HISTORIA PERVER OJO LOS CAPITULOS SON MUY LARGOS Capítulo 4 - TopicsExpress



          

HISTORIA PERVER OJO LOS CAPITULOS SON MUY LARGOS Capítulo 4 La primera carta apareció en la almohada, junto a ella, cuando se despertó de la siesta. Rompió el lacre, la abrió, y devoró las palabras de Justin. ¿Fantasías? Son tantas… ¿Por dónde quieres que empiece? En mis sueños te he poseído de muchas formas. Por supuesto, son muy escandalosas, y muy poco apropiadas para una dama de tu posición… Y sin embargo, me excito con solo pensar en compartirlas contigo. ¿Estás tú también excitada, ___, al pensar en lo que yo podría escribirte sobre esos sueños ilícitos que he tenido contigo? ¿Qué pensarías tú del hecho de representar un papel para mí, ___? Siempre he pensado que estarías deslumbrante vestida con sedas y encajes chillones… Hay algo muy erótico y prohibido en una mujer de buena cuna comportándose como una mujer perdida. En mis fantasías, tú serías una prostituta bellísima y muy experta, con tus labios carnosos y rojos, y tus maravillosos pechos. Y tus muslos suaves… ¿Qué querría hacer yo con ellos? Esta es mi primera fantasía: Me encantaría pagarte por una noche de servicios. Te ordenaría que hicieras muchas cosas con esos labios carnosos, y con tus senos. Quisiera sentarme en una silla y verte mientras te desnudas, esperando a que tus muslos aparezcan bajo capas de combinaciones y satén baratos y vistosos. Quisiera tomarte contra la pared, cuando tú solo llevaras las medias y las ligas… Me gustaría atarte y tenerte a mi merced, para poder explorar todo tu cuerpo con las manos, con la lengua, con el miembro… ___ alzó la vista de la carta y se abanicó con ella. Leer aquellas palabras la había excitado de una manera que nunca le había sucedido. Tenía húmedos los muslos, y sentía tensión en el vientre. Aquella era una faceta de Justin que ella no había visto nunca. Él siempre había sido apasionado y hábil, pero aquello… Ella nunca habría imaginado que él quisiera verla como a una vulgar prostituta. Le entusiasmaba saber que él quería jugar. Le daban ganas de sacar el vestido con más encajes que tuviera y hacer realidad su fantasía. Sin embargo, quería saber más. Anhelaba seguir recibiendo aquellas cartas y se deleitaba con la pícara intimidad que creaban. El sol brillaba sobre la hierba, y Justin caminaba en círculo con las riendas en las manos. Guiaba lentamente el poni de Rachel, y se reía al oír sus risitas de deleite. —¡Mamá! ¡Mamá! —gritó la niña—. Mira, estoy montando. —Ya lo veo, querida —dijo ___, acercándose a ellos. —¿Has venido a montar conmigo, mamá? —No, cariño. He venido a decirle a papá que voy a llevarme el carruaje al pueblo. —¿Ahora? —preguntó él. Justin entrecerró los ojos para protegerse del sol y observó a su esposa. ___ estaba sonrosada y jugueteaba con algo que tenía entre los dedos. ¿Había encontrado su carta? ¿Qué pensaba? ¿Pensaba que él era un pervertido por haber escrito semejantes cosas y haberle confesado aquella fantasía oculta? ¿Estaba horrorizada y ofendida por el hecho de que soñara con que ella, una dama de la alta sociedad, una duquesa, hiciera el papel de prostituta? —No voy a tardar mucho —le susurró ella. Se puso de puntillas y le dio un beso en la mejilla. Entonces, Justin notó que le metía un papel doblado entre los dedos—. Me marcho dentro de tres cuartos de hora. Entonces, ella se alejó, y él se quedó mirando cómo movía las caderas bajo el vestido de muselina. El sol iluminaba los contornos de su cuerpo mientras se alejaba de ellos. Cuando su hija se distrajo un momento con las crines del poni, él abrió la misiva. Cuánto me gustaría hacer de prostituta para ti. Pero, ¿qué hace una prostituta? Dime lo que quiere un hombre cuando acude a una cortesana… Él alzó la vista con una sonrisa, y se dio cuenta de que ella se había dado la vuelta y lo estaba mirando. Que le dijera lo que… Por supuesto que iba a hacerlo. Se abrió la puerta del carruaje. ___ aceptó la mano que le tendía el lacayo y entró en la cabina. Tenía la esperanza de encontrarse a Justin allí dentro, esperándola. Pero él no estaba en el coche. Con una pequeña