Gobernador, qué información hay de los municipios. Revisemos - TopicsExpress



          

Gobernador, qué información hay de los municipios. Revisemos municipio por municipio, por favor, cuentan que dijo Osorio con voz suave, amable. Aguirre, con cara larga, mirada perdida, parecía no haber escuchado. Hubo segundos de silencio antes de que Osorio interrogara de nuevo: Gobernador.... El nativo de Ometepec reaccionó a la segunda voz pero no contestó a Osorio sino irguió la cabeza y preguntó como si buscara a un traductor: ¿dónde está el secretario de Gobierno?. Fantasma Roberto Zamarripa 14 Oct. 13 El 17 de septiembre, reunidos en la Base Naval de Acapulco, funcionarios federales, estatales y municipales trataban de descifrar la magnitud de daños provocados por el ciclón Ingrid y la tormenta Manuel. Pronto se dieron cuenta de su aislamiento; el servicio de energía era deficiente, no había señal de internet, los teléfonos celulares no funcionaban. La preocupación se mezclaba con la desesperación. Así que no había lugar para distracciones. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, colocado en la cabecera de la mesa, trataba de recopilar datos. Volteó a ver al gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, quien ya había vivido una tragedia en un mandato anterior como gobernante interino cuando el huracán Paulina devastó Acapulco y mató a más de 200 personas. Gobernador, qué información hay de los municipios. Revisemos municipio por municipio, por favor, cuentan que dijo Osorio con voz suave, amable. Aguirre, con cara larga, mirada perdida, parecía no haber escuchado. Hubo segundos de silencio antes de que Osorio interrogara de nuevo: Gobernador.... El nativo de Ometepec reaccionó a la segunda voz pero no contestó a Osorio sino irguió la cabeza y preguntó como si buscara a un traductor: ¿dónde está el secretario de Gobierno?. Muchas cabezas se menearon, hubo cuchicheos y algunos gritos buscando al otro funcionario estatal que no estaba en el salón. Apareció de repente, apurado. Su nombre, Jesús Martínez. Su reporte, el mismo que el del gobernador. No sabía nada de lo que pasaba en los municipios. El secretario de Gobernación no ocultó su molestia. Encargó en el momento a la titular de la Comisión de Pueblos Indios, Nuvia Mayorga, que hiciera lo posible por llamar a los alcaldes. Rosario Robles, la secretaria de Desarrollo Social, sugirió que le apoyara en la tarea el responsable de Liconsa, el oaxaqueño Héctor Pablo Ramírez Puga. Dos horas después, tras el trabajo de los funcionarios federales, había un reporte parcial de las afectaciones en diversas comunidades. La parálisis de Aguirre fue contagiada a sus subalternos. En otra de las reuniones con los funcionarios federales, alguien comentó que el poblado de La Pintada, en Atoyac, había desaparecido por un deslave y que había muchos muertos. Osorio Chong preguntó si había manera de llegar. No, le dijeron muy rápido funcionarios estatales. El desconcierto invadió la sala. Imposible llegar, dijo incluso un general del Ejército asignado a la zona. Como en el spot oficial, una voz irrumpió en la sala y dijo: sí se puede. Un muchacho destacado en labores de Protección Civil estatal, con evidentes huellas de fatiga, había roto la ofuscación. Las miradas de quienes decían que era imposible, incluida la del militar, le cayeron fulminantes como para acallarlo. El tipo no se amilanó: Sí, yo vengo de allí. Está horrible. Se encimaron las preguntas de cómo lo había logrado si los helicópteros no podían volar por el temporal, las carreteras estaban cortadas, los caminos se habían diluido con los deslaves. No le creían. Pues me fui en mula para ayudar, expresó el hombre para dar una cachetada a todos aquellos burócratas estatales petrificados, empezando por el gobernador. La casta política guerrerense se pinta sola. Ángel Aguirre es, claramente, una de sus fatales pinceladas. Pareciera increíble su autismo en la tragedia. Pero ésa es su esencia. Esperaba al presidente Peña para sumarse a las giras, ofrecer la sonrisa, esperar palmadas, ser rociado por las adulaciones y porras concertadas, pagadas, programadas. No tenía conocimiento de lo que ocurría en la entidad bajo su mandato. Vive en otra latitud. Cuentan que el propio presidente de la República, Enrique Peña, se hartó. Las directrices fueron claras: la ayuda para Guerrero la coordinaría el gobierno federal. Y Peña ordenó, además, que ni un quinto pasara por las manos de funcionarios estatales sino se asignaran en función de necesidades y se ejercieran por los directamente involucrados en la atención de víctimas. Compra de despensas, de colchonetas, de muchas colchonetas, instrumentos para abrir caminos, adquirir enseres, ofrecer apoyos diversos. Y para lo que viene, el Presidente ha tomado sus precauciones. Las obras de reconstrucción quedarán en manos del gobierno federal; e incluso, bajo una fórmula similar al Consejo Estatal de Reconstrucción en Nuevo León, constituido tras el desastre que provocó el huracán Alex. El Presidente ha instruido a incorporar a personalidades de la sociedad civil, empresarios y líderes para encabezar las tareas de vigilancia de la rehabilitación de Acapulco y de otros municipios de la entidad. Es decir, constituirá un comité con un mayor peso de la sociedad que del gobierno local. Todo lejos de las manos del gobernador. [email protected]
Posted on: Mon, 14 Oct 2013 15:41:39 +0000

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