Esta mujer Por Horacio Verbitsky. Un giro dramático Desde 1983 - TopicsExpress



          

Esta mujer Por Horacio Verbitsky. Un giro dramático Desde 1983 la función central del sistema político fue administrar el miedo residual que dejó la dictadura. De ese modo hizo viable con la menor violencia posible el ajuste de la economía y la sociedad, reformateadas por la fuerza a gusto de los sectores dominantes nacionales y/o internacionales. Eso explica el final apocalíptico de las dos presidencias radicales, el rechazo o la indiferencia social por quienes lideraron los dos primeros gobiernos justicialistas y el descrédito de los partidos políticos que abandonaron en el poder sus tradiciones históricas y los intereses de quienes los votaron. Atrás han quedado la valorización financiera iniciada con el golpe de 1976; la Economía de Guerra contra el Salario, que anunció Raúl Alfonsín en abril de 1985; la desindustrialización vertical y las privatizaciones del menemismo, con sus efectos sobre el empleo y las condiciones de vida; la precarización laboral por la que se pagaron cinco millones de dólares en sobornos a senadores de ambos partidos cuando gobernaba la Alianza; la brutal transferencia de ingresos desde los sectores más débiles hacia la cúspide de la pirámide durante el tenso interinato del senador Eduardo Duhalde; el incesante endeudamiento externo con que se financiaron esos gobiernos a expensas de la bancarrota general. Ahora, en cambio, el debate gira acerca de las vías para mejorar los ingresos de los sectores más débiles, algo que no habían conocido quienes hoy tienen menos de 50 años. Puede discutirse la sinceridad de cada actor político, y todas las fuerzas partidarias lo hacen con admirable vigor, pero lo primero debería ser la constatación de tan dramático giro. El cambio es de significación especial en el peornismo opositor, que privatizó el sistema previsional y redujo las contribuciones patronales, y en el radicalismo, donde Gerardo Morales recortó cuando fue secretario de Desarrollo Humano 13 por ciento de los salarios estatales y de las jubilaciones. También por parte de la cívica libertadora Patricia Bullrich, quien como ministra de Trabajo eliminó planes de empleo, redujo y en algunos casos suprimió la asignación familiar por hijo de los trabajadores formales. De Rivadavia a Evita Con los anuncios previsionales, la presidente completó una semana colmada de definiciones políticas, económicas y culturales que trasuntan una visión del país y de su inserción en el mundo, cosa que no brilla en los planteos del Grupo Ahhh.... Antes había estado en la Bolsa de Comercio, donde dijo que desde 1824, cuando Bernardino Rivadavia firmó el primer empréstito con Baring Brothers, la relación entre deuda pública y Producto Interno Bruto no había sido tan conveniente: un 45 por ciento, que se reduce a 30 por ciento si se omiten los bonos adquiridos por otras instituciones del Estado. Ese desendeudamiento es impactante, ya que cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia la deuda era de un PIB y medio. Durante su visita de marzo a Buenos Aires, Hillary Rodham Clinton encomió que la proporción deuda/producto de la Argentina fuera menor que la de su país, lo cual no es mucho decir: el endeudamiento de Estados Unidos llega al 95 por ciento y la agencia Bloomberg calcula que en 2012 será mayor que el PIB. Claro que como dijo CFK en la Bolsa, Estados Unidos tiene los cazabombarderos F-16, como garantes del dólar en su carácter de moneda de reserva. También Italia debe más que la producción total de un año, Japón la de dos años, y Alemania, Gran Bretaña y Francia rondan el 70 por ciento de sus respectivos productos. CFK sorprendió a los asistentes a la Bolsa al responder al reclamo de que se elimine el encaje del 30 por ciento sobre los capitales que ingresan al país. Lo declinó con palabras cuidadas pero muy firmes, señaló la inconsistencia entre ese pedido y la queja por la fuga de capitales y aclaró que su temor era que por esa vía llegaran a la economía argentina las burbujas especulativas y el desplome de los mercados de los países centrales, que aquí pudieron evitarse. Su afán pedagógico se manifestó también en las varias referencias que hizo esta semana a Eva Perón, a quien llamó una gran reparadora social, que sustituyó el enfoque de la beneficencia por el de los derechos. Recordó la frase luminosa de Evita “Allí donde hay una necesidad nace un derecho”, dijo que su obra había sido un punto de inflexión en la historia argentina y mencionó los “amores maravillosos y odios terribles” que despertó, “como todos los que vienen a cambiar las cosas”. No hacía falta que explicitara su identificación con ese sino. Pero aclaró que no era “evitista” porque “ella y Perón, en definitiva, eran una sola y misma cosa”. No parece una referencia casual, pocos días después de haber dicho que tal vez en 2011 la candidatura presidencial sea para ella.
Posted on: Thu, 14 Nov 2013 09:36:12 +0000

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