces en demostrar que tu liderazgo puede marcar una diferencia. Que pongas todo de tu parte para convertirte en un ejemplo a seguir. Que tus decisiones no estén basadas en tus emociones, sino en tus convicciones, aunque a veces no sean las más populares. Ya sea en tu vida emocional, espiritual o económica, esfuérzate por hacer las cosas con excelencia y dar lo mejor de ti en todo lo que emprendas. Si así lo haces, estoy segura que no te vas a ofender cuando alguien diga de ti: ¡esta persona parece una vaca morada!
Posted on: Tue, 03 Sep 2013 06:48:23 +0000
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