Eric Harris y Dylan Klebold: la masacre de Columbine. “Era un - TopicsExpress



          

Eric Harris y Dylan Klebold: la masacre de Columbine. “Era un buen día para vivir en los Estados Unidos”. Michael Moore en Masacre en Columbine Eric David Harris nació y se crió en Wichita, Kansas. Fue hijo de Wayne (piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos) y Kathy (ama de casa) y hermano de Kevin. La familia se mudó a la zona de Littleton (cerca de Columbine) en julio de 1993, época durante la cual Eric conoció a Dylan Klebold. Dylan Klebold nació en Lakewood, Colorado siendo hijo de Thomas y Susan, y hermano de Byron. Columbine es el nombre de una escuela secundaria situada en el Condado de Jefferson, Colorado (localidad cercana a las ciudades de Littleton y Denver). Dylan y Eric estudiaban allí. Eric y Dylan eran alumnos con problemas escolares y poco populares entre sus compañeros. Poco después de hacerse amigos, alrededor de 1993, Dylan y Eric conectaron sus computadoras en red para jugar por Internet. Eric Harris era un habitual jugador de Doom y creó una serie de niveles que luego serían conocidos como Harris Levels (Los niveles de Harris). Harris solía utilizar en la web los alias REB, Rebldomakr, Rebdoomer y Rebdomine; mientras que Dylan se hacía llamar VoDkA. Su página web fue removida de Internet por el FBI tras los acontecimientos de Columbine. Harris además admiraba a los grupos musicales Rammstein, KMFDM, Orbital y The Prodigy. Eric tocaba al piano piezas de Beethoven y Chopin con gran destreza. Era el cerebro de la dupla; un joven brillante y con una inteligencia filosa, preparado y lleno de información. Dylan también demostró siempre ser un joven muy inteligente; inclusive estuvo en un grupo de alumnos superdotados cuando era niño. Ambos jóvenes tuvieron problemas con la ley en 1998 por intentar robar herramientas de una camioneta estacionada. Eric Harris también fue forzado a concurrir a clases de control de ira (anger management), donde dejó una buena impresión. Los dos eran frecuentes víctimas de acoso escolar en Columbine. Habían emitido señales de que algo no iba bien en sus páginas web, en trabajos colegiales, en el robo de material informático por el que fueron detenidos y atendidos por psiquiatras. Una y otra vez, describieron en sus diarios algunos de los preparativos que llevaban a cabo y filmaron el arsenal que fueron acumulando, los lugares en los que las escondían y las prácticas de tiro a las que habían comenzado a dedicarles las tardes. Desde los recibos de compra de propano para explosivos hasta el trabajo de Eric sobre el nazismo, pasando por mapas, listas de tareas (conseguir más municiones, rellenar las bombas, comprar clavos, buscar bolsas grandes) y dibujos, algunos de armas de todas clases, los cuadernos de los dos chicos permiten asomarse a sus vidas y planes. Infierno en la Tierra; ahhh mi favorita, escribió Dylan en el anuario de 1988 de Eric Harris, encima de un dibujo de un soldado sin cabeza que agita una pistola. Tanta gente debe morir. Pero el padre de Eric, Wayne Harris, también llevaba un diario. En él menciona amenazas hechas por su hijo a su compañero de clases Brooks Brown, más de un año antes de la masacre. La familia Brown reportó las amenazas a principios de 1998 y todavía afirman que las autoridades o los Harris debieron haber tomado acciones contra el muchacho. Wayne Harris escribió en su diario sobre amenazas frívolas de daños físicos, daños a propiedades, sobrerreacción a incidentes menores, aunque el contexto de las notas no está claro. Nos sentimos como víctimas, escribió Wayne Harris. No queremos ser acusados cada vez que ocurre algo. Eric no es culpable. Brooks Brown está acosando a Eric. Brooks tiene problemas. Es un manipulador, un artista del engaño, decía el padre acerca de la víctima de su hijo. Curiosamente, en otro escrito que Eric tuvo que hacer como tarea de un curso de autocontrol se lee: Lo más interesante de la clase ha sido pensar ideas para controlar la ira y formas de rebajar la tensión de forma no violenta. Y en un trabajo escolar escribió: Creo que los estadounidenses deberían discutir más sobre la muerte con sus familias y sus médicos. Una vez que comience a matar... ténganlo presente... hay probablemente unas cien personas en la escuela que no quiero que mueran. El resto debe morir, señaló Eric Harris en su diario personal en octubre de 1998. Los odio por excluirme de tantas cosas. Los odio y será mejor que me tengan miedo ¡Odio! Estoy lleno de odio y me encanta. La naturaleza humana de la gente es su muerte, añade. Dylan tenía problemas