Hacer equilibrio en la ducha “Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano; respétalo; estúdialo; concédele sus derechos”. (Henry F. Amiel) La lesión futbolística me ha dejado con un yeso en toda la pierna derecha. Será un mes tranquilo y luego varios meses de recuperación. El médico ya sentenció que le diga adiós al deporte rey por este año. Caballero no más. Aparte de la tristeza natural que significa para un pichanguero el tener que dejar de jugar futbol por un periodo, esta experiencia está siendo todo un aprendizaje y una lección de valoración de todas las cosas que tengo (y que normalmente no reparaba en ellas). Antes no pensaba en detalles cuando hacía las cosas cotidianas. Simplemente las hacía. Levantarme de la cama, ponerme las medias, bañarme, etc. Eran cosas de rutina y pasaban desapercibidas. Pero ahora, con el yeso en la pierna, son diferentes. Cada una de ellas se vuelve épica y requiere mi atención total y absoluta. Hoy salir de la cama es tener que levantar la frazada con la pierna buena y sacar lentamente la pierna con el yeso hacia el piso. Ponerme las medias es también otro tramite que me exige doblar todo el cuerpo e ir jalándola, quedando generalmente el talón por delante. Todo un mamarracho. El baño es la ceremonia del día. Una pierna fuera de la ducha, la otra haciendo equilibrio, una mano sujetada a la baranda, la otra abriendo y cerrando las llaves. Un trámite ahora complicado que días atrás lo despachaba en pocos minutos. Esto me está sirviendo en primer lugar para valorar todo lo que tengo. Cuántas veces renegamos por lo que no tenemos y nunca nos ponemos contentos y agradecido por lo que si poseemos?. (No solo a nivel material sino sobre todo en lo que es invisible a los ojos). En segundo lugar, con esta experiencia, como bien dice mi sabia esposa, estoy aprendiendo a pedir ayuda a las demás personas. Dejar atrás el orgullo y la autosuficiencia y permitirme ser ayudado por la gente linda que me rodea y que quiere servirme con mucho amor y cariño. Y finalmente, la lección que me deja es el ser mucho más cuidadoso y prudente con mi cuerpo y la práctica del deporte. Está bien sudar la camiseta pero la vehemencia tiene que estar dosificada y tiene que emplearse oportunamente. Aprovecho la oportunidad para compartir esta experiencia con todos ustedes y de paso pedirles que valoren lo que tienen y acepten todo ese cariño que mucha gente les quiere brindar y que está allí, al lado de cada uno. No esperemos a hacer equilibrio en la ducha para valorar nuestras rodillas, para valorarnos a nosotros mismos, para valorar a los demás…
Posted on: Tue, 30 Jul 2013 14:22:54 +0000
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