Gentileza de José María Cazal Riego. Favor de sacar - TopicsExpress



          

Gentileza de José María Cazal Riego. Favor de sacar conclusiones. Hipótesis: Guerra por territorio. Parte de la defensa de Benjamín Aceval. Exposición ante Rutherfor Hayes. En Laudo Arbitral (Incluye transcripción del original de las notificaciones de Bartolomeu Mitre a CarlosTejedor, 1873) En Marzo de 1873 el Gobierno Argentino acreditó cerca del Gobierno Paraguayo al General Don Bartolomé Mi- tre, en el carácter de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, en misión especial, con objeto de arre- glar la cuestión de límites pendiente y celebrar los otros tratados definitivos. Llenadas las formalidades de práctica y nombrado el Plenipotenciario Paraguayo, las conferencias empezaron bajo los mejores auspicios, siendo prestada al Ministro Argentino, en virtud del Acuerdo de 19 de Noviembre de 1872, la cooperación moral por parte del Plenipotenciario Brasi- lero que habia sido acreditado al efecto. Sintetizando las pretensiones del Plenipotenciario Ar- gentino manifestadas en las conferencias confidenciales (forma en que se iuició y siguió la negociación) fueron hasta exigir que el Plenipotenciario del Paraguay recono- ciese como argentino -1°. la parte del territorio paraguayo de las Misiones, situado á la izquierda ó al Sud del Rio Paraná; -2°. la isla del Cerrito ó Atajo situada en la confluencia — 75 — del Rio Paraguay con el Paraná, y -3°. En el Chaco, del río Bermejo hasta el río Pilcomayo que desemboca en el Rio Paraguay casi frente á la Asunción; debiendo lo demás de ese territorio, desde el Pilcomayo á Babia Negra,a ser de- cidido por emisarios nombrados de común acuerdo, y en último caso, sometido á arbitrage. El Plenipotenciario Paraguayo atendiendo á las circunstancias especiales en que se encontraba el Paraguay en su calidad de vencido y destruido por la Alianza, después de muchas hesitaciones, y aunque firmemente convencido de los derechos del Paraguay á todo el territorio que siempre había poseido, se consideró obligado á hacer las mayores concesiones posibles en obsequio á la paz y armonía con sus vecinos, y se resignó, con el dolor del patriota, á acordar la cesión á la República Argentina: -1°. del territorio de las Misiones á la izquierda del Paraná; -2°. de la isla del Atajo ó Cerrito; -3°. de la parte del Chaco paraguayo comprendido desde el Bermejo hasta el Rio Pilcomayo, en el brazo que desemboca casi en frente de la Asunción, debiendo quedar lo demás del Chaco, al Norte de este rio hasta Bahia Negra, reconocido como paragua- yo; y para el caso de no arreglarse así por transacción, propuso que se sometiera al arbitrage de una ó mas potencias amigas todo el territorio del Chaco discutido, desde el Bermejo hasta Bahía Negra. El Ministro Argentino General Mitre, uno de los hombres públicos mas eminentes de aquel país, que había sido Presi- dente de la República Argentina en el periodo anterior y firmante del Tratado de Alianza, que se había realizado durante su gobierno, así como el que mandó en gefe los ejércitos aliados en la guerra del Paraguay: conocedor por tanto, mas que ningún otro, de las pretensiones y verdaderas conveniencias argentinas, no pudo responder inmediatamente -76- en su carácter oficial por falla de instrucciones explícitas, aunque se mostró decidido sostenedor de la conveniencia de aceptar la generosa oferta del Paraguay vencido; porque comprendió que era un verdadero sacrificio que hacía este país, y que las ambiciones argentinas, aun después de la victoria, estaban satisfechas, sin que por ningún concepto pudieran ir mas lejos, á no ser que se les quisiera imprimir un carácter de conquista. Sus comunicaciones al respecto con el Ministro de Relaciones Exteriores de su país, Carlos Tejedor, en 1873, son de la mayor importancia y dan tanta luz sobre los derechos del Paraguay al territorio que ahora está sometido al arbitrage de V. E., que llamo sobre ellas muy particularmente su atención.