Esta semana leí en un sitio de Internet que el domingo pasado falleció Pablo Scarabino (expresidente de Rosario Central 2003/2007). No me alegro por la muerte de casi nadie pero este caso no me provoca ningún sentimiento de pena. Recuerdo cuando en la fiesta de la filial “Gigante de Arroyito” de Buenos Aires en Diciembre de 2004, Scarabino en un discurso pleno de retórica expresó “los jugadores son todos de Central”, dando a entender que con el habían terminado los negociados de representantes y dirigentes. Muchos aplaudieron engañados facílmente por estas palabras. A los dos años liquidó un plantel entero comenzando la debacle que hizo que el club fuera intervenido y al poco tiempo bajara de divisional. (no olvidar al maldito vasco). Como ejemplo tomo el caso del marcador lateral izquierdo. Central tenía tres jugadores de buenas condiciones y en 4 meses fueron mal vendidos (Papa a Vélez, Rivarola a Colón y Villagra a River). Cuando me refiero a una mala venta es que además del poco dinero recaudado se reforzó a tres enemigos. Los jugadores de Central (y mas los de inferiores) deben ser transferidos directamente al exterior. Me envenena reforzar rivales. Del Scarabino que tengo un buen recuerdo es de Leo (el hijo) a quién conocí en la puerta de la cancha de Ferro en un clásico contra la lepra en la Preliguilla 1989. Los dos estábamos discutiendo con la policía porque no nos dejaron entrar bolsas enteras de papelitos al estadio. Para los que no conocen esta historia en 1984 en la final del Torneo Nacional la hinchada de River quemó un tablón de la visitante de la cancha de Ferro, y desde ese entonces los papelitos se entraban a escondidas en ese lugar. Volviendo a “papa Scarabino” como todos aquellos que hicieron mierda a Central ningún tipo de disculpas alcanzará para que consigan mi perdón.
Posted on: Fri, 15 Nov 2013 22:37:10 +0000