HECHOS PRODIGIOSOS SOR MARÍA ROMERO MENESES, FMA El agua - TopicsExpress



          

HECHOS PRODIGIOSOS SOR MARÍA ROMERO MENESES, FMA El agua milagrosa El Señor dijo: "A los pobres los tendréis siempre..." (Mt 26,11). y también en San José se multiplican: vienen, reciben ayuda y vuelven cada vez en mayor número. A mediados de 1955 son un centenar los que reciben alimentos cada semana. Y los niños de los oratorios son casi cinco mil. Sor María sufre un instante de ansiedad por el futuro: "¿No era, quizá, una temeridad continuar aumentando los necesitados a los que semanalmente les daban víveres, sin contar con una cuota fija? Ahora se necesitan colones a millares" ¿Cómo hacer? Viene a su mente el agua de Lourdes, que, nacida milagrosamente en aquel lejano suelo francés, continúa obrando milagros. "¿Por qué esta preferencia por Lourdes? -se queja a la Virgen-. Nosotros, desde tan lejos, no podemos aprovechar esta gracia...". ¿No son de Dios y de María todas las aguas caídas del cielo? Entretanto, expone la duda que la atormenta a la inspectora: ¿Cómo continuar con una obra cada día más compleja y que exige un chorro continuo de abastecimiento? La inspectora le responde: "Si tiene fe, continúe. El día que no tenga nada que dar, no dé y esté tranquila". "Con aquella tranquilidad y aquella fe fui a arrodillarme a los pies de la Santísima Virgen y, sumergida en mi nada, pero con toda la confianza de una hija amante para con la mejor de las madres, le supliqué que me concediese para aquella obra, que era suya, un don por el que pudiera obtener no un milagro, sino milagros, como había hecho Don Bosco por medio de su bendición y nuestra Reina y Madre de misericordia, que se inclina con ternura maternal sobre los hijos que la invocan, aunque estén llenos de defectos, se inclinó sobre mí... y me dio un agua milagrosa para curar las enfermedades del cuerpo y del alma". Desde aquel momento no se detendrá ya más el influjo de curaciones prodigiosas obtenidas con el agua, agua del grifo convertida en milagrosa por su fe, por su acuerdo con la Virgen. A los pocos días de aquella súplica, sor María, segura de haber sido escuchada, experimenta la eficacia del agua con un joven, Leonardo, uno de sus misioneros. Está en la cama con fiebre, tos y mal de garganta. Su hermana le pide a sor María que lo haga sustituir para la clase de catecismo, pero ella le contesta: "Mándame a Leonardo...". Cuando llega el joven, todavía con fiebre, ella tiene a punto una jarra de agua en la que echa un puñado de medallas. Le dice: "Bebe un vaso de esta agua con fe, después vete a casa, acuéstate y mañana vete a dar el catecismo". Al día siguiente, Leonardo, totalmente curado, va a ejercer de misionero. En este caso, se trata sólo de una gripe, sí, pero el medio ha funcionado y en seguida llegan también las grandes ocasiones. Por ejemplo esta: "La madre de una exalumna está gravísima; tiene una fístula cancerosa en la garganta, diabetes, anemia perniciosa y... ¡ochenta años de edad! Refiere sor María: "Le di el agua de María Auxiliadora para que tomara una cucharadita cada dos horas, rezando un avemaría... Conclusión: la fístula se cerró, la diabetes y la anemia perniciosa desaparecieron para siempre, gracias a Dios y a la Santísima Virgen.
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 16:38:08 +0000

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