HACE años, para escribir un reportaje encargado por una revista - TopicsExpress



          

HACE años, para escribir un reportaje encargado por una revista de viajes, crucé el Atlántico desde Nueva York a bordo del Queen Mary. Una semana de bruma y «blackjack», con delfines de hielo en la velada del capitán. Un camarero me contó la historia de un médico de Hamburgo, enfermo terminal, que se había pasado el viaje de ida vestido de esmoquin, que había comido, bebido, bailado y apostado en la ruleta. Y que la víspera de la llegada a Manhattan saltó por la borda. Su despedida de la vida recuerda a la que intentó Pacino en «Esencia de mujer»: el mejor hotel, el mejor filete y la mejor prostituta que una ciudad como Nueva York pudiera ofrecer. Y, además, conducir un Ferrari. Ignoro si el médico de Hamburgo habría podido invertir una parte de sus ahorros en el propósito de desaparecer con elegancia de haber nacido en Andalucía, cuyo gobierno está tramando una delirante nacionalización de los moribundos. Que nadie a quien le quede un año de vida disponga de su dinero, para evitar así que lo reparta, eludiendo el impuesto de sucesiones. Estábamos acostumbrados a que el Estado invadiera parcelas de intimidad, a que tratara de colectivizar incluso las costumbres, a que penalizara los éxitos del individualismo de un modo aún más agresivo en este tiempo en el que manda el canon de la masa, con la coartada moral de su ira. Lo que supone una novedad es que, una vez escuchado el diagnóstico fatal, haya que atravesar los últimos meses de existencia con el Estado volando en círculo encima, custodiando la presa para que ninguno de sus nutrientes fiscales se pierda. Va a ser expropiada la última voluntad, el último tiempo en vida, y esto es toda una advertencia de hasta dónde se propone llegar un gobierno autonómico de furor estatalista, ínfulas redentoras y escasas contenciones compasivas. Se diría que en Andalucía ya está siendo probado con fuego real ese proyecto frentepopulista para el que algunos ven una oportunidad de envergadura nacional en el colapso de las instituciones y en la futura fragmentación del parlamento. Es el miedo a algo así lo que terminará constituyendo la principal baza electoral de un PP abrasado durante la legislatura, marcado por la rendición de los principios liberales –si es que alguna vez los tuvo–, y desleal en muchas de las promesas hechas a su electorado. En todo caso, este allanamiento bolivariano de los agonizantes necesita el respaldo de un spot orgánico en el que aparezca Susana Díaz en un hospital, rodeada de médicos, y preguntando por los enfermos: —«¿Éste?». —«Uf, mal, como mucho, cinco meses». —«¡Exprópiese!». Compadezco a los hipocondriacos andaluces, que al meter la 4B en el cajero, y comprobar que éste se la traga, no sabrán si se enfrentan a un fin de mes complicado o a un tumor cerebral que ya les ha sido detectado por la omnisciencia estatal.
Posted on: Thu, 26 Sep 2013 23:04:52 +0000

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