Hace mucho, mucho tiempo, cuando Gaia creó todos los lugares de - TopicsExpress



          

Hace mucho, mucho tiempo, cuando Gaia creó todos los lugares de la Tierra y todos los animales que vivían sobre ella, preguntó a todos dónde les gustaría vivir. El Primer Bastet (felino) se movió graciosamente adelante y miró a Gaia con sus ojos rasgados. “Mi especie adora el sol y la luna”, dijo. “Cualquier sitio caliente donde podamos escabullirnos de la luna cuando está presente está bien para nosotros. Por supuesto, preferimos lugares interesantes…” Y así Gaia le dio a Bastet un lugar en las junglas y en las sabanas y entre las altas montañas donde su pueblo pudiera encontrar lo que buscaban. Corax (Cuervo) se adelantó. “Necesitamos lugares donde construir nuestros nidos”, graznó, “pero nos gustan los sitios donde se puede ver todo alrededor. Y allí donde hay mucha comida – la carroña es la mejor. Oh, sí, ¡y no te olvides de las cosas brillantes!” Gaia sonrió y les dio lugares cercanos a campos de maíz y en los bosques cerca de donde estuvieran los humanos donde hay multitud de espacio para construir nidos y temas de los que chismorrear. Entonces Garou (El Lobo) se adelantó, gruñendo. “Necesitamos bosques en los que correr y cazar, y colinas donde poder construir nuestras madrigueras. Necesitamos llanuras llenas con presas fáciles para las épocas en las que la caza escasea. Queremos agua limpia y espacio suficiente para que nuestra gente pueda crecer y extenderse por todo nuestro territorio. Bosques y montañas y colinas y llanuras. ¡Así ha de ser!” Y Gaia les dio lo que pedían, aunque no le gustó mucho la avaricia con la que lo pidieron. La piel de Rokea (Tiburon) picaba y pensó que le gustaría vivir en las profundidades, lejos de la sequedad y el brillo opresivo del sol. Mokolé (El Reptil) también quería agua, pero le gustaba también el sol así que pidió ríos con bonitos remansos donde poder tomar el sol. Gaia les dio su bendición a ambos. Ratkin (La Rata) quería espacio donde poder permanecer oculto, pero de donde poder emerger para coger cosas y recoger migajas de las mesas de los demás. Ajaba (Hiena) rió y dijo que desearía algún lugar donde poder comer de la presa del león cuando éste no mirara. Ananasi (Araña) sabiamente pidió lugares ocultos para tejer sus redes. De nuevo Gaia asintió. Nagah (Serpiente) pidió el fondo de los ríos en las junglas, siseando que su lugar no debería ser confundido con ningún otro. Nuwisha (Coyote) se rió cuando Gaia le preguntó su preferencia y finalmente respondió: “No me importa, será interesante – tanto para mi gente como para quienes vivan cerca de nosotros.” Gaia sonrió y accedió. Entonces Gaia miró alrededor y se dio cuenta que Gurahl (Oso) no estaba allí. Envió a Nuwisha (Coyote) a despertar al Niño Oso (lo que hizo rascando la planta del pie del Gurahl con una pluma de Corax). Al fin cuando el durmiente hombre oso acudió junto a su madre se dio cuenta de que la mayor parte de los lugares ya habían sido seleccionados. Pensó y pensó, preguntándose qué parte de la Tierra sería un buen lugar… y al final tuvo una idea. “Madre”, bostezó, “puesto que duermo bastante, especialmente en invierno, ¿podría tener una cueva donde enrollarme y estar cómodo hasta que la primavera cubra la Tierra? De hecho renuncio el derecho de mi pueblo a ninguna otra porción de tu creación. Deja a mis hermanos pequeños que tengan el resto. Si tenemos una cueva que pueda decir que es mía actuaremos como protectores del resto de los lugares y de las criaturas que los habitan.” Gaia sonrió al oír tal sabiduría de su querido hijo, pero preguntó: “¿Las cuevas serán lo bastante grandes para ti? No eres tan pequeño como Ratkin o tan ágil como Bastet.” Y el Gurahl dijo: “Entonces deja que cada uno de los míos viva solo.” Y es así como hemos hecho desde entonces...
Posted on: Sun, 01 Sep 2013 07:41:08 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015