Escohotado sobre Spinoza: una afirmación infinita -- Este - TopicsExpress



          

Escohotado sobre Spinoza: una afirmación infinita -- Este pensador es quizá el temperamento más bello de cuantos ha producido la filosofía. Tras destacar por dotes de todo tipo en la comunidad judía de Ámsterdam, pasó a ser odiado tras decir —siendo aún muy joven— que en Dios había extensión, y como se negó a aceptar un estipendio a cambio de no plantear nuevas «blasfemias» por poco muere en un atentado, donde perdió la vida un primo suyo que los asesinos confundieron con él. Sin duda, no estaban los tiempos para debatir con ninguna religión. Spinoza se separó formalmente de la sinagoga, sin abrazar otro credo, y trabajó como tallista de lentes aunque sus pulmones sufriesen inhalando polvo de vidrio. Murió al comienzo de la cincuentena, tuberculoso, rodeado de adeptos y amigos que intentaron vanamente conseguir que aceptase grandes regalos y honores. Renunció a la abultada herencia que como primogénito le correspondía (en favor de sus hermanas), y no aceptó una oferta que le hizo el Elector del Palatinado para que desempeñase una cátedra en Heidelberg, pues «no abusaría de ella para atacar a la religión públicamente establecida». Spinoza declinó con cortesía, alegando «no saber dentro de qué límites habría de encerrarse aquella libertad filosófica a la que se ponía como condición no atacar a la religión públicamente establecida». A pesar de su dulzura, se dice que le era difícil evitar una sonrisa cuando veía a alguien bendecir la mesa. Este continuo desprendimiento benévolo, que no adopta la actitud del renunciante aunque sí la del hombre llamado a una independencia radical respecto de todo, tiene como reflejo un discurso de concisión y profundidad insólita. Entre filósofos, hay general acuerdo en sostener que quien no entienda a Spinoza no sabe filosofía. Su tratado de metafísica, que es también un tratado sobre la virtud, la Ética, se publicó después de morir él por deseo suyo, para evitar polémicas sin duda inevitables, aunque circulase en algunas copias privadas. Lo mismo había hecho Copérnico un siglo antes. -- Aquello que el modo tiene de finito o definido es lo que una cosa tiene de propio y excluyente, como ser gusano, trapecio, globo, árbol, etc. Al conseguir esta definición que las hace ser sólo ellas, distintas de todo lo demás, ponen el principio de su perfección (su «sí mismo») no menos que el de su acabamiento. Fijémonos en que esta dialéctica indefinido-definido fue objeto del primer texto de la historia de la filosofía, el fragmento donde Anaximandro habla de que las cosas «se pagan unas a otras su injusticia de acuerdo con el orden del tiempo». Para Spinoza sigue siendo claro que diferenciarse significa penetrar en el límite, y penetrar en el límite significa ingresar en la finitud (temporal, espacial). Pero el sentido de que esto suceda así ya no es la «injusticia» de cada individuo con respecto a lo general indeterminado —aquello que en el Antiguo Testamento constituye «La ira de Dios»— sino algo relacionado exclusivamente con los otros individuos. Librados a sí mismos, el árbol, el hombre, el trapecio, etc. seguirían siendo siempre. Hay en cada individuo y en cada estado una afirmación infinita, que es la presencia de la substancia en ellos. La muerte y la transformación de naturaleza acontecen tan sólo porque unos “esfuerzos” se interponen en el camino de otros, y debido a su variada multitud se atropellan y excluyen entre sí. Unas veces son vivientes que asimilan o parasitan a otros, y otras se trata simplemente de que la existencia de cierta cosa resulta incompatible con la de otra. escohotado/genesisyevoluciondelanalisiscientifico/tema16.htm
Posted on: Sun, 01 Dec 2013 16:16:02 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015