— Dichas comunicaciones constan de la Memoria Argentina del Departamento de Relaciones Exteriores del año de 1874, que también entrego á V. E., sin que por eso deje de transcribir los siguientes párrafos: Nota Confidencial de 30 de Junio de 1873-Pág. 95. Como signatario del Tratado de Alianza, puedo decir que las pretensiones de la República Argentina parecían no ir mas allá del Pilcomayo, que colmaban las aspiraciones nacionales, …cuadrando nuestro territorio evitando cuestiones y guerras futuras con nuestros limítrofes por desiertos que no necesitamos. ………… …………… …………… Dada esta situación creo que las pretensiones que ante ella podemos sostener ……… ……… ……… y en las que nos veremos eficazmente apoyados por el Brasil, coinciden con las aspiraciones nacionales, con nuestras - 77-- necesidades é intereses, y las que aconsejan aceptar la prudencia y el patriotismo en previsión de dificultades con ios vecinos, y en satisfacción del desarrollo que como cuerpo de nación podemos alcanzar en el espacio de siglos. ……… ………… ………… …………… pienso que el interés presente y futuro de la República Argentina ……………… le aconseja contentarse con los límites del Pilcomayo, propendiendo á que el Paraguay y Bolivia se establezcan en el Chaco á la margen derecha del Río Paraguay, el primero en inmediato contacto con nosotros con la navegación común del Pilcomayo extensiva á Bolivia, y esta entre las posesiones paraguayas y las del Brasil (hasta Bahía Negra), con lo cual todo se concluía, todo se prevea y todo se garante. Cuando el Barón de Cotegipe pasó por Buenos Aires la 1° ves, le manifesté mi opinión respecto de nuestros límites por el Pilcomayo y aún cuando me constaba, por las ideas que habían prevalecido en los consejos de Gobierno á que había asistido, que tal era, poco mas ó menos, la idea del Gobierno de mi país, la dí simplemente como opinión mía etc. ................................ El señor Magalhaens me replicó, con viveza y casi interrumpiéndome, que ciertamente no debíamos contar con la cooperación del Brasil en esta cuestión, sino hasta cierto punto; que en ningún caso nos apoyaría en nuestras exigencias para pretender todo el Chaco hasta Bahía Negra, agregando que sí tales hubieran sido las disposiciones del Gobierno, él no se hubiera encargado de ejecutarlas, por ser de todo punte contrario á ellas. Oficio de 8 de Julio de 1673- Pág. 119. Hoy puedo informar á V. E. con pleno conocimiento de causa que no es posible el ajuste de ningún tratado de límites con el Paraguay cediendo este la Villa Occidental, no solo por los derechos que creen tener á ese territorio, sinó porque no hay, ni habrá en mucho tiempo aquí un gobierno que tenga el poder de firmar los tratados. Por lo tanto, obtenidas las mayores ventajas en las otras cuestiones de límites, y puesta fuera de cuestión nuestra soberanía hasta la margen derecha del Pilcomayo, creo que no debemos insistir sobre la posesión de la Villa Occidental: -1°. Porque al conceder al Paraguay el derecho de proponer modificaciones al Tratado de Alianza en cuanto á límites, se tuvo en vista precisamente la Villa Occidental, lo que importaba una promesa de ceder en este punto; pues de lo contrario el Acuerdo Preliminar de Paz no tendría objeto ni seriedad; -2°.................................................................. -3°. Porque tratándose de desiertos en que la República no ha tenidoo ni tiene dominio de hecho, la Villa Occidental constituye un título de posesión á favor del Paraguay -4°. Porque la Villa Occidental aún cuando tenga su importancia como posición, seria un punto destacado de nuestras fronteras que nos obligaría á esfuerzos lejanos para sostenerlo, siendo siempre motivo de celos y dificultades entre los dos limítrofes, complicándose ademas con las cuestiones de límites con Bolivia por esa parte; …… ……… ……… ……. -8°. Porque, como ya lo he manifestado á V. E., el Tratado de Alianza, después de salvarlos derechos de Bolivia, no tuvo ni pudo tener en vista sino nuestros límites hasta el Pilcomayo, que es hasta donde van las aspiraciones — 79 nacionales, y dentro de las cuales puede desenvolverse la República Argentina dilatándose como una poderosa y grande nación, debiendo transcurrír siglos antes de ocupar estos desiertos. En vista de estas consideraciones es mi opinión que el Ajuste de tratados