Es cierto que falta mucho tiempo para que terminemos de aceptar el - TopicsExpress



          

Es cierto que falta mucho tiempo para que terminemos de aceptar el hecho de que, una vez más, no iremos a un mundial. Es más cierto que resulta imposible pretender encontrar objetividad y análisis cuando la mayoría de los que amamos el fútbol somos fanáticos y priman más nuestras pasiones que cualquier empeño por acudir a la razón para que ella ayude a explicar estos 32 años sin clasificar a un mundial. Pero, a riesgo de escribir demás e invitando a mis contactos para que emitan su opinión, trataré de decir lo que pienso sin recurrir al insulto. Es lo único que pido a quienes deseen intervenir en esta materia. Ironía si, ofensas no. Hoy comentaré dos puntos y mañana haré lo propio y así, en tres entregas terminaré de dar mis puntos de vista. Repito, bienvenidos comentarios. 1. ¿Cómo se llega a la Federación y a la Asociación? La estructura del balompié peruano se sustenta en una Federación (FPF) por un lado y en una Asociación de Clubes (ADFP). En la primera el cargo presidencial se gana a través de elecciones en las que tienen un peso absurdo las ligas departamentales. Pero, las modificaciones a la norma que definía el proceso electoral fueron aprobadas por el IPD en tiempos de Woodman. Pudieron ser rechazadas más no lo fueron. Mientras tanto, si tu club forma parte de la estructura del fútbol profesional, tendrás representación en la ADFP. Y, llega a la presidencia de la misma la lista que obtenga más votos. En el Perú es el único país de nuestro continente donde encontraremos dos entidades dedicadas al mismo ámbito. En los demás, existe solo una entidad: CBF-Brasil; AFA-Argentina; etc. Este primer hecho demuestra algo muy propio en nosotros: buscamos ser cabeza de ratón antes que cola de león. Fíjense cómo existen dos sindicatos empresariales de radiodifusión; dos de medios impresos; cincuenta partidos políticos, etcétera. Mientras que en los demás países quienes manejan el fútbol profesional son quienes mandan en el nuestro están relegados ante sujetos que representan a ligas donde las palabras profesionalismo, disciplina, proyección son solo eso: palabras. Y, cuyos dirigentes están predispuestos a favorecer a quien más prebendas les de; quien más les haga viajar; quien más poder les genere. Es SU interés, no el interés del balompié de su región. No existe UN solo dirigente regional de liga que pueda DEMOSTRAR con HECHOS que ha trabajado y ha desarrollado el fútbol de su lugar. 2. ¿Existen realmente instituciones en nuestro fútbol? En sentido amplio: NO. Desde hace treinta años, cuando menos, caducó el esquema de asociaciones de personas que formaban una entidad y con sus aportes solventaban el funcionamiento de dicha entidad. Desde que Joao Havelange asumió la presidencia de FIFA el fútbol pasó a ser visto como un negocio -con todo lo bueno y lo malo que ello representa y que comentaré mañana- y al ser negocio las instituciones pasaron a orientarse bajo ese concepto. En diversos países se dieron normas para que los clubes se transformaran en sociedades anónimas y así lo hicieron en Inglaterra, España, Italia, entre otros. Ello implicaba mayores responsabilidades pues cuando tú debes meter la mano en tus bolsillos y convocar a patrocinadores y generar ingresos tu responsabilidad es mayor que cuando no se trata de tu dinero. En Perú, excepto CRISTAL, USMP, UCV y AURICH, los demás clubes siguen teniendo la estructura de equipitos barriales. Con escasa base social -para que se me entienda pocos socios- que no aportan o aportan muy poco. Con escasa hinchada (que no se ofendan pero a la hinchada se le ve en las canchas y excepto la U o Alianza no hay más. En el pasado quedó la hinchada del Boys o del Municipal relegados casi al olvido y a la segunda o tercera división) y, donde abundan los dirigentes que viven del cargo. Presos de su febril pasión por el poder (aunque sea mínimo y ridículo) y de los beneficios económicos que este puede generar. Y, lo que es peor, incapaces de ordenar esos clubes que dirigen pues ello demanda diseñar una estructura profesional con profesionales bien pagados. Y ello lleva a tener trabajo constante con menores para que nutran al equipo profesional. Permítanme apelar a una vivencia personal, que algunos amigos recordarán pues fueron testigos de lo que digo. Por razones laborales el año 1992 tuve que ir y venir del Brasil en buena cantidad de ocasiones. Gracias a ello y tratando de ingresar al negocio futbolístico logré llegar a un club de medio nivel como Vasco Da Gama. Este club, tenía sede social propia donde los socios disponían de infraestructura envidiable -mismo Regatas en Lima- tenía 30,000 socios activos que aportaban mensualmente cerca de 50 dólares; sus partidos convocaban a Sao Cristovao no menos de 30,000 hinchas que podían duplicarse cuando se trataba de clásicos con Flamengo, Fluminense o Botafogo. Era -en origen- el club de los descendientes de protugueses y a partir de ese elemento de identificación crearon una base que atrajo a los que vivían en la zona. Sus vitrinas estaban llenas de trofeos pero no sólo de los ganados en torneos locales sino también internacionales. Y, su trabajo en menores era ADMIRABLE. Vasco no compraba jugadores, Vasco formaba jugadores que le hacían ganar títulos y que luego vendía y al vender obtenía ganancias. Y no fue el único caso. Gracias al buen Beneditto Rui Barboza, conocí el meollo del Sao Paulo Futbol Club y esa maravilla que es el Estadio de Morumbí. Con decirles que conocía a quien era en ese entonces su presidente, el Doctor Pimenta Mesquita. Ya les contaré cómo hablé con Telé Santana y qué me respondió cuando le pregunté si aceptaría entrenar a Perú. Y ya les contaré cuando, tras su respuesta, busqué al presidente de la Comisión peruana de entonces y lo que me respondió. Fin de la primera entrega.
Posted on: Fri, 18 Oct 2013 17:41:52 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015