HOMENAJE A LA MEMORIA DE DON MANUEL MONCLOA Y FERREYRA 10 de - TopicsExpress



          

HOMENAJE A LA MEMORIA DE DON MANUEL MONCLOA Y FERREYRA 10 de octubre de 2010 a la(s) 19:52 Recordando a mi padre en el aniversario de su muerte, me encontre con un homenaje a su memoria escrito hace diez años. Quiero compartirlo con los Moncloa para que conozcan a un miembro mas de su clan: (DE JULIA MONCLOA) HOMENAJE: A LA MEMORIA DE DON MANUEL MONCLOA Y FERREYRA El 10 de octubre se cumplió el primer año de la desaparición física del Ing. Manuel Moncloa. Presentamos un extracto de las palabras del Dr. Ricardo Pineda en el homenaje que se le tributó en la Universidad Nacional de Piura. Ricardo Pineda Milicich* Como se pasa la vida, como se viene la muerte, tan callando; cuán presto se va el placer; cómo a nuestro parecer todo tiempo pasado fue mejor. Estos o parecidos versos son los que expresó un poeta a la muerte de su padre. Y, en mi orfandad lírica quiero recurrir a ellos mismos, para evocar a nuestro querido Don Manuel, un verdadero padre para muchos de quienes nos encontramos hoy, reunidos en este hermoso recinto, no para rendirle pleitesía o tributo ni elegías o ditirambos, que pudieran distraerlo de su apacible reposo entre nubes de algodón, donde probablemente se encuentra atareado midiendo el tamaño de sus motas y la resistencia de su fibra. Debo expresar mi mayor complacencia, así como la de todos, quienes conocimos, quisimos, valoramos y recordamos a Don Manuel, por la acertada decisión de la Universidad Nacional de Piura de ponerle el nombre de Manuel Moncloa y Ferreyra a este Auditorio; ya no para halagar una mundana vanidad personal, sino para que las nuevas generaciones se pregunten quién fue Don Manuel Moncloa, y haya quien sepa contestarles quién fue, qué hizo y cómo alcanzó trascendencia en su vida. ¿Cómo se pasó la vida Don Manuel?. Pues, Don Manuel se la pasó en un permanente estado de sed de conocimiento, de belleza, de justicia, y de libertad; por ello investigó y promovió, con una terquedad casi obsesiva, la investigación científica por todos los confines que recorrió; por ello fue un enamorado y cultor, fiel y apasionado, de las artes en todas sus facetas: la música, la pintura, la literatura; y, por ello fue un luchador infatigable en la búsqueda de una vida mejor para los desheredados de la fortuna, y en este afán organizó a los campesinos, los educó y les enseño a reclamar sus derechos. No pretendo hacer un vademécum de todas las acciones y logros materiales de Don Manuel a través de su vida. Esto ya ha sido escrito anteriormente. En todo caso, yo creo que su amada Universidad Nacional de Piura, bien haría en recopilar esas reseñas de su vida y editarlas en un documento para que constituya lectura obligada de todo estudiante que ingrese a la Universidad. Porque para eso son los paradigmas, para conocerlos y emularlos; no se quiere, no se aprecia, no se valora, ni se imita, lo que no se conoce. En este mundo actual, super contemporáneo, donde el hombre corre el gravísimo riesgo de caer y hundirse en la dimensión virtual, abstracta e ilusoria, abstrayéndose de su realidad orgánica, humana y espiritual, necesitamos urgentemente referentes que nos recuerden nuestro origen, nuestro destino en el Universo y nuestra misión en la vida. La misión del hombre sobre la tierra es vivir, vivir con armonía, en paz, en equilibrio con sus semejantes y con la naturaleza en general; la misión del hombre sobre la tierra es lograr la justicia, la solidaridad, el bienestar para todos; es alcanzar la felicidad, viviendo y disfrutando cada minuto de la vida de las cosas más simples y rutinarias. Ser felices no es buscar desesperadamente el dinero, el poder o la gloria, a costa de cualquier cosa, a cualquier precio, sin importar cuánto daño se pueda causar a los demás. Y, todo esto lo tuvo muy claro Don Manuel. Su trabajo fue silencioso, sin aspavientos; su travesía por este mundo fue serena, fecunda, no tuvo el fulgor de una bengala, sino la consistencia de un diamante. Su caminar fue pausado, pero seguro. Sabía lo que quería; se preciaba de saber reconocer a las personas en profundidad, y así fue tejiendo su obra, que no es medible con ningún sistema matemático convencional, porque no tiene largo ni ancho ni peso en kilogramos, sino que trasciende lo material y fluye en los ámbitos de la mente y el espíritu. Y es éste el mensaje por captar y canalizar. En resumen, creo que podemos decir que Don Manuel fue un maestro de cómo entender y vivir la vida a plenitud: sin angustias, sin envidias ni egoísmos, con generosidad, con justicia, con alegría; siempre buscando la verdad ("no tu verdad ni mi verdad, sino la verdad, vamos a buscarla juntos"), apreciando y disfrutando de la belleza ("la vida es un permanente anhelo de belleza") y luchando por la justicia. Y la muerte, vino a Don Manuel, amigablemente. El nunca la consideró como una transición temible; no hizo testamento, no hizo encargos, no repartió sus libros, no se preparó expresamente para ello; morir para él fue como pasar de una habitación a otra. Su única alusión a ella, que yo sepa, fue su deseo de ser enterrado en el Campus Universitario; aquel pedazo de tierra que él personalmente escogió para ser el habitáculo de la Universidad Nacional de Piura, y esto queda aún como una deuda de esta Universidad para con su primer rector. No quisiera terminar estas sencillas reflexiones en memoria de Don Manuel Moncloa y Ferreyra, sin referirme a una inquietud, que viene flotando entre sus discípulos, por constituir una instancia de reflexión, investigación, estudios y de trabajo, donde se cultiven y practiquen los valores que preconizó y defendió Don Manuel. Un lugar donde ubicar a ese espíritu inquieto y asignarle la tarea de continuar emitiendo la energía que alimente de verdad, de belleza y de justicia a las nuevas generaciones. Un lugar donde las artes y las ciencias comulguen de una misma hostia consagrada en el altar de los valores supremos de la humanidad. Un lugar donde se forjen hombres buenos, cultos, generosos, libres, solidarios, y de donde pudieran surgir también nuevos líderes, administradores y gobernantes para nuestra patria. Esta iniciativa que viene siendo trabajada por varios de sus discípulos, confiamos en que pronto logre cristalizar, con el apoyo de las instituciones y la colectividad piurana. Necesitamos hacer un esfuerzo descomunal para revertir la situación actual que estamos viviendo, donde campean las ambiciones de poder, la mentira, la trampa, el engaño, la afrenta, la injusticia, la opresión. Nuestros jóvenes no pueden seguir siendo testigos estupefactos de tantas acciones reñidas con los más elementales preceptos, del buen comportamiento, por decir lo menos. Y, en este panorama, rescatar el ejemplo de una vida como la de Don Manuel Moncloa y Ferreyra, ya no puede ser sólo un acto de justo reconocimiento, sino un imperativo moral y una responsabilidad histórica.
Posted on: Mon, 22 Jul 2013 00:49:48 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015