de rendimiento escolar. Cuando se le pidió que escribiera una composición sobre El rey Lear, la obra de William Shakespeare, dijo que no había cumplido con esa asignación porque es muy complicada y demasiado larga. Eric, por su parte, parecía tener una actitud más intelectual con referencias a filósofos alemanes. Al escribir sobre su odio a las autoridades escolares, se comparaba con Calibán, el rebelde de la obra La tempestad de Shakespeare. Dos meses antes de la matanza, Dylan escribió un cuento para su clase de inglés en el que describe a un hombre que mata a nueve estudiantes con pistolas automáticas. Vi que de él emanaba el poder, la complacencia... comprendía sus acciones, dice Dylan al final del cuento. Estudiaron de manera exhaustiva las disposiciones federales y estatales para determinar cómo adquirirían las armas. No se les dificultó hacerlo a través de Internet. En un ensayo presentado a sus profesores, Eric Harris señala que esas leyes tenían muchos resquicios y eso suponía que los criminales que deseen tener armas tienen buenas posibilidades de conseguirlas. En otro ensayo, Eric manifiesta que sería tan fácil llevar un arma cargada a la escuela como entrar a ella con una calculadora. Los dos jóvenes apuntaron lo fácil que es planear un ataque sin que nadie se entere y confesaron que sólo una vez estuvieron a punto de ser descubiertos, cuando el vendedor de la tienda de armas llamó a casa de Eric Harris, y le dijo a su padre que el encargo ya estaba. Pensando que era un error, colgó y se olvidó del asunto. Días antes de los eventos, los jóvenes recibieron sus últimas armas a través de un servicio de paquetería. Otras armas las compraron en tiendas de equipo de caza. También Robin, una chica que siempre estuvo enamorada de Dylan, compró otras; y un amigo de una pizzería los ayudó a conseguir las demás. Las balas las adquirieron en K-Mart, una cadena de supermercados. A los dos les gustaba ver documentales sobre la Alemania Nazi y admiraban a Hitler; por eso eligieron el cumpleaños del Führer para llevar a cabo su plan. 11:10 es la hora subrayada en el diario de Dylan correspondiente al 20 de abril. En otro párrafo, Eric, el más expresivo, habla de que él y Dylan planeaban acumular explosivos para volar medio país: Será como los disturbios de Los Ángeles, como el atentado de Oklahoma, como la Segunda Guerra Mundial y Vietnam, como Duke y Doom todo mezclado. Quiero dejar mi huella en el mundo. Una anotación en la agenda de Dylan al parecer bosqueja paso a paso lo que ocurriría el 20 de abril de 1999; “reunión” a las 06:00 horas; a las 10:30 prepararse; a las 11:12 alistarse y a las 11:16, JAJAJA. Bombas, usar bombas... fuego de cobertura... retirada... apuntar a la cabeza... suicidio. ¡Diviértete!, escribe Dylan en otro cuaderno de notas. Las páginas están llenas de palabras soeces, consignas raciales y dibujos sobre violencia y muerte. Mucho del material de Dylan está escrito a mano, con dibujos detallados de pistolas, bocetos de lo que parece ser la cafetería de Columbine y su deseo de conseguir más de 500 muertos. Espero poder matar a más de 250 de ustedes... Será el momento más excitante de mi vida, después de que coloquemos las bombas y entremos disparando en la escuela. Los segundos parecerán horas, decía Dylan en uno de los cinco videos previos al evento, grabado media hora antes. Los directores se pelearán por los derechos de nuestra historia. Nos preguntamos quién la llevará al cine, si Steven Spielberg o Quentin Tarantino, comentaban los chicos en su vídeo. La mañana del 20 de abril de 1999, los aviones de la OTAN bombardearon Kosovo indiscriminadamente. El presidente estadounidense William Clinton anunció la noticia de la matanza en Europa con aire triunfalista. Mientras eso ocurría, Eric y Dylan se vistieron con uniformes militares. Cargaron sus mochilas con cientos de balas y se dirigieron en automóvil hasta el boliche; llevaban como materia optativa esa clase. Jugaron boliche un buen rato. Algunas versiones afirmarían que se ducharon juntos y que entre ellos existía un grado de homoerotismo, aunque otras dirían lo contrario; en sus diarios, Eric inclusive afirmaría: Lo único que quiero sentir es la carne de una mujer. Después se fueron a la escuela. Entraron allí armados con dos escopetas (una de ellas recortada), una carabina Hi-Point 995 semiautomática de calibre 9 mm, una pistola Tec 9 semiautomática de calibre 9 mm, varios dispositivos explosivos caseros y una bomba compuesta por un tanque de propano de nueve kilogramos. Afuera de la escuela, Eric vio a un compañero y le dijo: “Las cosas se van a poner