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HISTORIA DEL DESDOBLAMIENTO CAMBIARIO El desdoblamiento del mercado de cambios y la creación del Banco Central (desde 1933 hasta 1943) El sistema empieza a provocar dificultades, y se origina un mercado “paralelo” de la divisa, que hacia fines de 1931 ya presentaba una discrepancia del 40% respecto de la cotización del dólar “oficial”. Hacia 1934, y para solucionar el problema, el ministro Federico Pinedo establece el desdoblamiento de mercados en “comercial” y “libre” o paralelo. En forma paralela, se formaliza y organiza mejor el control de cambios lanzado previamente, que había fracasado. Este sistema de desdoblamiento funcionó, con variantes, hasta 1943. El sistema incluía un tipo “oficial” comprador (para importaciones) y vendedor (para exportaciones) fijos, y un tipo “paralelo” o libre en flotación. El sistema se financiaba con retenciones (impuestos a la exportación), con lo que el sistema brindaba un triple ingreso fiscal: el margen de cambios entre tipo comprador y vendedor, la brecha entre el tipo paralelo y el oficial, y las retenciones a la exportación. Estos ingresos financiaron el pago de la deuda pública externa. Estos “cuasi impuestos” combinados recaudaban hasta el 3% del PBI, más que muchos impuestos de la época. El 28 de marzo de 1935 se sanciona la Ley 12155, que crea el Banco Central y modifica el sistema monetario argentino. Suprime la Caja de Conversión, que queda incorporada al Banco Central, y se le acuerda a esta institución el monopolio exclusivo de la emisión de billetes en todo el territorio nacional, con excepción de la “moneda subsidiaria” del gobierno nacional (menores valores). El BCRA se hace cargo de la emisión de billetes superiores a m$n 5.-. La moneda subsidiaria de billetes de m$n 5.-, m$n 1.- y las monedas de níquel y cobre, pasa al Gobierno Nacional. En lo sucesivo la emisión o acuñación se harán a requerimiento del BCRA, sin que el circulante total pueda exceder los m$n 20.- por habitante, de acuerdo con la población calculada por la Dirección de Estadística. Por ley 12160, de igual fecha, la mitad de la utilidad de las emisiones subsidiarias se transforma en billetes del BCRA, y la otra mitad se gira a la Tesorería, previa deducción de los gastos de emisión. El BCRA está obligado a mantener una reserva suficiente para asegurar el valor del peso, en oro, divisas o cambio extranjeros, equivalente al 25% como mínimo de los billetes en circulación. Las reservas no pueden contener más de un 20% de divisas, ni ser computadas dentro de las mismas por más de un 10%. El BCRA se transforma además en Caja de Conversión. Se obliga a cambiar a la vista los billetes (en cantidad no menor a 400 onzas troy por beneficiario) por una barra de oro de 12,441 kg., o a su opción, por divisas o cambio extranjero, a una tasa que tendrá una banda de flotación que no superará el 2% hacia arriba o debajo de la par. Pero la misma ley establece transitoriamente la inconversión hasta tanto el Gobierno lo disponga. La transferencia de los activos de la Caja de Conversión se realiza mediante un proceso de revaluación del oro, por el cual una barra de 12,441 kg. (de 400 onzas troy) valía m$n 42.512,3422 (la nueva “ley monetaria”). El tipo de cambio cotizaba a m$n 25 por libra esterlina oro. La equivalencia era de m$n 1.- por o$s 0,44, y luego de la Ley 12160 se introduce un fuerte ajuste por revaluación del oro que lo lleva a o$s 0,2016 por cada m$n 1.-. Así, se reemplaza el “agio” de m$n 227,27 por el de m$n 496,017. Todas estas medidas significaron un fuerte aprovechamiento de la coyuntura por parte del Estado Nacional para cubrir sus dificultades financieras, cuyas deudas se licuaron mediante el beneficio de la revaluación del oro. Esto implicó una muy fuerte disminución del valor adquisitivo de la moneda, basada en la fuerte revaluación del oro; los aumentos de precios a partir de octubre de 1935 fueron incesantes, y los movimientos sociales desde enero de 1936 para el ajuste de salarios fueron cada vez más violentos. Este fue el caldo de cultivo para el nacimiento del movimiento social peronista. El sistema continúa hasta 1943, allegando recursos fiscales y cerrando la economía. En el interín, el sistema financiero internacional en 1944 migra de la libra esterlina al dólar como moneda universal de cambios, tras el acuerdo de Bretton Woods (New Hampshire). El período peronista de 1943 a 1955 – Tipos de cambio múltiples. Durante el período de gobierno peronista se establecen tipos de cambio múltiples, según el tipo de producción y valor agregado implicados. Los márgenes llegaban hasta el 300% de diferencia entre los extremos. Las licencias para importar se otorgaban en forma selectiva, eran fuente de corrupción y se especulaba normalmente con la adquisición de divisas en