de límites con el Paraguay puede cele- brarse definitivamente adoptando la línea del Pilcomayo. Oficio de Julio 9 de 1873 - Pág. 126 No siendo posible obtener del Gobierno del Paraguay su renuncia á todo el territorio del Chaco que se extiende al Norte del Pilcomayo, respecto del cual V. E. me prevenía en mis instrucciones no habría dificultad en con- cederle dominio; dependiendo el éxito de la negociación en lo restante de la Villa Occidental que se halla al Nor- te del Pilcomayo, y sobre lo cual V. E. ma prevenía en las mismas que en tal caso consultase dando un informe, y esto último es lo que he hecho fundando mi opinión en consideraciones políticas y geográficas, mientras con mejores datos pueda suministrar á V. E. otros conocimientos. Las siguientes son las únicas combinaciones á que según mi consulta anterior se prestaría este Gobierno: -1°. Discusión general de los Títulos al dominio del Chaco sometiendo en último caso la cuestión á arbitrage, comprendiendo todo el territorio en cuestión. — 2°. Adopción definitiva de la línea del Pilcomayo como límite dé la República Argentina con el Paraguay por el Chaco, salvando en todo caso los derechos de Bolivia de conformidad á lo ya manifestado en mi nota del 8 del corriente y con sujeción á estas bases que son las únicas aceptables. — 80-- por este Gobierno, espero las instrucciones precisas y las órdenes definitivas de V. E.» sea para continuar la negociación hasta su término, sea para romperla ó suspenderla, — Pidiendo antes á V. E. se sirva tomar en seria consideración lo que en mi nota de ayer he expuesto. Nota Confidencial de Julio 21 de 1873-Pag. 132 Para acentuar mas esta política (que he dicho en la nota á qne V. E. contesta, qne es el resultado de no pene- trarse bien de las obligaciones recíprocas del Tratado de Alianza y de su objeto y alcance) el Gobierno Argentino, después de declarar solemnemente que la victoria no daba derechos y hacer aceptar esto en principio á los aliados, declaró expresamente que ocupaba la Villa Occidental á título de depósito, dispuesto á entregarla al Paraguay toda vez que probase tener derechos á ella, lo que importaba renunciar á las ventajas del Tratado de Alianza, reconocer en el Paraguay un derecho por lo menos igual al nuestro y poner de manifiesto que no se tenia la conciencia del propio derecho. Considerando ahora en presencia del texto de los tratados la cuestión de nuestros límites en el Chaco por su faz histórica y legal, el hecho de invocar el Tratado de Alianza que solo establece bases generales para exigir y tratar, como nuestro único título al dominio y soberanía del Chaco hasta Bahía Negra, probaría que no tenemos otros que exhibir ……………………… llegando únicamente nuestras aspiraciones hasta la línea del Pilcomayo, según yá he tenido el honor de decirlo en nota anterior y con arreglo á lo cual se confeccionó el Tratado de Alianza, dándonos únicamente campo hasta Bahía Negra para tener mas terreno en que operar en un caso, ó para exigír lo que -81- Conviniese a título de vencedores, según queda ya explicado. ……………………………………………………………………………………. Con el conocimiento que me da el estudio de esta cuestión histórica he hecho, es que dije antes a vuestra excelencia, que nuestras pretensiones no pueden pasar del Pilcomayo, desde que se reconoce el derecho de Bolivia a parte de ese territorio, y se reconozcan derechos posesorios al Paraguay, según las expresan las instrucciones que me rigen, y por esto es también que agregaba al mismo tiempo la línea del Pilcomayo, siendo la de nuestro derecho sostenible en el terreno de la discusión, era también lo conveniente y lo que la prudencia y el patriotismo aconsejan aceptar………………………………………………………………………….. Lo que importa tanto como decir que no cediendo al Paraguay la Villa Occidental, sobre la cual se le reconoce el hecho posesorio, no hay nada que cederle, sino una nueva cuestión con Bolivia, y otra con la República Argentina, siendo la última palabra que debe hacerse otras concesiones de territorios al Paraguay a la margen derecha de este río en el Chaco al norte del Pilcomayo………………………………………… Piense sin embargo V. E. que debe conservarse por razones