HISTORIAS DEL PUEBLO LLANO. Hace unos días hablé con el - TopicsExpress



          

HISTORIAS DEL PUEBLO LLANO. Hace unos días hablé con el jardinero que lleva el mantenimiento de la zona común de nuestra pequeña urbanización con el fin de ver si podría encargarse de arreglar parte del mini-jardín que hay a la entrada de mi casa. La superficie objeto del trabajo es de 2m cuadrados, casi no llega, y mi planteamiento era arrancar las 6 plantas existentes, que ya agobian el espacio, echar algún herbicida, poner un plástico sobre el terreno y cubrirlo con pequeños cantos rodados. El implicado observó con detenimiento la zona, oyó mis deseos y quedamos que en unos días me daría la respuesta (el presupuesto a elaborar debía ser complicado). Y así fue, a los pocos días se presentó y me dijo que la operación limpieza me costaría 160 euros. En principio acepté y así quedamos, a la espera de que el tiempo permitiera acometer la obra. Esa espera me permitió reflexionar acerca del importe solicitado, el tiempo que habría de dedicar al trabajo y el coste de los materiales a emplear. En unos viveros cercanos a casa me informaron del precio de todo el material necesario que debía adquirir: 10 euros. Analizando el tiempo de duración del trabajo concluí en que no era necesario mas de una hora. O sea que, descontado el coste de los materiales, este buen hombre pretendía cobrar su hora de trabajo (normal, no trabajos forzados, ni nocturno, ni en fiestas de guardar, ni peligroso o dañino, es decir: normal) a 150 euros, lo cual me producía vergüenza ajena, además de una sensación de primo superlativo. Así las cosas, a los pocos días me volví a encontrar con el operario en cuestión y le comuniqué mi idea de anular la operación, lo cual aceptó sin más. El asunto me hizo pensar en aquéllos del Pueblo Llano que, como éste paisano y con toda seguridad, despotrican sobre los ladrones del Gobierno, o del Ayuntamiento, o del empresario de turno, o de su propio jefe, que roban sin cuento ni medida y así se lo hacen saber a los compañeros de taberna, de empleo, a su mujer e hijos y a todo el que le rodea y le quiera escuchar, sin parar a mirarse en el espejo. No quiero pensar lo que podría hacer este trabajador si llegase a ser..... simplemente concejal. En fin, me quedé con ganas de haberle explicado al insigne despabilado que su avaricia se había vuelto contra él y, en vez de haber ganado.... digamos 40 euros en una hora (que ya es pagar por hora de trabajo normal), le había dejado ganando cero patatero. Pero es igual, no merecía la pena abrirle los ojos, sobre todo a alguien que es mas listillo que yo. De ello se dará cuenta cuando vea la reforma deseada y ejecutada por mi hijo y yo. Conclusión: la moral y la ética deben emplearse en todos los niveles sociales y en todas las cosas que surgen en nuestra vida cotidiana y, después de eso, exigírselas a los demás, pero con toda rotundidad. Aunque yo no lo hiciera. Buenas tardes.
Posted on: Tue, 05 Nov 2013 17:01:18 +0000

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