Francisco Josafat Flores Ríos. Bachillerato No Escolarizado. EL - TopicsExpress



          

Francisco Josafat Flores Ríos. Bachillerato No Escolarizado. EL REY REX AGNAR Y cuando despertó, el dinosaurio ahí seguía… tirado en el pasto del bosque a media noche y junto con la obscuridad una lluvia torrencial que simplemente no se veía cuando terminaría con un gemido que se podía escuchar a miles de metros de donde se encontraba desangrándose el gran Rex Agnar, abandonado sin ninguna señal de ayuda y sin saber en qué parte del bosque él se encontraba, un rayo cayó en un árbol el cual al instante se incendio, eso alumbro el lugar, desfallecido vio a unos metros una cueva que tenebrosa por su aspecto lo invitaba a ir hacia ella con el último aliento de vida se arrastró hacia la cueva, el sangrado que tenía en su pierna derecha no daba tregua y un dolor punzante lo acompañaba, con el lodo que ya se había formado dentro de la cueva el gran Rex Agnar lo untó en su herida, el dolor y la debilidad que él tenía lo hicieron presa de un desmayo y nuevamente quedó inconsciente. Abrió los ojos y la resolana le anunciaba que un cielo despejado y nuevo lo estaba esperando afuera de esa cueva, aturdido y confundido intentó mover su cuerpo, el lodo que estaba en su pierna se encontraba totalmente seco este se partió en varios fragmentos aún sentía dolor en su pierna derecha, pero la herida ya había cicatrizado era para él una buena nueva, una hambre mortal lo hacía esclavo, él no sabía cuánto tiempo había ya pasado desde aquél último recuerdo que tenía de esa noche obscura y lluviosa lo único que él recordaba era que se había untado el lodo, quería recordar más, aunque él lo intentaba no podía hacerlo, al salir de la cueva encontraría respuestas a muchas de sus preguntas. Rex Agnar salió de la cueva cegado por el sol que se encontraba en el zenit, comenzó a explorar la zona y vio a lo lejos un gran río dónde se encontraban unos salmones que brincoteaban a las afueras del agua sin duda alguna se dirigió hasta el sitio y los salmones entendieron la ley de la selva que reza ¨solo el más fuerte sobrevive” no opusieron resistencia y fueron tragados por el gran Rex Agnar. Una vez saciada su hambre levantó los ojos al cielo para ubicar la zona donde se encontraba pues no había visto cosa alguna parecida a este lugar pues el tipo de árboles con hojas y frutos eran muy diferentes a los que él había conocido hasta ese momento, las flores que estaban en el lugar eran otra cosa que pese a su desconocimiento le parecían hermosas por sus colores vivos, una pregunta estaba latente en su pensamiento ¿era él, el único en este paradisíaco lugar? Movido por ese ojo interno que todo ser vivo lleva, caminó de frente al sol y vio el gran volcán y detrás del gran volcán humo, señal de destrucción el reconocer al gran volcán tuvo sentimientos encontrados pues esa imagen ya no era para él desconocida pero el humo que se veía detrás del gran volcán hacía sospechar lo peor. Caminó hacía lo conocido para sus ojos sin perder en ningún momento el objetivo, la noche llegó y junto con ella un cansancio que hizo que el gran Rex Agnar se recostara y durmiera profundamente. El calor del sol que anuncia un nuevo día hizo despertar a gran Rex, ya estaba a las faldas del gran volcán, unas hojas de árboles altos le parecieron inofensivas y atrayentes a su olfato fueron presa de sus afilados dientes esas hoja le darían la energía para mover su fuerte y terrible cuerpo, con una potencia inigualable lanzó un rugido que indicaba el inicio de una exploración de otros territorios. Aún el humo se veía detrás del gran volcán y comenzó el ascenso hacia ya su conocida montaña la tristeza inundó su alma al ver el caos que yacía en su territorio. Un gran hoyo se encontraba justo en el centro del mismo lugar desde lo alto del gran volcán se veía que este hoyo era profundo a más no poder, la tierra que había sacado el gran choque de un meteorito había ahogado a los pequeños retoños de los semejantes del gran Rex Agnar, el fuego había