Hace 24 años, cuando estábamos por votar y comenzar a vivir la - TopicsExpress



          

Hace 24 años, cuando estábamos por votar y comenzar a vivir la democracia luego de una dictadura que sin dudas dejó huellas, las calles estaban vestidas de fiesta y la gente viviendo los días en medio de la algarabía por el evento de las elecciones. Hoy pareciera que nada está por ocurrir, pues la sociedad no está metida en las elecciones y complementariamente pareciera que nada le interesa. ¿Qué pasó?, ¿Qué ocurre? Pareciera que nuestra democracia no evoluciona de la manera prevista en los manuales, ya que en lugar de estar metidos en la política y sus vaivenes, están alejados de todo discurso y participación. Es sencillo, la credibilidad va siendo nula, la creencia en los políticos bastante relativa, y como si fuera poco, el ciudadano argentino está golpeado por fuertes hechos de corrupción. Quizás la falta de claridad en algunos temas, el descontento por los magros resultados de gestiones anteriores y la decadencia misma de los partidos políticos como base fundamental de plataformas al mismo tiempo que la pérdida de identidad del partido político en sí mismo, está originando la ausencia de la alegría de votar. El ciudadano está cansado de escuchar lo que luego no llega, de no tener lo que necesita ni de encontrar los caminos que lo conduzcan a una vida más tranquila. Las mesas políticas están en plenas negociaciones y acuerdos a pesar de las diferencias que separan a los distintos candidatos. Los días se tornan tediosos y la monotonía política está servida sobre las calles del país. Se sabe, claramente y se nota, que después de las elecciones volveremos a los problemas que aquejan al país. Quizás la inseguridad, la inflación y la crisis energética serán nuevamente los temas a debatir en forma constante como caballito de batalla para los opositores y preocupación constante para quien le toque gobernar. Mientras tanto, la gente no tiene furor eleccionario. Pareciera darle lo mismo votar o no. La elección por determinado candidato está seriamente vinculada a pretender restarle votos al oficialismo por un lado, y por otro algunos prefieren lo que aparentemente sería la continuidad del actual modelo. No faltan aquellos que más allá de no encontrar algo interesante, piensan que los avatares del sindicalismo pueden hacer temblar la estabilidad medianamente lograda haciendo frente a lo que en estos días quedó expresado por la amenaza política a la candidata oficial. Desde el oficialismo apuntan que ciertos cambios en la CGT pueden ser peligrosos a la hora de contar con el apoyo que Moyano les brindó y que en cierta forma les permitió al actual gobierno mantener cierta tranquilidad económica. Pero por otro lado, saben que las líneas de la central obrera están marcadas y orientadas a la cabeza de Moyano. Si bien es algo relativo, las encuestas apuntan al triunfo de Cristina, quien cuenta con bases sólidas de un modelo económico apoyado por empresarios, contentos por un tipo de cambio alto. Asimismo sería un problema para ella si las cosas no funcionan bien, ya que uno se pregunta si le reprochará al gobierno anterior todo aquello que no le salga. Por otro lado, Lavagna tiene en su haber la confianza de la gente por su última gestión realizada como ministro de economía. Quizás no le vean algunos, la pasta suficiente para transformarse en un político duro que no se deje avasallar por sectores siempre alertas a presionar. El lenguaje de Elisa Carrió tuvo un vuelco significante. Algunas de sus frases agresivas, por así decirlo, se han transformado en oraciones medidas en la cautela. Quizás Elisa también está pensando que deberá sentarse a negociar con ciertos grupos fuertes de los cuales ella misma reconoce no tener demasiado diálogo. El grupo de piqueteros están muy callados. Quizás acordaron algo. Lo veremos en el futuro, según quién sea el nuevo presidente. La cuestión es no parecer estar a pocos días de las elecciones. La cuestión es ver a la gente de mal humor, agresiva, sin ganas de escuchar de política ni participar en ella. En cierta manera eso es algo que deberán tener en cuenta quienes están en la pelea por el sillón de Rivadavia. Se suma un fantasma que está dando vuelta. Los hechos ocurridos en Córdoba y actualmente en situación política de alerta, dan la sensación de cierta impunidad por un lado y desconfianza por otro. Aquellas circunstancias dudosas en la provincia de Misiones alertaron en su momento cosas que podrían ocurrir. La provincia del Presidente es un polvorín silenciosamente callado a la fuerza de negociaciones que a sabidas cuentas no serán eternas. Lo de Córdoba rebalsó el vaso. ¿Y ahora? Las sospechas están fundadas, aparentemente se han tomado medidas para asegurar el escrutinio del 28 en las generales. Dios permita que todo transcurra normalmente. En general, la situación política argentina presenta un cuadro atípico a momentos de las elecciones. Varios factores rondan por los pasillos de la Casa Rosada y por la mente de los votantes. Por otro lado, se dice que los gastos de campaña fueron el 100% más que las dos elecciones anteriores. No se tienen cifras ciertas de la actual situación de indigencia, pobreza y desocupación real. Todo número que sale del INDEC no es creíble. Los 180 días de educación, por una cosa o por otra, nuevamente no se han cumplido. La justicia ausente en casos determinantes y la ruptura del concepto que el crimen perfecto no existe cuando se vio que en el caso María Martha Belsunse la perfección está, ya que se tiene al encubridor y no al asesino. Estamos por votar, como digo siempre, Argentina una sopa caliente de variados ingredientes. Resumen de la situación política argentina. (por Carlos B. Pianesi; Director de la revista Ética y Moral)
Posted on: Fri, 12 Jul 2013 02:52:23 +0000

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