mercados “blandos” que se vendían a mayor valor en mercados “duros”. La política resultó muy distorsiva y una gran fuente de reasignación de recursos. Para controlar el comercio exterior, se crea el IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio), que en la práctica constituyó un monopolio estatal del comercio exterior y resultó muy polémico en su instrumentación. Periodo 1955/1958 – El retorno al mercado desdoblado. Luego de la caída de Perón, se vuelve al régimen anterior a 1943, con un único dólar “oficial” fijo y un dólar “flotante” libre. El sistema de mercado desdoblado duró toda la etapa del gobierno de facto de la Revolución Libertadora. Periodo 1958/1964 – Flotación pura y mercado único de cambios. Desde diciembre de 1958 hasta diciembre de 1961 rigió la liberación cambiaria, consistente en una flotación administrada, sistema sugerido por Roberto Alemann. Tal como el Sistema Monetario Europeo, se utilizaban bandas de flotación laxas, y no rígidas. Durante el período rigió además libre transferencia y movilidad de capitales. Durante esa fecha el presidente Arturo Frondizi suscribe contratos petroleros, que resultaron muy discutidos en su implementación. Frondizi resulta finalmente derrocado por una insurrección militar, sospechado de sus vínculos con el comunismo. En el período presidencial de José María Guido (1962-1963) el sistema continuó sin sobresaltos, con flotación pura y mercado único de cambios, hasta iniciada la presidencia del Dr. Arturo Illia. Periodo 1964/1966 – La vuelta al control de cambios. El Presidente Illia denuncia los contratos petroleros y reinstaura el control de cambios, el que de todos modos resultó más honesto y menos distorsivo que el puesto en práctica durante el peronismo. La brecha cambiaria “oficial/paralelo” en general no superó el 20%, y en la práctica existían ciertos impedimentos para las importaciones suntuarias y las exportaciones sin valor agregado. Periodo 1966/1971 – Nuevamente tipo de cambio fijo y mercado único. Derrocado Illia por un nuevo golpe militar, el presidente Onganía con sus ministros Salimei y Krieger Vasena reinstaura el mercado único de cambios con tipo fijo en m$n 350.- por dólar. A su vez, instala las retenciones a las exportaciones agropecuarias. Merced al régimen de retenciones, el tipo efectivo resultaba de m$n 250.- para los exportadores. Durante 1968 se dicta la Ley 18188, que establece una corrección monetaria basada en quitar 2 ceros a la antigua moneda nacional (m$n). Así, el tipo de cambio fijo pasaría a valer 3,50 “pesos Ley 18.188”. Se pone en práctica por primera vez el sistema de “devaluaciones compensadas”. El sistema dura hasta octubre de 1970 sin sobresaltos, momento en que estalla una crisis financiera con componentes políticos (originados en el Cordobazo de 1969) y una fuerte corrida bancaria. El dólar cotizaba a $ 4.- “pesos ley”. Periodo 1971/1976 – Tipo fijo y regreso al control stalinista. La corrida bancaria provoca la pérdida de U$S 300 millones de reservas en 24 horas, y se instaura un control drástico a la salida de capitales, el que resulta aún más duro que el del gobierno peronista, aunque con gradual pérdida de su poder de aplicación. Durante el tercer gobierno del Gral. Perón, se prohíbe definitivamente la compraventa de divisas y, en la práctica, se prohíbe el funcionamiento de las casas de cambio. Eran asimismo frecuentes las denuncias y arrestos por “agio y especulación”, basados en una ley de 1974 que el gobierno reutilizó en 2007 para sancionar a las compañías petroleras. Es de destacar que los atrasos del tipo de cambio fijo respecto de la inflación interna eran notables, sumado ello a la crisis mundial del petróleo de 1973, hasta que en 1974 se produce el “rodrigazo”, una devaluación del tipo fijo del orden del 100% de una sola vez, decretada por el ministro Celestino Rodrigo, ya bajo el gobierno de María Estela Martínez de Perón. Periodo 1976/1978 – Tipo flotante puro. Suceden los acontecimientos de marzo de 1976, y en el marco de una profunda reforma política, el gobierno militar establece en principio un sistema de tipo único y flotante; el mismo provocaba numerosas expectativas inflacionarias como consecuencia del incremento de costos internos por encima de los costos internacionales, y la actividad especulativa, hasta que el ministro Martínez de Hoz idea un sistema novedoso en 1978. Periodo 1978/1981 – Tipo fijo y “tablita” cambiaria El Ministro Martínez de Hoz instaura la “tablita”, una suerte de cronograma de devaluaciones pautadas con tipo de cambio fijo que intentaban controlar y limitar la inflación futura. El objetivo primario de la “tablita” era fomentar la importación de maquinaria barata para modernizar la industria, y así aumentar la productividad de la fuerza laboral. En la práctica estos objetivos no se cumplieron, y