políticas y militares, y porque a la ves, de núcleo de colonización y garantía de nuestras fronteras por el Norte, es un derecho de nuestras glorias militares. Precisamente fundándome en consideraciones del mismo órden, y en datos geográficos y principios económicos es que pienso que la Villa Occidental como punto -82- avanzado o destacado de nuestras fronteras no conviene a los intereses argentinos, no solo por las razones que dejo manifestadas, sino además por las que paso a exponer como complemento de ellas. Las consideraciones que deben tomarse a la ves son la política internacional y la política interna. La primera aconseja establecer nuestras relaciones con los limítrofes y aliados de una manera sólida y permanente, creando la buena amistad en el presente y dejando todo motivo de de división en lo futuro; y esto se consigue adoptando la línea del Pilcomayo, con lo cual quedamos amigos del Paraguay obligándolos, con buenos términos con el Brasil, y en vía de arreglarnos con Bolivia, apartando de nuestro camino un motivo de desconfianza y de discordia, como lo será, y debe serlo siempre, un punto como Villa Occidental, es una población originariamente paraguaya, que siempre estaría presente, ante los ojos de este país, como un despojo hecho en nombre de la fuerza, aún cuando así no fuese, y no celebrándose los tratados, quedaría perennemente como una amenaza de guerra futura …………………………………………………………………………………… Por lo qne respecta al derecho que nace de nuestras glorias militares, él no se compromete porque seamos moderados en la victoria, sin olvidar las conveniencias presentes y futuras de la República, que son las que constituyen y han de constituir su gloria en todos los tiempos, debiendo haberse pensado en todo caso en esto, cuando se proclamó que las armas triunfantes no daban ningún derecho y cuando se declaró que la Villa Occi- dental solo ee conservaba á título de depósito para entre- -83- garla al Paraguay si probaba que era suya, debiendo por lo tanto considerarla esta cuestión únicamente bajo la faz del derecho ó de la conveniencia. Mientras tanto el Rio Pilcomayo es el camino natural del presente y del futuro, asi para nuestras provincias del Norte como para la República de Bolivia, pudiendo complementarse su navegación con el ferro-carril que conquiste el desierto á la vez que facilite las comunicaciones del comercio, siendo ademas una línea divisoria natural con la que los dos están conformes y que á nosotros nos conviene …………………………………………… Si be hecho algunas apreciaciones retrospectivas y entrado en algunas consideraciones para apoyar mi argumentación, ha sido teniendo en vista siempre, según lo entiendo, los intereses de la República Argentina, sir- cviendo en su sombre la política que le trasan sus compromisos internacionales y sus declaraciones solemnes consignadas en documentos públicos, que son los que me sirven de regla y de guía, tomando los hechos tales como son, y los documentos tales como están, sin que me preocupe la idea de si ellos son ó nó la expresión ó el re- sultado de la política que haya seguido como Gobernante (y que V. E. se digna recordar), ó si están ó no en contra- dicción con lo que desearía haber podido servir en esta ocasión como representante de mi patria en el Paraguay. Nota confidencial de 15 de Agosto de l873—Pág. 178. ................................................ Redactadas las instrucciones en el sentido solicitado por mí, V. E. se sirvió decirme al tiempo de leérmelas -84- para ponerlas en limpio, que S. E. el señor Presidente de la Repúblioa habia puesto mano en ellas, pensando como Yo, que no debía hacerse cuestión de la Villa Occidental, si en realidad no tenia la importancia política, eco- nómica y militar que se le atribuía, de lo que tuve oca- ción de cerciorarme en conferencias que posteriormente tuve con S. E. En consecuencia, las instrucciones de que fui munido al confiárseme la misión que desempeño, contenían implí- cita y explicitamente, por lo cue respecta á la cuestión del Chaco: —1°. Poner fuera de cuestión los derechos de la República Argentina hasta la margen derecha del Pilcomayo -2°. Aceptar el arbitrage para