Hace tiempo encontré esto en el blog de una compañera, me uno a - TopicsExpress



          

Hace tiempo encontré esto en el blog de una compañera, me uno a sus palabras: "Ay, qué paciencia. Les pasa a muchas profesiones, pero algunas lo sufren aún más. La mía ni te cuento. Te dicen de un trabajo, incluso entras en reuniones y conversaciones, y al final resulta que lo que querían era que se lo hicieras gratis. Y por una parte una lo entiende: cuando no se sabe de algo no se valora. Pero por otra… qué malamente sienta. Quiero hacer aquí una serie de reflexiones para ayudar a los que no entienden esto a que lo entiendan. Me remitiré a mi profesión, que es la conozco mejor Como el resto de los mortales, tengo gastos que cubrir para vivir. También pago hipoteca, también pago comida, luz, agua, teléfono, internet, transporte, ropa… Soy autónoma, lo que quiere decir que esos gastos se cubren con mis trabajos, no con una nómina mensual. Si no tengo ingresos, no puedo cubrirlos. Yo sé que estas profesiones parecen hobbies, que como es tan bonito, pues es como si no fuera trabajo… Pues sí que es bonito, y sí que se disfruta. Pero mis jornadas son con frecuencia de 12/14 horas diarias sentada en esta silla. No me quejo porque hago lo que quiero, pero cuidado: hacer lo que uno quiere no significa no trabajar por ello. Cuando empecé en esto no me podía figurar la de cosas que tendría que aprender además de fotografía… y la cantidad de horas y horas que tendría que dedicarle. Otro detallito: por los hobbies no se pagan impuestos. Yo tengo 6 declaraciones al año y declaro todo lo que trabajo. (Me parece que con eso honro a mi profesión y a mi ideología, pero el clavazo de hacienda duele igual.) Para hacer lo que hago necesito un equipo que vale una pasta. Pero una pasta (varios miles de euros, para el que quiera concreción) Es decir, que gran parte de lo gano va directamente ahí, a las herramientas que necesito. Sí, yo sé que tienes un amigo que hace fotos muy chulas. Pero también sé que si me lo pides a mí en vez de a tu amigo es porque las mías te gustan más. No es casualidad, si las mías te gustan más es porque detrás hay mucho curro, aunque la mayoría siga pensando que hacer fotos es hacer clic y listo. Lo dicho, quizá cuando sea rica pueda hacerlo, pero ahora mismo: lo siento… pero no puedo permitirme trabajar gratis. Ser fotógrafo profesional conlleva: Horas y horas de edición; aprendizaje/conocimiento y constante actualización de distintos softwares; aprendizaje/conocimiento sobre informática y redes; reuniones / entrevistas; sesiones de localización; horas y horas de sesiones fotográficas; visualización de trabajos; tener una web y un blog actualizados y gestionarlos (actualizar, redactar, ordenar, instalar plugins, solucionar problemas…); presencia constante en las redes sociales; crear (o pagar a otros para que la diseñen) y mantener una imagen corporativa; estar al día en los directorios; participar en concursos para ganar prestigio (opcional); redactar contratos; hacer facturas; hacer tarifarios y presupuestos; hacer 6 declaraciones al año o pagar a otros para que te las hagan; pelearse frustradamente con los problemas que dan el ordenador y los programas; pagar a un técnico para que lo arregle; pagar ayudante/s para las sesiones; gastar mucho dinero en equipo, material, álbumes, etc.; pagar a empresas profesionales y directorios que te publicitan; estar en contacto constante con los clientes y resolver todas sus dudas; pagar workshops de aprendizaje; saber de cámaras, ópticas, flashes y demás cacharros; aprendizaje y estudio de técnica, iluminación, composición, procesados, gestión del color, etc.; comprar libros y revistas de fotografía; ser creativo; ser original; estar en contacto constante con otras formas artísticas en las que aprender y encontrar inspiración (pintura, exposiciones, charlas, cine, música..); saber vender tu trabajo (esto yo aún no lo he aprendido); tener nociones de marketing (es diferente a lo anterior); hacer networking; participar en actos culturales y sociales para promocionarte y establecer posibles contactos de trabajo; pasar malos ratos al tener que volver a pedir a un cliente que te haga el pago que no te hace; hacer copias de seguridad constantes del trabajo; invertir en almacenamiento; destrozarse la espalda cargando el equipo; destrozarse el resto del cuerpo para hacer una (¿)buena(?) foto; destrozarse la vista delante del ordenador; sucumbir a la celulitis total por no levantarte de la silla en cinco horas se-gui-das; maquetar álbumes; pedirle al laboratorio que te lo reenvíe porque se han equivocado; buscar e ingeniar detalles que ofrezcan algo especial al cliente que los demás no ofrecen; estar en coordinación permanente con otros proveedores / profesionales; estar al día de las novedades y del trabajo de otros fotógrafos; perder el tiempo con alguien que al final no tenía pensamiento de pagarte; saber los trucos para sacar a un persona más bella y más esbelta; cuidar el equipo (limpieza, puesta a punto, revisión, antivirus, desfragmentar, formatear, calibrar…) … ah, y hacer clic, claro! En fin, creo que se me han olvidado un centenar de cosas… y las que aún no sé. Conclusión: Soy muy consciente de que ni bajo a la mina ni salvo vidas, creo que no he puesto nada implicando que esta profesión sea más sacrificada que otra cualquiera (no he mencionado el trabajar sábados y domingos o no tener vacaciones en verano por lo mismo). Se trata simplemente de que este es mi / nuestro trabajo, le dedico / dedicamos mucho tiempo y tiene un precio.
Posted on: Wed, 09 Oct 2013 09:00:55 +0000

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