Feliz aquél que tiene cuidado en calcular las cosechas de su palabra y que puede decir al final del día: ¡no fue en vano que sembré; no fue en vano que cultivé; y la tierra me devolvió más de lo que yo le había dado! (…) Es en nuestra alma, es en el alma de nuestros semejantes, donde es preciso sembrar la palabra, a fin de que produzca cosechas de todo tipo". El Hombre de Deseo (268), Louis-Claude de Saint-Martin
Posted on: Sun, 18 Aug 2013 14:02:49 +0000
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