GENERAL JUAN GALO LAVALLE... EL PEREGRINAR DE SUS RESTOS... Así - TopicsExpress



          

GENERAL JUAN GALO LAVALLE... EL PEREGRINAR DE SUS RESTOS... Así cayó el bravo general don Juan Galo Lavalle, el héroe de Río Bamba, el magnífico soldado de Nazca, el rey de los arenales de Moquehuá. Su cuerpo inanimado fue colocado en su hermoso tordillo y la caravana triste y silenciosa comenzó su santa peregrinación hacia la catedral de Potosí, tras el jefe muerto, puesto a la vanguardia para evitar que cayese en poder de las fuerzas de Oribe, que lo ansiaban tenazmente para llevar su cabeza a Rosas. A veinticuatro leguas de Jujuy, como la descomposición del cadáver del general dificultaba la marcha, dispusieron descarnarlo, y el coronel don Alejandro Danel practicó esta penosa operación. Con el propósito de disecar mejor los huesos, fueron tendidos al sol sobre el techo de un rancho. Inesperadamente cuenta la historia, un cóndor descendió vertiginosamente de las nubes y apoderándose del cúbito del brazo derecho de Lavalle, remontó a las alturas. Aquel cóndor, expresión de gallardía y fiereza de esos inmensos dominios solitarios y agrestes de la montaña y el espacio, tal vez quiso levantar en alto llevando y mostrando como trofeo el hercúleo brazo sableador del ínclito granadero de San Martín. La caravana hizo 163 leguas. El 22 de octubre de 1841, a las 21:00, llegó a Potosí, siendo recibida por el presidente de Bolivia, quien dispuso que los restos del general Lavalle fueran depositados en la Catedral. Damasita Boedo marchó con la caravana a Bolivia; llegó a Chuquisaca, y allí volviéronse locos los coyas más engreídos y retobados de amor por ella, y, conocedores de la aventura de que había sido objeto y por quien ahora peregrinaba sola en el extranjero, pretendieron reemplazar a Lavalle en la posesión de tan peregrina beldad. Pero no pudieron. La joven no había nacido para los coyas. Un chileno cargó al fin con ella. Era Billinghurst, ministro plenipotenciario de Chile. Bajo su amparo pasó a Chile, donde vivió con el lujo y la holgura que le prodigaba su generoso amante; y lo que fue más tachable en ella es que regresó a Salta, punto de la tierra donde tan bizarramente había protestado ante el cuerpo del general Lavalle no volver jamás por culpa del muerto y causa de su deshonra. Pero abandonó su juvenil rubor, volvió a la tierra de los suyos, que había hecho votos de no volver; deslumbró e incitó la envidia por sus trajes riquísimos y sus chales de seda con que se paseó por las calles, se zarandeó por paseos y se arrodilló en los templos, resplandeciendo todavía al lado de sus sedas y sus joya su amabilísima hermosura. Volvió a Chile, donde murió. En 1858, los restos del general Lavalle fueron trasladados a la Capital, y actualmente descansan en el cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires, y el epitafio de su tumba encierra el postrer y eterno homenaje del pueblo argentino: "Granadero: velad su sueño y si despierta dile que la Patria lo admira." En el museo del Regimiento de Granaderos a Caballo,se encuentra el poncho con el cual fue cubierto su cuerpo, donde aún se notan las manchas de sangre.
Posted on: Wed, 09 Oct 2013 14:11:36 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015