los territorios al Norte del Pilcomajo, incluso la Villa Occidental, caso de no encontrar un medio conciliatorio para arribar á un resultado definitivo —3°. Consultar al Gobierno, dándole los informes convenientes sobre la importanda de la Villa Occidental, si la dificultad viniese de este punto, y de él dependiese el éxito de la negociación, siendo entendido que el Gobierno Argentino no haría en definitiva cuestión de la espresada Villa. Si entonces el Gobierno me hubiera manifestado que en todo caso y aún después de recibir mis informes, esta- ba dispuesto á hacer cuestión de La Villa Occidental, y si asi lo hubiese expresamente consignado en las instrucciones: ó habría trepidado antes de aceptar la misión que me fué confiada bajo otras bases, ó bien aceptándola por patriotismo, habría desenvuelto en ella un diverso plan de operaciones del que he seguido, sabiendo desde el principio á que atenerme en definitiva …………………………………………………………………………………………………. este resultado era un triunfo para la política argentina — 85 — á la ves que un verdadero triunfo para sus intereses, afirmando definitivamente su bandera sobre la línea del Pilcomayo, que satisface todas las aspiraciones y todas las necesidades presentes y futuras de la República Argentina al través de los tiempos. ………………………………………………………………………………………………………………………………….. A la penetracíóa de V. E. no puede ocultarse, que someter al fallo arbitral la Villa Occidental es lo mismo que hacer abandono indirecto de ella; pues si tuviéramos la conciencia de que ella es verdaderamente argentina y nuestros títulos fuesen incontestables por su sola exhibi- ción, no someteríamos la soberanía territorial á tal fallo. …………………………………………………………………………………………………. Pero contrayendome esclusivamente á la República Argentina, en cuya cabeza he dicho que nunca ha existido la aspiración del límite lejano de Bahia Negra, puede determinarse esa mente con nuestra propia historia, y con documentos públicos y datos geográficos que la ilustran. Desde la época de nuestra revolución en que empezó á formarse nuestra conciencia de Nación, jamás en ningún acto, ni documento público ha aparecido la aspiración de un límite territorial, mas al Norte del Pilcomayo,hasta que el triunfo de nuestras armas en la guerra del Paraguay hizo flamear la bandera argentina en las márgenes solitarias de este río, no ocupado ni explorado antes ................................ Pero siguiendo en la historia la mente de los represen- tantes del pueblo argentino respecto de esta cuestión, nos encontramos con el Congreso que surgió de la batalla de -86- Pavón (1862) en que la Nación Argentina se vio por la primera vez reunida y representada en paz y libertad bajo una sola ley. En ese Congreso, con motivo de una concesión de tierras que se trató de hacer al Capitán Lavarello sobre ambas márgenes del Bermejo, sobrevino la cuestión de si la República Argentina tenia el derecho de hacer tal concesión sobre un territorio en litigio, y prudentemente la cuestión quedó sin resolverse aun respecto de la línea del Bermejo, sin que nadie hiciese mención (según mis recuerdos) de la línea del Pilcomayo. Terminada la guerra del Paraguay, el grito de triunfo para glorificarla y demostrar sus grandes resultados en adquisiciones territoriales fué, que nuestras fronteras por el Paraná quedaban definitivamente determinadas y que nuestra bandera flameaba sobre las márgenes del Pilco- mayo. Y después de estos antecedentes que constan en libros y documentos solemnes, V. E, mismo, Señor Ministro, que dice, que cedería de buena gana á este argumento si desgraciadamente no tuviese otra persuasión, dice sin embargo el congreso, al encerrar dentro de sus grandes líneas los límites futuros de la República Argéntina : «Los dos grandes ríos Bermejo y Picomayo, que desembocan en el Paraguay, están destinados en épocas no muy remotas á ser la vía natural de nuestras Provin- cdas del Norte y de la República de Bolivia; lo que im- porta trabar como límite necesario de la República la línea del Piicomayo, en cuanto responde á necesidades sentidas y á nuestro desarrollo de nación en el porvenir. Salvada la línea del Pilcomayo la