punzada de desilusión, se acomodó en el banco, con las faldas extendidas a su alrededor. Se dijo que su marido estaba muy ocupado con los asuntos de la finca. Había estado fuera una semana, y tenía que ocuparse de muchos asuntos. No tenía tiempo para acompañarla al pueblo para hacer compras durante una hora, aunque ella había orquestado aquella salida para que pudieran estar solos en el carruaje. Una vez, él la había poseído dentro del coche, y ella nunca había olvidado cómo se sintió con aquellas relaciones apresuradas y el peligro de ser descubiertos por el cochero. El coche se movió cuando el lacayo subió de un salto a la parte trasera. Los caballos relincharon y tiraron de los arneses, y el carruaje se movió de izquierda a derecha. Mientras esperaba a que el cochero restallara el látigo en el aire y les diera la orden de comenzar a cabalgar por el camino de gravilla, ___ miró hacia la casa y vio a Justin en la ventana de su estudio, observándola con fijeza, de una manera que iba directamente hasta su alma. Ella apartó la vista. Entonces, por el rabillo del ojo, notó que había algo blanco en el banco de enfrente. Era una carta que tenía el lacre del duque de Bieber. ___ la tomó y la abrió. ¿Quieres que te lo cuente? ¿Con detalles, ___? Supongo que podría enseñártelo mostrándote los dibujos de un libro. Pero creo que me estás pidiendo algo muy distinto. Deseas la excitación que provoca leer algo lleno de picardía. Quieres sentir la excitación que te provoca leer mis palabras e imaginarme diciéndotelas al oído… Quieres excitarte leyendo algo vulgar y prohibido. Ella tragó saliva y tuvo que contenerse para no asentir. Sí, eso era exactamente lo que quería, ver aquella otra faceta de su marido. No quería ver su faceta de duque, tan decorosa y honorable. No quería ver al marido ni al padre, sino al hombre. Al hombre primario que llevaba dentro, y que nunca le había mostrado. Quieres saber qué tipo de cosas te haría. Quieres saber cómo te pediría lo que quiero, ¿es eso? Quieres que te hable vulgarmente… que te escriba cosas lascivas. El corazón le latía con tanta fuerza, que ___ tuvo la sensación de que iba a explotarle en el pecho. ¿Cómo había sabido él que ella, secretamente, deseaba oírle decir algo tan poco decoroso? Algo que el duque nunca diría, pero que el hombre ansiaba decir. Admite que deseas todo eso, y yo te contaré todo lo que quiero que hagas. Te contaré todo lo que pienso, todo lo que siento. Te diré todo lo que te he susurrado en silencio, mentalmente, mientras te amaba. Alzó la vista justo cuando el carruaje daba un tirón hacia delante. Él seguía en la ventana, mirándola. Ella asintió para decirle que sí, que quería aquello, que quería saber lo que él pensaba cuando le hacía el amor, que quería escuchar sus fantasías. Deseaba conectar con él de esa manera, de un modo en que nunca habían conectado. ___ tuvo la sensación de que los ojos de su marido, casi negros, se oscurecían aún más al verle admitir la verdad. Su mirada tan intensa la hizo estremecerse. Había una promesa en aquellos ojos. La promesa de unas delicias pecaminosas y carnales que la esperaban cuando volviera con él. ___ estuvo a punto de ordenarle al cochero que parara, pero no lo hizo. No iba a ponerse tan fácilmente en sus manos. Tal vez una prostituta vulgar lo hiciera, pero una gran cortesana no lo haría. Cualquiera sabría que debía mantener hambrienta a su presa, hacer que sintiera ansia por ella, si quería atraparlo por completo. —Bueno, por fin has vuelto. ___ se giró al oír la voz de Justin. Él salió de entre las sombras y caminó hacia ella. —No he estado fuera tanto tiempo. Él se situó delante de ella y tomó su cara entre las manos. —A mí me ha parecido una eternidad. Entonces la besó. Le dio un beso lento y seductor que le aceleró el corazón. Él no podía saber lo que le había hecho aquella sencilla admisión. Se besaron, al principio lentamente, y después con pasión. ___ se separó de él para tomar aire, y después jadeó, porque Justin siguió dándole besos por la mandíbula y el cuello, hasta que llegó a su escote. —Quiero que me acaricies —murmuró. Le tomó la mano y