GOTAS DE PAZ: "Bendita aquella que ha creído que la palabra del Señor se realizaría." (Lc 1, 45) La Iglesia nos invita a celebrar en este domingo la fiesta de la Asunción de la Virgen María al cielo. El significado de esta fiesta, es muy intenso. Es celebrar un hecho histórico del pasado, pero que de algún modo nos compromete en nuestra vida presente y también nos llena de esperanzas en relación a nuestro futuro. En María, por obra y gracia de Dios, nosotros somos invitados a hacer una relectura de nuestras vidas y de nuestro camino de fe. Pienso que la experiencia de la vida de María esta muy bien condensada en la frase que le dijo S. Isabel: "Bendita aquella que ha creído que la palabra del Señor se realizaria". La fe es el gran motor de toda la vida de María. Una fe incondicional de que Dios es el Señor de la historia. Una fe comprometida en realizar la voluntad de este Dios. Una fe que ilumina cada paso, cada decisión. Una fe que genera fuerza para enfrentar las dificultades y persecuciones. Una fe atenta para leer en los hechos de la vida, las señales de los tiempos. Una fe capaz de sentir la cercanía cariñosa de un Dios que no nos deja jamás, aun cuando se hace noche. Una fe que nos sensibiliza para reconocer en todos, pero especialmente en los mas desfigurados, la imagen preciosa de Dios. Una fe que nos enseña a amar generosamente y sin limites, hasta mismo a quien nos hace el mal. Una fe que nos hace sentirnos únicos y especiales a los ojos de Dios, que desde siempre ha soñado con nosotros y nos ama incondicionalmente. Una fe que conduce a la pobreza, al desapego de los bienes materiales, para poder experimentar la providencia de Dios. Una fe que nos exige intervenir en la historia para construir el reino tan deseado de Dios. En fin una fe que es activa, que no se reduce a palabras, que no se pierde en buenas intenciones. Sin dudas, María es para todos los cristianos el mejor ejemplo de fe practicada. Todos sus días, todos sus gestos y acciones, todas sus palabras nacieron de su fe, del creer que la Palabra de Dios es la verdad y que no fallaría. Mirándola así, descubrimos que la Asunción de María, no fue solamente un hecho, en un día determinado, al contrario, fue una obra realizada a cada día. Ella siempre estuvo subiendo hacia Dios. En aquel ultimo día los Ángeles apenas terminaron lo que María había siempre hecho. Es como si esta tierra ya no pudiera mas contenerla. Pero no nos olvidemos que el destino de María es también el de todos nosotros. También nosotros estamos invitados a ser hombres y mujeres de fe. Estamos invitados a no reducirnos a este mundo, pero empezar ya nuestra ascensión hacia Dios. A realizar de verdad lo que a veces decimos de forma automática en las misas: "nuestros corazones están levantados hacia el Señor." Así, pues, celebrar la Asunción de María, es preguntarse seriamente: ¿en que grado estoy en mi proceso de ascensión hacia Dios?. María, en quien todo este proceso ya se realizó, nos alienta y nos muestra que es posible, pero tenemos que ponernos en marcha. El Señor te bendiga y te guarde, El Señor te haga brillar su rostro y tenga misericordia de ti. El Señor vuelva su mirada cariñosa y te dé la PAZ. (Hno Mariosvaldo Florentino, franciscano capuchino)
Posted on: Sun, 18 Aug 2013 09:52:09 +0000
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