matado a los jefes de su tribu solo se encontraba el gran Rex ,al ver esta dantesca escena comenzó a recordar qué le había salvado la vida. Unas lunas antes se le había dicho al gran Rex Agnar que se preparara física y espiritualmente para su ascenso pues si pasaba la prueba del gran volcán y él regresaba a su territorio con vida sería el nuevo rey supremo de su legión, a muchos habían mandado a tan misteriosa hazaña pero ninguno había regresado, detrás de la gran montaña los brujos de la tribu aseguraban que se trataba de un lugar lleno de peligros y de animales salvajes que mataban hasta a sus propias crías, esa era la leyenda que acompañaba a aquél misterioso lugar. La confianza de aquel gran Rex nunca menguó pues los consejos de su padre y el apoyo que desde crío obtuvo de su familia le daban la seguridad de que él sería el nuevo rey supremo, así comenzó la preparación y con ánimo y una concentración única el gran Rex Agnar iba aumentando su fortaleza tanto física como mental. El gran día llegó, como era costumbre se hizo un rito para que diera comienzo la ceremonia de prueba, al gran Rex Agnar lo revistieron con unas hermosas flores que pusieron en su fornido y oscuro cuerpo, a la medianoche el rugido del gran jefe fue la señal que el gran Rex Agnar estaba esperando con paso seguro y mirada fija, fue avanzando hacia el gran volcán su padre y familia con una emoción indescriptible veía como él se iba desvaneciendo entre la oscuridad llenos de confianza sabían que él algún día regresaría a su amado territorio nadie sospechaba lo que la naturaleza iba a hacer de ese tan unido pueblo. Rex Agnar iba avanzando con cautela pero con un gozo del cual podría explicar en cuanto nuevamente viera a los suyos, cosas maravillosas veía y ahora él iba entendiendo el porqué muchos elegidos para esta misión ya no regresaban pues era un lugar paradisiaco que solo los que piensan en su bienestar no dudarían en dejar a su tribu y a su gente, pero él tenía la convicción de contar todo lo que existía y decir que todo era una farsa que era un lugar hermoso y que su pueblo crecería aún más porque en su interior Rex Agnar quería servir y vivir para su pueblo, el gozo vano que viene y va como el viento no le interesaba la fama y el respeto no lo quería pues estaba consciente que antes de ser Rey el ya era famoso y querido por su gente. Ya para regresar a su territorio gran Rex Agnar iba con paso rápido y su corazón con muchas buenas noticias, levantó su cara y vio como una bola de fuego venía hacia la tierra, su corazón le decía que lo detuviera a ese astro pero él veía que era más fuerte que él y todo lo que él conocía, apresuró el paso hacia el gran volcán con una angustia y desesperación mortal cuando estaba haciendo la acción escuchó una explosión y un temblor que lo hizo dudar en aquel instante, comenzó a buscar refugio y un árbol con las raíces arrancadas se le incrustó en su pierna derecha, adolorida y ensangrentada ya su pierna, quiso aliviarse, de repente una roca que ya había volado hasta donde se encontraba Rex Agnar le golpeó la cabeza y cayó desmayado motivo por el cual no supo más. En lo más alto de la montaña Rex Agnar contemplaba la pérdida total de su amado pueblo… ya no existía más. El recuerdo de toda su vida los mejores momentos junto a su familia los gestos y muestras de cariño Rex Agnar los sentía como si no hubiera pasado el tiempo y con toda esa trágica escena Rex Agnar decidió emprender una vida solitaria y caminar hacia otros territorios aún desconocidos pues es lo que él había aprendido de su misión siempre detrás del gran volcán se encuentra algo diferente muchos dirán que es mejor otros que es peor pero la preparación y el amor para hacer las cosas eso dará la respuesta a los intentos que uno haga en esta vida y Rex Agnar continuó su búsqueda no con tristeza sino con un enorme gozo y felicidad pues él sabía que siempre esperan cosas aún mejores en la adversidad.
Posted on: Fri, 25 Oct 2013 02:38:33 +0000

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