se la llevó al centro de su pantalón—. Quiero que me mires. Quiero que me digas lo mucho que deseas tenerme dentro de ti. Quiero saber lo mucho que lo deseas. ___ pasó un dedo por su erección, que estaba apretada dentro de los pantalones. Él tenía un miembro largo y grueso, y en aquel momento, estaba muy endurecido. —Oh, sí, Excelencia —susurró ella, y lo rodeó con los dedos—. Quiero todo esto dentro de mí —dijo, y sintió que él se hinchaba todavía más. —Entonces, ¿por qué te has ido esta tarde? —le preguntó él con la voz enronquecida, mientras inhalaba la fragancia de su pelo—. Me dieron ganas de estrangularte. Estaba muy excitado. —¿De veras? —preguntó ____—. Cuéntamelo. Él tomó aire, y su cuerpo se tensó cuando posó las manos en las caderas de su mujer. Le clavó los dedos antes de deslizar las palmas por sus curvas. —Estaba tan excitado que tuve que acariciarme para aliviar el dolor. No me había masturbado así desde que era un estudiante, tan frenéticamente. Pero necesitaba un orgasmo, y no podía esperarte. Ella se apoyó en la pared mientras él pasaba las manos por su cintura, y hacia abajo, hacia la unión de sus muslos. Se imaginó a Justin dándose placer a sí mismo mientras pensaba en ella, y se excitó mucho. —Me habría gustado mirarte. —¿Te habría gustado verme con el miembro en la mano? —le preguntó él con sorpresa—. ¿Te excita saber que me has empujado a masturbarme? Ella asintió y lo besó. Volvió a pasarle las manos por el pantalón, y entonces susurró contra sus labios: —Yo también me he tocado a veces, pensando en ti. Él se atragantó. —Daría toda mi fortuna por ver eso. Me gustaría verte tumbada en un diván, abierta a mí, para poder verlo todo. —¿Y qué más quieres que haga? —Quiero que te acaricies el pecho, y mientras lo haces, imaginarme que te lamo. ___ se posó una mano en el pecho y se rozó el pezón con los dedos. Él la observó y se humedeció los labios. —Enséñamelo. Él no esperó a que ella se bajara el escote del vestido. Lo hizo por sí mismo, apartando rápidamente el encaje, y dejando a la vista una gran parte de su pecho. Bajó la cabeza y la acarició con los labios hasta llegar a uno de sus pezones, y lo succionó. La succión y los tirones la estimularon hasta que humedeció las bragas de lino. Metió la mano entre sus cuerpos y lo acarició. —Quiero tu miembro. —Yo quiero verlo en tu mano —susurró él, estrechándola contra sí—. Quiero verlo en tu boca. —Excelencia… ¡Oh! Shreeves, su mayordomo, se detuvo en seco ante ellos, y enrojeció de vergüenza. —Excelencia… perdón… —dijo el sirviente, atragantándose, y se dio la vuelta. —¿Qué ocurre? —ladró Justin, y el mayordomo dio un respingo. —Es el administrador, Excelencia. Ha llegado con algunos papeles que necesita que firméis. ¿Le digo que vuelva más tarde? —No. Iré enseguida —respondió Justin. Después miró a ___ de nuevo—. Acaríciame, ___ —le susurró al oído—. Pasa la mano por mi miembro. Está tan duro, tan hambriento… Tan húmedo… Ella miró por encima del hombro de Justin y comprobó que Shreeves se había marchado. Se habían quedado completamente solos en el pasillo que había junto a su gabinete privado. Ella tuvo la tentación de meterlo allí, pero en vez de eso, hizo algo que no había hecho nunca: le desabotonó el pantalón y lo agarró con los dedos. Nunca lo había sentido más caliente, ni más grueso, en la palma de la mano. —Oh, Dios, sí —gimió él, y comenzó a empujar con las caderas—. Dios, ___, sí. Más deprisa. Dios, ojalá hubiera algún lugar donde pudiera ponerte de rodillas… Con la sangre acelerada por la excitación, ___ lo acarició más rápidamente, y observó todas las emociones que se reflejaban en su rostro. Estaba cerca… muy cerca. Y quería hacer aquello, quería satisfacer a su marido. Y no había nadie por allí, y solo tardaría un segundo… Se arrodilló ante él, mirando su cara de asombro. —¿Qué estás pensando? —le preguntó. Notó que le ardían las mejillas de nerviosismo al pensar en que pudieran descubrirlos. +10 likeees sigoo comenteen si les gusta si no pa cancelarla :(( -Alwayskidrauhl
Posted on: Wed, 26 Jun 2013 07:29:03 +0000

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