Hace miles de años, alguien, un esclavo quizá, descansando a - TopicsExpress



          

Hace miles de años, alguien, un esclavo quizá, descansando a la sombra de los árboles, furtivamente, en un lugar aislado del fértil territorio conquistado por su dueño el guerrero, al contemplar los campos regados por el río -probablemente no ocurrió nada así: reconstruyo, sin datos, una escena que nadie sabe cómo ha sucedido- y ver cómo otros hombres cuidaban de las viñas, podaban los olivos, transportaban el agua que habría de mojar la tierra donde crecían las hortalizas, o conducían los rebaños hacia el monte, o extraían la miel de las colmenas -me parece escuchar el rumor duro del estío, las metálicas hojas de los árboles (perdida su humedad) crujiendo casi al ser rozadas por el seco viento, el batir firme y alto de las alas de águila, la viva luz aplastándolo todo con su peso-, y fijándose acaso espcialmente en el volumen firme e insinuado hajo el gastado lino del vientre grávido de una mujer joven, cerró los ojos (el hombre que miraba todo aquello) y articuló un suspiro o bien dijo un sollozo, o algo semejante que repitió y creció, y dejó su pecho estremecido _ así la rama abandonada por un pájaro... Igual que un pájaro salta desde una rama, de este modo surgió en el aire limpio de aquel día la palabra: amor. Era suficientre. Pronunciada primero, luego escrita, la palabra pasó de boca en boca, siguió de mano en mano, de cera en pergamino, de papel en papel, de tinta en tinta, fue tallada en madera, cayó sobre las láminas olorosas y blancas, y llegó hasta nosotros impresa y negra, viva tras un largo pasaje por los siglos llamados de oro, por las gloriosas épocas, a través de los textos conocidos con el nombre de clásicos más tarde. Retrotraerse a un sentimiento puro, imaginar un mundo en sus pre-nombres, es imposible ahora. La palabra fue dicha para siempre. Para todos, también. Yo la recojo, la elijo entre las otras muchas, la empaño con mi aliento y la lanzo, pájaro o piedra, de nuevo al aire, al sol, hoy (rostros, árboles, nubes: todo es distinto en esta primavera. En el vaso, el agua huele a río. Como una larga cabellera, el viento ondea por las calles y se abate de pronto rizado y frío sobre el suelo. Y en ocasiones, ¿por qué mi pensamiento no acompaña a mis ojos y se aleja de lo que ven, perdido y a la vez fijo en algo...?), porque quiero. (palabra sobre palabra - 1965)
Posted on: Tue, 13 Aug 2013 21:13:04 +0000

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