el país comenzó a inundarse de importaciones de bienes de consumo, que causaron fuerte daño a la industria local. Paralelamente, la inflación interna, impulsada por el déficit fiscal, empieza a despegarse de las devaluaciones pautadas, y el sistema derivó en un fuerte atraso del tipo de cambio que estalla en febrero de 1981. Periodo Febrero 1981/Diciembre 1981 – Tipo flotante con desdoblamiento. Durante la presidencia del Gral, Viola, el Ministro Sigaut intenta liberar el valor del dólar, amenazando con fuertes quebrantos a quienes apuesten contra el peso. Lanza allí su célebre frase “el que apueste al dólar perderá”. El sistema se inicia con una devaluación del 10%, que degenera en un proceso depreciatorio de más del 100% en junio de 1981. Como consecuencia de esto, hacia julio de 1981 se desdobla el mercado de exportaciones e importaciones, realizando mercados con control de cambios y libre respectivamente hasta diciembre de 1981, fecha en que por disturbios políticos cae Viola y es reemplazado por Galtieri, quien designa ministro de Economía a Roberto Alemann. Periodo administrado Diciembre 1981/Junio 1982 – La vuelta al tipo flotante. Alemann vuelve una vez más al tipo flotante administrado, tal como hiciera en 1958, y el sistema parece estabilizarse al cabo de tres meses; hasta que estalla la guerra de Malvinas y cae el gobierno íntegro en junio de 1982. Los gastos bélicos signan esta etapa, que origina la caída del ministro Alemann y prepara el proceso para la caída de la dictadura militar. Periodo Junio 1982/1990 – Tipo fijo con devaluaciones periódicas (crawling peg) Los ministros Dagnino Pastore y Cavallo (previamente presidente del Banco Central) instauran un tipo de cambio fijo con devaluaciones periódicas. Una vez producido el llamado a elecciones nacionales, el sistema continúa en aplicación durante el gobierno radical del Dr. Alfonsín, mediante el tipo de mini devaluaciones conocido como crawling peg; y hasta el 18 de diciembre de 1989, ya con Carlos Menem como presidente, fecha en la que el Ministro Erman González vuelve a cambiar de sistema para volver una vez mas a la flotación administrada. Durante 1985 el Secretario de Hacienda Mario Brodersohn establece el “Ahorro obligatorio”, una suerte de ahorro compulsivo a tasa baja que en la práctica significó un impuesto encubierto a los tenedores de inversiones financieras. Durante 1987 se gesta la crisis monetaria llamada “Plan Bonex”, consistente en una inmovilización y punción de los depósitos bancarios de empresas y particulares, y su canje compulsivo por bonos públicos. Este sistema se repitió en 2002. Hacia junio de 1989, y debido a la fortísima caída en las reservas internacionales del gobierno, el Dr. Alfonsín se ve obligado a anticipar la entrega del poder al Dr. Menem. Periodo Junio 1990/Abril 1991 – Nuevamente la flotación administrada. El ministro Erman González deroga el sistema de tipo fijo luego de la crisis del Plan Bonex. La flotación administrada sin reglas de intervención continuó con turbulencias hasta abril de 1991. Periodo 1991/2001 – Tipo de cambio fijo y convertibilidad. En abril de 1991, el ministro Cavallo instaura el tipo de cambio fijo con convertibilidad y paridad 1 a 1 con el dólar, cambio de moneda mediante. El sistema resulta ser una copia del sistema de “patrón oro” de 1892. Si bien el sistema resultaba efectivo para controlar la inflación, en la práctica implicó renunciar a la política monetaria activa, la que sólo monetizaba la economía en la medida en que los capitales internacionales ingresaran al país. Esto se lograba fijando una tasa de interés doméstica superior a la internacional; la consecuencia fue un importante proceso de transnacionalización de las empresas del país. La convertibilidad monetaria equivalía a un “patrón dólar”, tal como la Caja de Conversión de principios de siglo XX equivalía a un “patrón oro”. Actualmente el país está asociado al área del dólar, como antes estuvo asociado al área del oro. Esto es así, dado que a partir de 1899 el país estableció un tipo de cambio fijo, mediante la utilización de la Caja de Conversión creada por ley de 1892, y hasta ese momento no usada efectivamente. Asimismo, el patrón oro de aquel entonces era similar al patrón dólar de la convertibilidad. Cabe de todos modos destacar algunas diferencias y similitudes entre ambos sistemas: a) No existían en 1899 áreas diferenciadas de liderazgo de monedas (o metales), dado que la adhesión al patrón oro era entonces masiva. La única preocupación era garantizar la convertibilidad de moneda contra oro, debiendo contar con suficientes reservas en metal. En la convertibilidad de 1991 existían tres monedas líderes o de reserva: el dólar, el yen japonés y el incipiente euro (€), que reemplazó al marco alemán (DM). b) Es análoga la Caja de Conversión de