Fui a la librerÃa a comprar un ramillete de versos. El floricultor que la atendÃa me dijo que no quedaban más. Pero no me rendÃ. Fui a la florerÃa y pedà un libro de jazmines oliendo a poesÃa. El editor se excusó amablemente alegando que ese libro se habÃa marchitado. Terca como soy, entré en el circo para comprar la tristeza del payaso, pero el domador de ilusiones sólo quiso venderme la caricatura de su sonrisa. De allÃ, fui hasta la maternidad para comprar un poquito de ternura. La partera de turno me dijo que tal sentimiento sólo es encontrable en el útero de algunos poemas. Entonces, frente al dilema de parar o seguir, decidà continuar la búsqueda, porque deseaba mandarte un regalo que significase algo más que una pequeña muestra de afecto. SÃ, busqué algunos gritos de felicidad, pero sólo encontré gemidos de segunda mano. Intenté encontrar suspiros de placer, pero el tendero sólo tenÃa silencios que no paraban de gritar. Revolvà todos los estantes buscando un vino añejo hecho de sudor nacido en el deseo y de lágrimas lloradas en la emoción del encuentro, pero apenas hallé botellas vacÃas que pacientemente esperaban por la mano que las llene. Y asÃ, de estante en estante, de tienda en tienda, de barrio en barrio, agoté todas las posibilidades, ya que en la ciudad sólo sobraron sin mácula las esquinas de la vida, las plazas de la esperanza, los árboles impávidos, y los nidos sin candado en los que habitan los pájaros sin tristeza. Por eso, no tuve otra alternativa. Ojalá que puedas usar La esquina que te mando para esperar sin temor a que el semáforo de la felicidad se ponga verde de alegrÃa; la plaza, para que en ella puedas deshojar la alegorÃa de tus sueños en flor, recitando mariposas de todos los colores; los árboles, para que den sombra a la inspiración, siempre que ella visite el jardÃn de tu memoria; los nidos, para que en ellos florezca el gorjeo que tu sensibilidad entone en prosa y verso; y los pájaros felices, para que sobrevuelen los paisajes que tu imaginación cincele en sus retinas. Fue lo único que encontré para mandarte. Sé que es muy poco, poquÃsimo, pero, como traté de explicarte, fue lo único que encontré.
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 13:06:53 +0000
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