FE Y ESTATURA HASTA LA SEPULTURA Mi abuela Esther Sepúlveda no era en nada ajena al refranero popular y curiosamente, el anterior refrán describía muy bien el carácter de Doña Toña, mi señora madre, Mamá Toña como le decían sus nietos o Nia, como con exclusividad siempre le llamó Yelincita. Mujer hecha a la antigua, en la forja y bajo el impacto entre el yunque y el martillo, luego templada cuidadosamente en el mas puro aceite. Recia de carácter, mano de hierro, guante de seda, aborrecedora de la injusticia, de las mentiras, de los abusadores y de los vagos. Ah, con un corazón de esposa, de madre y de abuela que apenas le cabía en el pecho. Sus valores y principios no eran de esta época, mas bien de los años 20. En su estilo de siempre, en su carácter matriarcal,hoy, en contubernio con el Jefe, decidió partir; entendió era tiempo justo para descansar. No creo que la pudiésemos detener, pero definitivamente somos egoístas y ninguno de nosotros, en especial Oscalín, el compinche de toda una vida, diésemos fácil aprobación a su determinación. Yo creo Mami, que nos hiciste un poquito de trampa. Quizás no, pero nos engreiste tanto, que nos acostumbramos a ello y eso nos hace mas difícil este evento. Adiós Toña, que el Gran Padre te reciba con su bendición y si de vez en cuando puedes pide bendiciones para nosotros, que aun estamos acá. Nos veremos mas luego. Besos, Oscar
Posted on: Tue, 27 Aug 2013 21:09:48 +0000
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