Estoy muy muy preocupado, con cierta ansiedad de lo que pasa en Chile. Leyendo las declaraciones de Michelle Bachelet por una parte, de su nueva vocera, y observando las acciones de la clase política parlamentaria y la de la clase política extraparlamentaria por otra, como así también el movimiento social, y sin caer en dramatismos excesivos, veo signos de tragedia. Que una candidata virtualmente ganadora diga que no será responsabilidaad de esta candidata si los actores políticos no saben leer la necesidad y premura de los cambios o que la vocera hable de reforma a la Constitución en El Mercurio del sábado y la candidata hable de Nueva Constitución en La Tercera del domingo pasado, o que Escalona se logre imponer con el apoyo de Gutemberg Martínez, muestra una enorme tensión y lucha entre el programa y los partidos, entre la voluntad de la ex-presidenta y de su núcleo duro por una parte y de los liberal conservadores y socialcristianos por otra. En suma muestra los signos de una tremenda lucha interna y de una batalla en que nuevamente los intereses de poder de la clase política se sobreponen incluso al programa y por tanto a la candidata. Por otra parte la clase política extraparlamentaria y la propia ciudadanía no trepidarán en presionar en el cumplimiento de los compromisos. Y finalmente una ultraderecha que tal como lo hizo la semana recién pasada no claudicará en meter una cuña en el mundo socialcristiano y conservador. Ya sabemos que resultó de todo aquello cuando gobernó contra viento y marea Salvador Allende.
Posted on: Mon, 15 Jul 2013 00:40:56 +0000
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