Fragmento de "La Caída de Arturo" de JRR y Christopher - TopicsExpress



          

Fragmento de "La Caída de Arturo" de JRR y Christopher Tolkien De cómo Arturo y Gawain marcharon a la guerra y cabalgaron al Este. Arturo hacia el Este armado pretendía hacer su guerra en las fronteras agrestes, el mar surcando hasta tierras sajonas, a defender de la ruina el reino romano. A revertir las mareas del tiempo y a los paganos postrar su esperanza lo urgía, que de asaltar dejasen con esquifes saqueadores, en busca de botín, las brillantes orillas y las aguas someras de Bretaña meridional. Como cuando la tierra mengua en los días del otoño y raudo hacia su crepúsculo el sol declina bajo la triste niebla, un hombre ansiará trabajo y vida nómada mientras aún cálida fluya la sangre prendida por el sol; así ardía su alma por una gloria duradera tras un último intento de orgullo y arrojo hacia la indomable, inflexible voluntad en la guerra contra el destino. Así los hilos malignos del destino lo impelieron, y con malicia Mordred su pensamiento curtió, tildando la guerra de sensata, y de sandez la espera. «¡Que sean sus templos derribados y sus firmes refugios desnudados y destruidos, quemados sus puertos, y que sus ínsulas inmunes a la marcha de las armas o al dominio romano humeen hacia el cielo, sumidas en fuego de venganza! Fiera es vuestra mano, la fortuna os sigue – ¡partid y conquistad! Y Bretaña bendita, vuestro reino anchuroso, custodiaré intacta hasta vuestro regreso. Fiel me habéis hallado. ¿Mas qué enemigo osaría hacer aquí su guerra, o asaltar las murallas de este dominio insular mientras Arturo viva, si el lobo oriental en su propio bosque al fin amarrado por su vida ha de luchar?» Así habló Mordred, y los hombres lo alabaron; Gawain no supuso artimaña o traición en tan arrojado consejo; se encontraba ávido de batalla quien en quietud vana contemplaba el mal que había hecho añicos la Mesa Redonda. Así Arturo armado al Este partió, y la guerra despertó en las regiones agrestes. Su fuerza acometió contra salones y templos de reyes paganos, avanzando su conquista desde las desembocaduras del Rin sobre muchos reinos. A Lancelot echó en falta; Lionel y Héctor, Bors y Blamor no acudieron a la guerra; mas poderosos señores junto a él permanecieron: Bediver y Baldwin, Brian de Irlanda, Marrac y Meneduc desde sus torreones en la montaña; Errac e Iwain de la estirpe de Urien, que era rey en Reged; Cedivor el fuerte, y de la reina el pariente, Cador el arrojado. El más admirable era Gawain, cuya gloria crecía al oscurecer los tiempos; puro e intrépido, probado repetidas veces sin igual entre caballeros; y de la reina el pariente, Cador el arrojado. Fortaleza y defensa de un mundo en decadencia. Como en la última salida de ciudad sitiada Gawain los dirigía. Como trompeta gozosa sonaba su voz en la vanguardia de Arturo; cual tea encendida blandía su hoja inflamada como rayo ante la avanzadilla... Traducción de Editorial Planeta
Posted on: Fri, 26 Jul 2013 01:30:37 +0000

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