Hace tiempo vi llorar a una niña, al bajarme de un escenario, le pregunte, ¿Por qué lloras?, y ella abrazándome con sus ojos muy tristes me contesto, “porque no me subiste a mi” y me partió el alma, porque no estaba en mis manos hacerlo. La abrace y solo entendí que para ella estar en un escenario no es un capricho o un berrinche de niña y mucho menos una obligación, en ese momento me di cuenta que estar ahí es una necesidad, que es algo que la llama y la hace ser feliz. En aquella ocasión me trague mi coraje y mi tristeza y pensé; Dios acomoda las cosas, en su momento tiempo y lugar, no existe un antes ni un después, para él solo es el momento justo. Ayer vi a esa niña en circunstancias totalmente diferentes, feliz, sonriendo y desplazándose en un escenario y creo que si fue el momento justo, compartió el escenario con muchas personas que la vieron crecer y creo que en ese entonces empezó a aprender de todas ellas aunque solo tenía escasos meses de nacida. Solo puedo decirles GRACIAS y felicidades a mi niña hermosa que la amo más que a mi vida.
Posted on: Mon, 28 Oct 2013 21:32:39 +0000
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