principios de siglo a la vigente desde 1991, en el sentido de que antes, los agentes económicos podían sin expresión de causa convertir moneda en oro al cambio prefijado, y desde 1991, la convertibilidad se refería a un tipo de cambio prefijado por ley, en virtud del cual los agentes económicos podían, sin expresión de causa, convertir moneda en dólares al cambio prefijado. c) Bajo un sistema de patrón oro, ningún país puede exportar inflación a través de déficits fiscales expansivos, mientras que con patrón dólar, el país cuya moneda se ha convertido en reserva (en este caso, USA), puede “exportar inflación”. d) Bajo un patrón oro, las fluctuaciones de precios se refieren a la inestabilidad implícita en la producción de metal, concentrada en pocos países. Bajo un patrón dólar, se distorsionan los precios relativos de bienes transables y no transables, siendo que los últimos se incrementan respecto de los primeros. e) Ambos sistemas preservan a un país de la inestabilidad de precios. Así, la oferta monetaria acompaña de modo más armónico los crecimientos del producto, si la expansión del crédito interno es moderada y se incrementan las reservas internacionales. f) Bajo ambos sistemas, las variaciones de crédito interno pueden generar aumentos de tasa de interés, los que provocan entrada de capitales externos y/o aprecian el tipo de cambio real. Pero ello es un obstáculo para la actividad interna. Los procesos de crecimiento interno acompañados por una expansión moderada del crédito interno generan un liderazgo de la demanda de dinero respecto de la oferta. Ese aumento de tasa de interés sistemáticamente atrae capitales externos y aprecia el tipo de cambio, creando problemas de financiamiento y competitividad externa a las empresas nacionales. g) Bajo ambos sistemas, el respaldo en reservas debe ser significativo para solventar procesos de demanda excedente de divisas, dado que las reservas variarán para solventar desequilibrios. Sólo la confianza interna del país determinará el porcentaje de respaldo necesario para afrontar desequilibrios en el mercado de cambios, sean inducidos por expectativas u otros factores. Bajo tipo de cambio flotante, los volúmenes necesarios son independientes de tales desequilibrios. El proceso de altas tasas de interés y la subvaluación del tipo de cambio (cabe recordar que la alianza con el dólar coincidió con su etapa de mayor fortaleza histórica en la economía moderna) desembocó en una importante pérdida de competitividad comercial y recesión interna con deflación de precios hacia diciembre de 2001. Periodo 2001 a la actualidad – Una vez más, la vuelta a la flotación administrada. Luego de una importante devaluación compensada con overshooting hacia la Semana Santa de 2002 (fecha en la que el tipo nominal alcanza un valor de $ 4.- por dólar), el tipo de cambio alcanzó una senda de estabilidad con flotación sucia, Hacia 2008 vuelven a experimentarse problemas de atraso cambiario por problemas de inflación interna que se gestan desde agosto de 2007. Esta inflación interna genera un proceso de revaluación del tipo de cambio real que quita competitividad al sector agroexportador, sumado ello a un agresivo esquema de retenciones a la producción agropecuaria. El impacto de la crisis financiera internacional de 2008, sumado al conflicto interno con el sector agropecuario, desaceleraron la inflación interna y atemperaron los problemas de atraso cambiario, pero se gestaron problemas de confianza y expectativas negativas que incidieron sobre una demanda de divisas en ascenso, que obligaron al gobierno a redoblar esfuerzos para mantener el equilibrio fiscal y externo, gravemente perjudicado por la sequía que redujo fuertemente la cosecha agrícola. A partir del 2009 la inflación vuelve a cobrar impulso hasta llegar al 2012 con promedios que rondan entre el 25 y el 30 % anual, increscendo. El sistema de minidevaluaciones sucesivas continúa, pero en virtud a la negación dogmática de la inflación real respecto de la oficial (Indec mediante), se produjo un profundo desacople de la paridad cambiaria, de un 40 % aproximadamente. Las últimas medidas restrictivas dejaron a los argentinos sin poder comprar un solo dolar. Lo que en el 2001 se llamó corralito (impedimento de retirar dolares y pesos de los bancos), hoy se llama estatización del mercado cambiario, consistente en dejar atrapados a los argentinos en el peso. Esta imposibilidad de poder preservar el poder adquisitivodel dinero, tiene a los argentinos nerviosos y en estado de total incertidumbre. De aquí en mas, todo depende del gobierno actual, o sea Cristina. Fuentes: “El control de cambios en la Argentina”: Mauricio Greffier Historia de la Inflación Argentina: Ramón D. Peralta
Posted on: Tue, 19 Nov 2013 23:07:02 +0000

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