muy feas adentro. Tú me caes bien. Hazme caso y no regreses”. Muchos alumnos los vieron. Colocaron los explosivos y esperaron a que comenzaran a detonar. Pero no lo hicieron; dos bombas fallaron y una de ellas explotó un rato después de lo programado. La matanza comenzó en la cafetería. Hicieron numerosos disparos, hiriendo o matando a alumnos y maestros. El pánico se generalizó. Dylan, vestido de negro, ejecutó al director en un pasillo de la escuela, vengándose porque el hombre lo castigaba y reprendía. “Nunca he visto un día más justo”, exclamó antes de dispararle por la espalda. La policía fue alertada y el campus comenzó a llenarse de patrullas y ambulancias. Mientras tanto, Eric y Dylan se separaron para cazar cada uno por su lado. Eric y Dylan se dirigieron entonces a la biblioteca, donde comenzaron a lanzar ráfagas. Muchos alumnos salieron de allí en estampida; varios murieron. Tras un buen rato de disparar sobre compañeros y catedráticos, ambos se despidieron. Coincidieron en afirmar que lo habían disfrutado; después de darse la mano y un abrazo, cada uno de ellos apuntó su arma a su propia cabeza y disparó. Se suicidaron y sus cadáveres quedaron tendidos en el piso de la biblioteca. Había trece muertos y docenas de heridos. Una de las bombas explotó once horas después de que los adolescentes se suicidaran. Otras fueron desactivadas. En televisión, el presidente Bill Clinton volvió a aparecer para condolerse por lo ocurrido en Columbine, apenas unas horas después de celebrar mediáticamente la matanza en Kosovo realizada por la OTAN. Regina Rohde estudiaba en Columbine cuando sus compañeros perpetraron el ataque. La joven estaba en la cafetería, donde se produjeron gran parte de los disparos, y logró huir del edificio. Asustada y después de recibir tratamiento psiquiátrico, decidió irse a estudiar en Virginia Tech. Poco después de su llegada, el estudiante Cho Seung-Hui mató a 32 personas y a ella le tocó, nuevamente, estar en medio del fuego. Después de la matanza, las autoridades escolares del estado señalaron que no tenían razones para creer que Eric Harris y Dylan Klebold fueran violentos. Una línea de investigación que se comentó en los noticieros de la época, fue el plan descrito por Eric Harris en sus diarios, para secuestrar un avión de pasajeros y estrellarlo sobre la ciudad de Nueva York. Este hecho, que cristalizaría en 2001 durante los atentados que destruyeron las Torres Gemelas, fue calificado en su momento como una fantasía adolescente. Poco antes del incidente, y después de advertencias de los vecinos, la oficina del alguacil de Columbine consideró pedir una orden judicial para registrar los hogares de ambos en busca de armas. Los chicos de Columbine popularizaron el concepto de school shotting, referido a los asesinos que perpetran ataques en su comunidad escolar. La película documental de Michael Moore, Masacre en Columbine (Bowling for Columbine), habla sobre este suceso y acerca de la proliferación de armas en Estados Unidos. Además, la cinta Elefante del director Gus van Sant está basada en este hecho, y obtuvo la Palma de Oro y el premio al mejor director en el festival internacional de cine de Cannes. Otra cinta que narra el caso es Día Zero. La película Dawn Anna también toca el tema. La banda de música Nightwish en su album Wishmaster incluyó una canción sobre este suceso llamada The Kinslayer, dedicando una vela a cada fallecido: cuatro velas rosas por las chicas, nueve velas azules por los chicos y dos velas negras por los asesinos y suicidas. Los medios de comunicación hicieron incontables hipótesis sobre lo ocurrido en Columbine; otro, con más afán de lucro, lanzaron varios videojuegos basados en la masacre. En el sitio donde los asesinos efectuaron la masacre, se levantó el Memorial de Columbine, formado por enormes cruces con las fotografías y los nombres de cada una de las víctimas. Como parte de un espíritu de reconciliación, se erigieron también dos cruces con los nombres y las fotos de Eric y Dylan, mezcladas con las de sus otros compañeros. Al parecer allí permanecerían, por fin aceptados e integrados, como nunca lo estuvieron en vida. Pero no fue así: el padre de uno de los estudiantes muertos quitó las cruces y las quemó, en un último gesto de desprecio hacia quienes siempre fueron relegados. NOTA: No es ninguna creepypasta o algo así, lo sé, pero es una historia muy buena, que a mi me gusta mucho y bueno, para los que no la conocen, aquí está y las quiero compartir con ustedes c: -Ann.
Posted on: Fri, 15 Nov 2013 04:09:58 +0000

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