cuestión es de mas ó menos ventajas territoriales, que en definitiva se concen- tran en la Villa Occidental, a seis leguas mas arriba de -87- la embocadara del Pilcomayo; y esto mismo viene á re- ducirse á una cuestión de mera fórmula, desde que por el arbitrage no se haga cuestión de esa posesión. …. Como V.E. ve, los términos con que se expresa en docu- mentos oficiales uno de los mas ilustres argentinos con- temporáneos, el General Mitre, muestran hasta la eviden- cia el ningún derecho de la República Argentina al terri- torio sometido ahora á arbitrage,- que es precisamente del que se ocupa, es decir, de la porción al Norte del Pilco- mayo, donde existe la población paraguaya llamada Villa Occidental, así como que los títulos del Paraguay son in- discutibles, como lo reconocen sus mismos adversarios, A pesar de tan concluyentes argumentos del Ministro Argentino en la Asunción, el entonces Ministro de Rela- ciones Eztdriores de la República Argentina, Dr. Don Car* los Tejedor, ambicionaba decididamente la Villa Occiden- tal, y comunicó al General Mitte que suspendiera la negó- elación, si no podía conseguir esa población paraguaya para la República Argentina. Esto así sucedió, porque el Gobierno Paraguayo no quiso, ni hubiera podido firmar tratados en tales términos, que importaban la muerte¡del Paraguay.— Lo que ya el mismo Ministro Argentino hnbia anunciado ásu Qobiemo ante- riormente en nota de 11 de Agosto de 1873, pag. 174 de la Memoria antes citada, donde emplea estas palabras: «que el Sefior Presidente Jovellanos le había manifestado que cedia hasta la línea del Pilcomayo en virtud del apoyo decidido que el Brasil prestaba á lá República Argentina hasta ese límite, siendo este el último á que podía llegar, estando dispuesto á retirarse de la Presidencia antea de hacer ninguna otra concesión etc. El empeño del entonces Ministro de Ralaciohes Exte- riores de la República Argentina, Dr. Don Carlos Tejedor — 88 — era de tomar á toda costa para su país la Villa Occidental por ser, como decía, un trofeo de la victoria; sin tener en cuenta para nada, si la República Argentina tenía ó no derechos á ella y sin considerar que esa población era de origen y propiedad paraguaya, así como que el Paraguay no podría de ninguna manera desprenderse de ella por poderosas razones políticas, económicas y de paz interna y externa que quedarían seriamente amenazadas con su cesión y que pondrían en problema la independencia y la existencia misma de la nacionalidad paraguaya: temores tan graves y fundados, que aún en el aciual esta- do de cosas han sido ya justificados en parte por los he- chos, como mas adelante espondré. De acuerdo con estas ideas, el Ministro señor Tejedor autorizó al general Mitre á firmar los tratados hasta el Rio Pilcomayo« pero salvando la Villa Occidental que está si- tuada seis leguas al Norte, con cualquiera delineación, aun señialando un pequeño arroyo que se encuentra un poco al Norte de esa Villa (Véase en la memoria de 1874, nota de 2 de Agosto). De consiguiente toda la cuestión se reducía á una extensión de territorio relativamente pequeña, poco mas ó menos de siete leguas de frente sobre el rio, con tal que comprendiese la Villa Occidental. El Paraguay que tanto había sufrido y que se encontraba, puede decirse, sin apoyo alguno y á merced de los aliados victoriosos, no hubiera ciertamente hecho objeción en esa parte, después de tan grandes concesiones como á las que se había resignado ya; pero no pudo hacer tan duro sacrificio; porque, estando frente á su Capital el territorio cuya cesión exigía el Gobierno Argentino, no precisamente por el territorio en sí, como es justo suponerlo, puesto que no lo necesitaba para nada, sino con miras ulteriores, desprenderse de él hubiera importado - 89 - firmar la propia muerte del Paraguay, como yá lo he dicho. Quedó, pues, la negociación suspendida, regresando el Ministro Argentino á Buenos Aires, sin haber podido arribar á un arreglo definitivo. ..................................... Favor de analizar, lo afirmado por Mitre. Gracias
Posted on: Wed, 26 Jun 2013 16:56:40 +0000

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